11 de abril de 2013
Tres
líderes de la lucha mundial contra el hambre advirtieron que el
mundo debe estar preparado para otra crisis de alimentos y adoptar
medidas inmediatas para fortalecer la seguridad alimentaria en los
países en desarrollo.
Las
bajas reservas de alimentos, el aumento de precios de los cereales y
la posibilidad de que algunos países productores de arroz tengan que
importarlo durante el próximo año sugieren que el costo de los
productos alimenticios podría subir en 2010.
“Me
preocupa la posibilidad de que pasemos de nuevo por esta
situación...de que en 2010 podamos estar repitiendo algunos de estos
problemas”, dijo el presidente del Banco Mundial, Robert
B. Zoellick, durante un debate realizado en la Brookings Institution
en la ciudad de Washington.
En
el evento de la Brookings Institution participaron, además del
presidente Zoellick, Josette Sheeran, directora ejecutiva del
Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), y Samuel
Worhington, presidente de Interaction, la mayor alianza de ayuda y
desarrollo de entidades no gubernamentales de Estados Unidos.
“No
creo que la crisis alimentaria haya sido un fenómeno único. Pienso
que fue un llamado de atención”, dijo Sheeran, cuya
organización entrega asistencia a más de 102 millones de personas
en 78 países.
Sheeran
agregó que el costo de los cereales aumentó en un 17% y que los
precios internacionales de los alimentos son dos veces superiores a
los de hace cinco años.
La
crisis alimentaria “expuso las deficiencias del acceso a los
alimentos, desde los poblados hasta los niveles nacional, regional y
mundial. Y creo que lo que vemos actualmente con la crisis financiera
es un tema complejo que está aumentando las cifras de las personas
que sufren hambre en el mundo”.
Casi
230 millones de niños y adultos despiertan cada mañana sin saber si
contarán siquiera con un plato de comida, explicó Sheeran.
“Esto
es intrínsecamente desestabilizador. Es inaceptable y de hecho los
números siguen subiendo. Sólo en los últimos dos años ascendieron
de 846 millones a más de 1.000 millones”, dijo Sheeran.
Algunos
elementos que hicieron subir los precios de los alimentos hace dos
años están aún vigentes, dijo Zoellick. Por ejemplo, las reservas
de alimentos eran bajas antes de la crisis y continúan siéndolo.
Los productos básicos se convirtieron en una “clase de activos”
para la inversión, volviéndolos potencialmente más volátiles.
Adicionalmente,
existe hoy una relación mucho más estrecha entre precios de
combustibles y de alimentos que antes de la crisis alimentaria.
Cuando los precios de petróleo suben, también aumentan los costos
de la comida, precisó Zoellick.
Agregó
que el PMA, por su calidad de principal organización que proporciona
ayuda alimentaria de emergencia, debería recibir financiamiento más
previsible y de largo plazo. Actualmente, el PMA tiene que recaudar
dinero cada año “desde cero”, “una tarea muy difícil”, dijo
Zoellick.
También
deberían establecerse normas para evitar el acaparamiento de
alimentos, agregó el Presidente del Banco Mundial. Durante la crisis
alimentaria, las restricciones y prohibiciones a las exportaciones
afectaron incluso las compras del PMA y aquellas con fines
humanitarios.
Como
respuesta a un pedido del Grupo de los Veinte (G-20), el Banco
Mundial está trabajando en el establecimiento de un fondo fiduciario
multilateral para incrementar la asistencia a la agricultura en los
países de bajos ingresos. La propuesta se originó en una reunión
adicional del Grupo de los Ocho (G-8), realizada en julio pasado,
durante la cual sus integrantes se comprometieron a contribuir con
una iniciativa de Seguridad Agrícola y Alimentaria para mejorar la
producción y productividad de este sector, la seguridad alimentaria
y la nutrición. Se espera la participación de varios organismos
sobre la base de iniciativas impulsadas por los propios países.
Canadá, España y Estados Unidos se constituyeron en los primeros
donantes. La iniciativa será presentada al Directorio Ejecutivo del
Banco Mundial en enero próximo.
Por
su parte, el propio Banco Mundial está tomando medidas sobre
seguridad alimentaria. Se incrementaron las inversiones en el sector
agrícola a US$6.000 millones durante el presente ejercicio en
respuesta al Informe sobre el desarrollo mundial 2008, que determinó
el estrecho vínculo entre la inversión agrícola y la superación
de la pobreza, dijo Zoellick.
La
institución aumentó también el apoyo a redes de protección
social, como los programas de comedores escolares, durante las crisis
alimentaria y financiera. La Asociación Internacional de Fomento
(AIF) -el fondo para los países más pobres-, aceleró la
asistencia, desembolsando casi US$14.000 millones entre julio de 2008
y octubre de 2009.
Un
nuevo informe del Banco Mundial y del PMA, dado a conocer durante el
debate en la Brookings Institution, demuestra que la alimentación
escolar y otros programas de protección social basados en la entrega
de comida son fundamentales para mantener a los niños en la escuela,
mejorar su aprendizaje y salud y promover la seguridad alimentaria.
El
Banco trabaja asimismo con la Fundación Gates en la promoción de la
investigación y desarrollo agrícola, como por ejemplo el
mejoramiento de semillas para aumentar la productividad agrícola,
específicamente en África.
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