18 de mayo de 2017
El
cambio climático ya está afectando a los países y las comunidades
en todo el mundo, pero principalmente a los habitantes más
vulnerables.
El
año 2016 fue el
más caluroso del que se tenga registro, (i) y en noviembre de
2016, Naciones Unidas anunció que la
temperatura mundial ha aumentado en 1,2 °C (i) desde
el periodo preindustrial.
En
el marco del Acuerdo de París —adoptado en diciembre de 2015 y
vigente desde noviembre de 2016—, el mundo se comprometió a
limitar el aumento de la temperatura mundial a menos de 2 °C
para fines de siglo.
El
cambio climático aumenta la volatilidad y amenaza los esfuerzos
destinados a poner fin a la pobreza.
Si
no se adoptan medidas urgentes para reducir la vulnerabilidad,
proporcionar acceso a servicios básicos y aumentar la
resiliencia, las
consecuencias del cambio climático podrían sumir en la pobreza a
otros 100 millones de personas para 2030.
Los
efectos de los desastres naturales graves equivalen
a pérdidas en el consumo mundial del orden de los
USD 520 000 millones (dólares estadounidenses)
anuales, y empujan a la pobreza a 26 millones de personas cada
año.
Con
el tiempo, el cambio climático provocará desplazamientos
considerables de asentamientos humanos, y la planificación del
desarrollo tendrá que tomar en cuenta tales movimientos.
Para
llevar a cabo una transición ordenada a una economía mundial con
bajas emisiones de carbono y capacidad de adaptación se necesitan
billones de dólares, no solo miles de millones de dólares.
En
los próximos 15 años, es
necesario que en el mundo se invierta un monto de USD 90 billones
en nueva infraestructura, principalmente en los países en desarrollo
y de ingreso mediano. (i) Por lo tanto, es crucial y urgente
tomar decisiones acertadas en relación con obras de infraestructura
que sean resistentes al cambio climático y promuevan un desarrollo
con bajas emisiones de carbono. Tomar medidas hoy evitará incurrir
en grandes costos en el futuro.
A
fin de movilizar financiamiento del sector privado para medidas
climáticas a gran escala, el mundo necesita un sector financiero más
ecológico que incorpore los riesgos y las oportunidades que plantea
el clima y amplíe el uso de enfoques como la mitigación de riesgos,
el financiamiento combinado y los bonos verdes.
La
fijación del precio del carbono puede producir el triple dividendo
de proteger el medio ambiente, aumentar los ingresos y promover las
inversiones en tecnologías limpias. En este sentido, una
mayor cooperación a través del comercio del carbono podría reducir
el costo de la mitigación en 32 % para 2030. (i)
La
acción climática tiene sentido en términos comerciales
Según
estimaciones de la Corporación Financiera Internacional (IFC) las
contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) de 21 economías
emergentes representan por sí solas USD 23 billones en
oportunidades de inversión. (i)
Después
del Acuerdo de París, 200 empresas
con una capitalización de mercado de USD 4,8 billones han
fijado metas de emisiones (i) y más
de 800 empresas están planificando fijar un precio al carbono.
(i)
Para
lograr las metas del Acuerdo de París se necesita una acción
mundial concertada a una escala y rapidez sin precedentes.
Los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) solo se lograrán si se
abordan en conjunto con el cambio climático. El mundo tendrá que
alimentar a 9000 millones de personas en 2050 al tiempo que
tendrá que reducir las emisiones, proporcionar acceso a electricidad
para 1100 millones de habitantes mientras está en proceso de
discontinuar el uso de combustibles fósiles, prepararse para
2000 millones de nuevos habitantes urbanos, y reducir la huella
de carbono de las ciudades y mejorar la resiliencia urbana.
El
Grupo Banco Mundial (GBM) está más comprometido que nunca en ayudar
a los países a lograr sus objetivos en materia de cambio climático
y CDN.
Los
dos objetivos del GBM de poner fin a la pobreza extrema y promover la
prosperidad compartida no se pueden lograr sin combatir el cambio
climático.
Entre
los ejercicios de 2011 y 2016, el GBM comprometió
USD 63 000 millones, un promedio de más de
USD 10 000 millones anuales, para más de
1000 proyectos relacionados con el clima que ayudan a los países
a adaptarse al cambio climático y a mitigar los impactos de este
fenómeno. Además, solamente en el ejercicio de 2016, el GBM
proporcionó financiamiento por un monto de USD 10 400 millones
para 177 proyectos climáticos.
En
el ejercicio de 2016, IFC realizó inversiones a largo plazo por
cuenta propia relacionadas con el clima por un monto cercano a los
USD 2000 millones, y movilizó alrededor de
USD 1300 millones de otros inversionistas, llegando a un
total de USD 3300 millones de inversiones en proyectos
inteligentes en relación con el clima.
El
GBM se ha comprometido a aumentar el financiamiento para medidas
climáticas hasta llegar al 28 % de su cartera a más tardar en
2020, como respuesta a la demanda de sus clientes. Según los
actuales niveles de cofinanciamiento, eso significaría un monto
potencial de USD 29 000 millones anuales para
proyectos climáticos a fines de 2020.
El Plan
de Acción para el Clima del GBM, (i) presentado en abril de
2016, define medidas concretas para cumplir con dicho compromiso, e
incluye metas ambiciosas que deben lograrse a más tardar en 2020,
entre ellas: ayudar a los países en desarrollo a sumar 30 gigavatios
de energía de fuentes renovables, procurar sistemas de alerta
temprana a 100 millones de personas y formular planes de
inversión en agricultura inteligente en relación con el clima para
al menos 40 países.
De
acuerdo al Plan de Acción para el Clima, IFC se propone ampliar sus
inversiones en el clima del nivel actual de USD 2200 millones
anuales al nivel meta de USD 3500 millones anuales, y ser
líder en la movilización de otros USD 13 000 millones
anuales en financiamiento del sector privado antes de fines de 2020.
Para
ayudar a los países a enfrentar el cambio climático, el GBM se
concentra en cinco prioridades:
-
Asistir a los países en sus esfuerzos para incorporar el tema del cambio climático en el desarrollo, lograr sus CDN y sentar las bases para metas más ambiciosas
-
El GBM está trabajando con los ministerios de finanzas y de desarrollo para incluir el cambio climático en los procesos de planificación del desarrollo y de presupuestación a nivel nacional.
-
Los proyectos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial para los países más pobres, se seleccionan en función de sus riesgos climáticos y de desastres para garantizar que fortalezcan la resiliencia de las personas en el terreno.
-
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Acelerar la transición energética
-
La labor se concentra en las mayores reducciones posibles de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), reduciendo por ejemplo la expansión de centrales eléctricas a carbón en economías emergentes.
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Para ampliar la ejecución de proyectos de energía renovable y eficiencia energética, el GBM ayuda a crear entornos propicios para la formulación de políticas y la actividad empresarial, fortalecer las redes eléctricas y reducir los riesgos de las inversiones.
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El GBM ayuda a acelerar la eliminación gradual de los hidrofluorocarburos (HFC) y a respaldar medidas de eficiencia energética.
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Facilitar la expansión de infraestructura sostenible
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El GBM facilita el financiamiento del sector privado donde es posible y focaliza el financiamiento en condiciones concesionarias donde más se necesita y en los lugares donde puede tener el mayor impacto.
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El cambio climático impondrá un alto costo a la infraestructura de los países más pobres. El GBM genera capacidad para incorporar consideraciones relativas al cambio climático en la planificación y el diseño de las inversiones de largo plazo.
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Aumentar la resiliencia al clima de las comunidades, las economías y los ecosistemas
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El GBM ayuda a los países a mejorar la gestión del agua y de otros recursos naturales, desarrollar prácticas agrícolas acertadas en relación con el clima, apoyar la gestión sostenible de los bosques que ayudan a mantener los medios de subsistencia y el crecimiento económico, y ampliar los programas de protección social con capacidad de respuesta al cambio climático.
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Un enfoque integral sobre la gestión del riesgo de desastres puede proteger vidas, medios de subsistencia y activos.
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Liberar billones de dólares en financiamiento para el clima, lo que incluye:
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Trabajar con los asociados del sector privado para ampliar enfoques de financiamiento ecológico.
-
Ayudar a los países a adoptar buenas prácticas mundiales sobre la fijación del precio del carbono.
-
Más
de 140 países clientes del GBM han presentado planes nacionales
en relación con el cambio climático, que se conocen como
contribuciones determinadas a nivel nacional o CDN.
El
GBM ayuda de manera activa a los países a cumplir e incluso superar
las expectativas del Acuerdo de París, proporcionando
financiamiento, asistencia técnica y servicios de intercambio de
conocimientos.
En Etiopía,
entre 2010 y 2015, la
aplicación de prácticas sostenibles en la gestión de
260 000 hectáreas de tierra (i) transformó la
vida y los medios de subsistencia de 700 000 personas. Más
de 125 000 habitantes recibieron capacitación en
planificación y uso de prácticas para la gestión de la tierra
sostenibles, de mayor resistencia al cambio climático e inteligentes
en relación con el clima.
En Camerún,
el Banco Mundial ayuda
a mejorar la productividad y la competitividad de los sistemas de
producción agropecuarios. (i) Un proyecto de USD 100 millones
tiene el objetivo de generar capacidad de adaptación al cambio
climático y mejorar el estado nutricional de las poblaciones
vulnerables.
En México,
un programa que moviliza casi USD 500 millones en
financiamiento del Banco Mundial ayuda
a las comunidades rurales a gestionar sus bosques de manera
sostenible y generar ingresos a partir de los productos forestales,
reduciendo al mismo tiempo las emisiones. El programa abarcará
30 millones de hectáreas y más de 3000 comunidades en
todo el país.
En
octubre de 2016, las partes del Protocolo de Montreal acordaron
reducir gradualmente la producción y el consumo de los HFC,
poderosos gases de efecto invernadero utilizados principalmente en
los sistemas de aire acondicionado y refrigeración. El Grupo
Banco Mundial apoya esta iniciativa ayudando a los países a
disminuir de manera progresiva los HFC y mejorar la eficiencia
energética en la industria del aire acondicionado y la
refrigeración.
En Zambia,
el programa Scaling
Solar (Más Energía Solar) (i) realizó una subasta en la
cual la empresa ganadora ofreció pagar un precio de 6 centavos el
kilovatio hora, el precio más bajo de energía solar hasta la fecha
en África y entre los más bajos registrados en todo el mundo.
En Bangladesh,
un proyecto
de electrificación financiado por el Banco Mundial (i) para
promover la electricidad fuera de la red en las comunidades rurales
se ha transformado en uno de los programas de energía renovable de
más rápido crecimiento en el mundo. A la fecha, se han instalado
más de 3,5 millones de sistemas solares residenciales en las
zonas rurales, obras que han generado 70 000 empleos
directos. Además, un total
de 2,9 millones de familias se han beneficiado desde
2007 con la construcción de 220 nuevos refugios
anticiclones. (i) Y en octubre de 2016, el presidente del Grupo
Banco Mundial, Jim Yong Kim, comprometió
USD 2000 millones (i) en nuevo financiamiento para
ayudar al país a reducir su vulnerabilidad ante el cambio climático
en los próximos tres años.
La
cartera de inversiones de IFC para construcciones ecológicas ha
superado los USD 2000 millones, e incluye inversiones por
cuenta propia y de otros inversionistas. En este marco, el Programa
EDGE para la Transformación del Mercado de la Construcción
Sostenible (i) apoya códigos y normas de edificación
ecológica; financia la construcción ecológica de viviendas,
hospitales y escuelas, y ayuda a los bancos a aumentar su
financiamiento verde.
En Sri
Lanka, desde el año 2000, las sequías e inundaciones han afectado a
más de 13 millones de personas. En un esfuerzo por reducir las
consecuencias de estos sucesos, el Fondo Mundial para la Reducción
de los Desastres y la Recuperación (GFDRR), el Banco Mundial y el
Gobierno de Sri Lanka formularon un programa sobre “un
enfoque integral respecto de la gestión de los riesgos climáticos”.
(PDF, en inglés) Con esta iniciativa, por un monto de
USD 110 millones, se busca mejorar la resiliencia de la
infraestructura de las escuelas y del transporte frente a futuros
fenómenos climáticos, y con ello beneficiar a 745 000 personas.
En Bosnia
y Herzegovina, una evaluación realizada por el GFDRR luego de una
gran inundación dio como resultado una donación (i)
de USD 100 millones del Banco Mundial para financiar bienes
de emergencia y restaurar infraestructura esencial. Más
de 105 000 personas (PDF,
en inglés) recibieron asistencia de emergencia y otras 500 000,
de las cuales aproximadamente la mitad son mujeres, se beneficiaron
con la reparación de la infraestructura y la protección contra las
inundaciones en las zonas afectadas desde los aluviones de 2014.
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