miércoles, 3 de octubre de 2012

EL DOBLE DISCURSO DE LA IGLESIA VENEZOLANA



Transcribo partes de las conclusiones del Encuentro de la Sociedad Civil, organizado por la UCAB, del 10 al 15 de mayo de 1993, bajo el patrocinio de la Conferencia Episcopal Venezolana, el P Luis Ugalde indicaba lo siguiente: “El Episcopado venezolano en los últimos años ha abordado sistemáticamente aspectos centrales de la situación nacional que venían deteriorándose gravemente. Los trágicos acontecimientos del 27 de febrero de 1989, del 4 de febrero y del 27 de noviembre de 1992, en buena parte reflejan el agotamiento de la manera actual de hacer política, economía y de todo aquello que tiene que ver con una convivencia digna y justa para todos los venezolanos (...) Introducción de Luís Ugalde, S.J. “A continuación presentamos los consensos y disensos:

(...) “La sociedad civil venezolana sabe lo que no quiere. No hay que explicar más, pues lo sufre cada día. La Sociedad Civil sabe lo que necesita, pues del padecimiento cotidiano en esta sociedad de miseria en la opulencia, surge con claridad el necesario y deseado horizonte de bienestar compartido”. Los obispos venezolanos somos cuidadosos  en no asumir posiciones partidistas, ni arrogarnos competencias técnicas que están fuera de nuestra específica misión. Por eso siempre exhortamos a todos los venezolanos que aporten sus específicas competencias y preparación técnica para producir soluciones”

“El país exige un nuevo sentido de lo público que permita recuperar esta dimensión de la vida venezolana, de ese inmenso saqueo al que ha sido sometido por lo menos, en los últimos veinte años. Los venezolanos no queremos la liquidación de lo público, ni su entrega en subasta al mejor postor. Queremos, sí, que se devuelva a lo público su carácter de expresión de voluntad común de construir una sociedad digna y justa para todos”.

 “LA SOCIEDAD CIVIL entiende en la actual coyuntura venezolana la urgente necesidad de restablecer los equilibrios macroeconómicos, controlando factores como la inflación empobrecedora, el déficit fiscal, el déficit en la balanza de pagos o la insostenible inflación de la actividad financiera que ahoga irremediablemente la economía real productora de los bienes y servicios que el país más necesita”.

EN EL AREA SOCIAL “Todas ellas partieron del diagnostico evidente según el cual la calidad de vida del venezolano, ha descendido en los últimos 12 años a niveles alarmantes, los cuales se expresan en un aumento de la pobreza en el país en poco menos del doble entre 1978 y 1989. Situación ésta que requiere de un replanteamiento de lo que ha sido la política social, la disminución del ingreso y los roles públicos y privados en la prestación de servicios sociales y públicos”.
  
“La atención de los problemas sociales por parte de la sociedad civil es reconocida como un ámbito para la participación comunitaria y la autogestión.  Existe consenso en relación al estímulo a la participación democrática que se desprende de los intentos de las comunidades en resolver sus problemas locales. En este sentido, es percibida favorablemente la transferencia de recursos desde el Estado hacia organizaciones locales, regionales y nacionales que ejecutan programas de servicio social en áreas de promoción, educación, formación, recreación, salud, etc”

“Finalmente, la SOCIEDAD CIVIL sabe que nada de esto es posible sin una verdadera revolución educativa que lleve a esta sociedad anestesiada por la renta petrolera, cómplice de corrupciones y despilfarros a otra más organizada, con mayor capacidad productiva, con mayor espíritu de contribución y de vigilancia pública”.

Entonces, por qué la iglesia católica critica tanto  al presidente Chávez, si  reconocían para el año 1992, “el agotamiento de la manera actual de hacer política económica de los gobiernos de la cuarta república que tenían sumido al pueblo venezolano en la miseria. 

Germán Saltrón Negretti.

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