Jueves, 04/08/2011
Los recientes sucesos en la penitenciaria del Rodeo, visualizaron
nuevamente la gravedad del problema carcelario venezolano que siempre ha sido
un fracaso como lo reconoce criminólogos respetados como Elio Gomez Grillo y
Henry Andrade. Sin embargo, la diferencia ahora es que existe más respeto por
los derechos humanos y lo demuestra la solución del caso, sin masacrar a los
detenidos.
No debemos olvidar que este problema es mundial y tiene sus causas en el
aumento de la criminalidad, por el incremento de la pobreza, del desempleo, de
la salud y la educación. Por tales razones, el Presidente Chávez decretó la
emergencia carcelaria, en el año 2004. Se realizaron reuniones institucionales
en el Ministerio de Relaciones Interiores, donde asistí en representación de la
Defensoría del Pueblo.
Allí se reconoció la crisis, se demostró que ni siquiera se sabía con
certeza cuántos privados de libertad existían en cada uno de los centros de
detención, ni tampoco la identidad cierta de los mismos. Se demostró que la
violencia carcelaria no se resuelve, mientras no se impida la entrada en los
centros penitenciarios de drogas y armas.
Admito que la solución pasa, por la creación de un Despacho para el
Servicio Penitenciario y reconozco que la designación de una mujer con el
coraje y la conciencia del deber social socialista de Iris Varela es garantía
de éxito, pero debemos todas y todos ayudarla para conseguir erradicar la
corrupción y las prácticas irregulares que se presentan en las instituciones
como: el Ministerio Público, CICPC, Poder judicial y el Ejecutivo.
No se puede justificar los privilegios que disfrutaban los privados de
libertad, los detenidos no pueden tener teléfonos celulares porque es un medio
para cometer delitos desde la cárcel, no se puede seguir permitiendo visitas en
los pabellones, directores de cárceles con antecedentes penales, para mencionar
lo más grave.
De acuerdo con lo expresado por la Ministra Iris Varela, en una entrevista
periodística, primeramente se debe descongestionar las cárceles, otorgando a
los privados de libertad por delitos menores, cumplimiento de penas extramuros,
previos los requisitos de ley. Debemos restituir el orden en los internados, y
luego implementar planes educativos, de trabajo y recreación. Construir
instalaciones donde se puedan realizarse audiencias judiciales y visitas de familiares.
Urge una Ley y un Reglamento interno que garantice el orden y el buen
funcionamiento dentro de las cárceles.
Germán Saltrón Negretti.
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