Juan
Vicente Gómez, compadre y colaborador inmediato de Cipriano Castro,
ocupó varias veces la presidencia provisional en las ocasiones en que Castro se
separó del gobierno. A fines de 1908, cuando Castro enfermó y se ausentó a
Europa, aprovechó su ausencia y se posesionó definitivamente del gobierno. Directa o indirectamente gobernó el país por
27 años.
Durante
ese largo período gobernó como dictador absoluto de Venezuela. Su gobierno fue
el más represivo y trágico que ha
sufrido el país en toda su historia. Al igual que otros caudillos en el poder,
Gómez hizo reformar varias veces la Constitución para alargar el período de
gobierno y permitir la reelección.
Durante
su gobierno imperó el nepotismo; la corrupción del dictador, sus familiares y
allegados llegaron a extremos inauditos. Sus hermanos, hijos y demás familiares
ocuparon altos cargos en el gobierno. Gómez superó a todos los caudillos que
gobernaron el país en su provecho personal.
Cerca
de treinta mil presos políticos pasaron por las cárceles infrahumanas,
sometidos a torturas, con grillos en los pies o condenados a trabajos forzados.
Gomez murió en la ciudad de Maracay, el
18 de diciembre de 1935, sus propiedades en el país y sus depósitos en bancos
extranjeros alcanzaban varios centenares de millones de bolívares.
Venezuela
era el país más atrasado de América Latina, el 65% de la población vivía en el
campo y aislado de nuestras ciudades y del exterior. El analfabetismo era del
80%, solo en Caracas y Maracaibo existía un liceo de secundaria. No llegaban a
mil los estudiantes en las universidades en Caracas y los Andes
Venezuela
era un inmenso latifundio propiedad de Gómez, de sus familiares y amigos. Los
pocos seguidores de este oprobioso régimen lo alaban por haber acabado con los
caciques regionales que existían en todo el país, a costa de tener en la
miseria y el oscurantismo al pueblo venezolano
durante veinte y siete años.
Germán Saltrón Negretti.
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