Después
de finalizada la II Guerra
Mundial, con las consiguientes atrocidades cometidas por las potencias imperialistas, los países ganadores EE UU,
Inglaterra, Unión Soviética (ahora Rusia), Francia y China, decidieron
constituir la
Organización de las Naciones Unidas y redactaron la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, el 10/12/1945, para darle aplicación “universal” a
éstas normas unilateralmente concebidas, las cuales conforman el Sistema de
Protección Internacional de los Derechos Humanos, donde cualquier ciudadano
puede presentar sus denuncias sobre violación de los derechos humanos.
Este
sistema mundial está representado por el Consejo de Derechos Humanos y la Corte Internacional
Penal, junto con el Sistema Interamericano, dirigido por la OEA y constituido por la Comisión y la Corte Interamericano
de Derechos Humanos.
Para
que este Sistema de Protección Internacional de Derechos Humanos sea efectivo,
según la resolución 60/251 de la Asamblea
General de las Naciones Unidas de fecha 15 de marzo de 2006, debe cumplir con los principios de
universalidad, imparcialidad, objetividad y no selectividad.
Pero,
como las potencias mundiales siempre han tenido influencia política y económica
en el sistema que ellas mismas crearon, determinan cuales países consideran en
la categoría de “violador de los derechos humanos” de sus ciudadanos. Por
supuesto, casi nunca encontraremos en esa lista a ninguna potencia
imperialista, y pocos gobiernos asociados y dóciles, aunque existan violaciones
de derechos humanos dentro de sus fronteras.
Nunca han sido oficialmente puestos en entredicho el carácter
“democrático” del gobierno de los Estados Unidos, aunque allí existen violaciones graves de los derechos humanos,
como la pena de muerte, la Ley Patriota
que viola los derechos civiles a los propios estadounidenses, los detenidos de Guantánamo
y la guerra genocida en Irak.
Pero si algunas de estas violaciones suceden
en países con pueblos dignos que ejercen su soberanía económica y política,
entonces el Sistema de Protección Internacional de los Derechos Humanos se
activa en forma eficiente y sancionatoria. Por ejemplo, contra Cuba y
Venezuela.
No
pretendo justificar las violaciones de los derechos humanos en el mundo, pero
si denunciar la doble moral de los derechos humanos, usado políticamente por
las potencias en contra de los pueblos que han decidido luchar por su dignidad
y ejercer su soberanía.
De
este modo, la “violación de los derechos humanos” que en menor o mayor grado se
produce en todos los países del mundo, es utilizada como argumento justificador
de iniciativas diplomáticas hostiles contra pueblos y gobiernos que no son
sumisos a las pretensiones hegemónicas imperiales, para promover campañas de
criminalización internacional a fin de justificar políticas para la
intervención solapada o abierta de los gobiernos que en verdad quieren cumplir
con los derechos humanos.
Para
esta campaña de descréditos los países imperialistas utilizan como fachadas,
algunas ONG, que se prestan para hacer denuncias sin fundamentos y de esta
forma, desplegar estrategia de intervención política. A cambio estas ONG
reciben financiamiento internacional y se prestan para infiltrarse en
organizaciones de la sociedad, comprometiendo así su independencia no solo
económica sino también política, y por ende, su pretendida “neutralidad” o
“imparcialidad” que pretenden demostrar.
Una
de estas fundaciones que se ocupa de este financiamiento es Nacional Endowment
por Democracy (Fundación Nacional para la Democracia ) una asociación estadounidense.
Declaraciones de Allen Weinster, historiador y primer presidente de esta
fundación dijo: “mucho de lo que hoy hacemos, lo hacia ya hace 25 años la Agencia Central de Inteligencia”.
La NED nace el 23/11/83 por una
iniciativa de Ronald Reagan al Congreso, esta operativa en 90 países de África,
América Latina, Asia y Europa del Este.
La
abogada venezolana y estadounidense Eva Golinger ha evidenciado en documentos
oficiales del gobierno de los EE UU, millones de dólares otorgados por la NED y la USAID a grupos de oposición
y medios privados de comunicación en Venezuela.
El
Estado venezolano no esta en contra del funcionamiento de las ONG´s, pero
sucede, que no siempre éstas son
democráticas y van de la mano con los derechos humanos. Venezuela desde la
llegada al poder del presidente Chávez es víctima de estas acciones de
satanización internacional promovidas por algunas de estas ONG,s en
confabulación con la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, quien reconoció el gobierno de facto de Pedro Carmona
Estanga.
Germán Saltrón Negretti.
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