La democracia
de participación ciudadana y protagónica es superior a la democracia
representativa conocida en el mundo occidental. En la democracia representativa
nos limitábamos a votar cada cuatro
anos, para elegir a nuestros
representantes en la Presidencia de la República, a los diputados, a los
alcaldes, a los gobernadores, y nos retirábamos a nuestras casas a esperar que
ellos cumplieran con su obligaciones para con el país.
La democracia representativa ha
fracaso en el mundo, porque los ciudadanos no tienen manera de controlar a sus
representados. Nuestra Constitución tiene como principio fundamental la
participación ciudadana y protagónica en los derechos políticos y en los
referéndum populares. Artículo 62, dice: ‘” La participación del pueblo en la
formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para
lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual
como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la
generación de las condiciones mas favorables para su práctica”.
Participamos construyendo un
mejor país, cuando asistimos a las reuniones convocadas por las comunidades,
cuando salimos a la calle a manifestar en forma pacífica, cuando acudimos a los
procesos electorales, cuando colaboramos con las misiones sociales, cuando
formamos parte de los consejos comunales, en las cooperativas, en los grupos
culturales o deportivos. La participación tiende puentes entre los ciudadanos y
sus gobernantes facilitando el desarrollo social y control de las políticas
públicas.
Participamos cuando ejercemos
la Contraloría Social que busca garantizar el cumplimiento de los planes y
presupuestos públicos, para el uso eficiente de los mismos. Cuando se observe
una irregularidad administrativa debemos denunciarla ante las autoridades
respectivas para combatir la corrupción.
Del Poder Popular deben surgir
los líderes naturales por sus conocimientos, su prestigio social, por su
ascendencia en la gente, por su contacto diario que le permite conocer bien los
problemas de su comunidad. Un líder debe ser proactivo, humilde capaz de
escuchar a los demás, de aceptar la
diversidad, de ser respetuoso, tolerante e incluyente con la disidencia. Que
sus palabras concuerden con sus acciones
y que viva en su comunidad.
Germán Saltrón Negretti.
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