
También
precisó que existen unas 2.000 millones de personas hambrientas en el planeta
que sobreviven con menos de dos dólares diarios, la mayoría de ellas mujeres y niños. La dimensión de la crisis alimentaria global
lejos de haber disminuido, se incrementa considerablemente. Han sido y serán
los pobres y desposeídos los más afectados por la crisis que elevan los precios, hasta niveles insospechados, que
incluso los profesionales de clase
media, les cuesta trabajo mantener la
alimentación de sus familias de forma estable y balanceada.
Se
necesitan acciones conjuntas de los gobiernos más ricos y voluntad política de
los demás, para eliminar las causas del hambre mundial, como la falta de tierra
para cultivar alimentos con rendimientos aceptables y de empleos decentes.
También se deberá luchar en el plano internacional por alcanzar un sistema de
comercio internacional más justo, con el propósito de impulsar el crecimiento
económico y poder alimentar a las poblaciones más vulnerables.
Germán Saltrón Negretti.
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