jueves, 11 de octubre de 2012

EL NEGOCIO DE LA GUERRA EN COLOMBIA


Viernes, 30/03/2012

Con la detención del ex comisionado de paz en Colombia Luis Carlos Restrepo durante el mandato de Álvaro Uribe, se ha comprobado que la política de pacificación también es un negocio. A pesar de la autocensura que priva en el hermano país sabemos bastante del montaje del Plan de “pacificación” un lucrativo negocio preparado por Uribe y Estados Unidos.

Con la mal llamada política de seguridad de Uribe se montaron carpas y espectáculos de teatros para publicitar que paramilitares y guerrilleros se habían desmovilizado. Con una ley aprobada en el año 2002, aprobada por el Congreso de Uribe lograron beneficiar a los paramilitares con penas disminuidas si confesaban sus crimines sin importarle las víctimas. Lograron desmovilizar a 30 mil personas en el año 2003 según ellos.
Dicha ley fue anulada por el gobierno en el 2004, por una campaña de presión nacional e internacional. Naciones Unidas consideraron que era demasiado generoso al ofrecer penas de 5 a 8 años por delitos graves, aplicables a delitos que los mismos desmovilizados confiesen sin reparación para las víctimas.
La Fiscalía colombiana pidió a la Interpol ordenar la captura del ex comisionado Luis Carlos Restrepo por una falsa desmovilización de un grupo de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. La Fiscalía cuenta con el testimonio del extraditado ex paramilitar Salvatore Mancuso que la desmovilización era falsa y tenía solo fines políticos. Se le imputa“concierto para delinquir, peculado por apropiación, fraude procesal, y porte, tráfico y fabricación de armas de uso privativo de las Fuerzas Militares”.
Desde el año pasado la Fiscalía lo investigaba por el supuesto montaje en la desmovilización de una columna de la guerrilla comunista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), identificada como ‘Cacica Gaitana”. Según testimonios de ex guerrilleros, los combatientes que entonces entregaron sus armas no eran tales, sino que eran habitantes humildes de una barriada de Bogotá a los que se les pagó para que posaran en el acto.
Germán Saltrón Negretti. 

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