El
crimen genera unos 2,1 billones de dólares en ingresos anuales a nivel global, un 3,6%
del PIB mundial, y podría seguir creciendo, dijo Yury Fedotov, director de la
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC) lo describe
como “una amenaza a la seguridad y el desarrollo económico global”. La cifra
fue calculada por primera vez por el Banco Mundial y la UNODC con base a datos
de 2009.
Tal
cantidad de dinero tienen que llegar a los bancos. Un informe del subcomité
permanente del senado EEUU, desveló que HSBC, el mayor banco británico, tiene
cuenta abiertas de traficantes y de grupos terroristas. Policías antidrogas de
EEUU realizaron una redada en la mansión de Ye Gon, empresario chino-mexicano en la Ciudad México, encontraron 207 millones de dólares en
efectivo escondido en una habitación secreta. Se describió como “la mayor
incautación de dinero de la droga de toda la historia”. Ye Gon fue acusado de
enviar químicos a las bandas mexicanas de narcotraficantes que las utilizaban
para fabricar 40.000 kilos de metanfetamina, la droga mortal también conocida
como cristal.
El
banco tenía varios años recibiendo dinero por el sistema financiero en nombre
de Ye Gon. El departamento de seguridad HSBC creía que las cuentas se habían
cerrado tres años atrás. Para HSBC este caso no es más que la punta de un gran
iceberg. Un informe del subcomité del senado de EEUU, develó que el mayor banco
británico ha gestionado dinero para terroristas, dictadores, capos de la droga
y jefes de bandas de todo el mundo. Durante años, el banco local permitió que
parte de su red se convirtiese en una lavandería financiera para delincuentes
internacionales.
El
HSBC era un modelo de buenas prácticas. Fundado por comerciantes relacionados
con el opio en Hong Kong en 1865, y basado en “firmes principios bancarios
escoceses”, se considera uno de los bancos más conservadores del mundo. No
necesitó ayuda estatal durante la crisis financiera, como sucedió con casi
todos los demás bancos globales. Pero la noticia ha dado al traste con su
reputación. Sumada al creciente escrutinio del sector tras el escándalo por la
manipulación del Líbor, la debacle de HSBC amenaza con arrojar más luz de
corrupción sobre el sistema financiero.
Las
regulaciones y controles del sistema bancario mundial, es de urgente
aplicación, dado que el negocio crediticio es más lucrativo, debido a que
trabaja con el dinero de los depositantes. Los banqueros no pueden tener
pérdidas y menos que éstas, deban ser pagadas
por los gobiernos de los Estados con los impuestos y sacrificios de los ciudadanos, como sucede
en los Estados Unidos y en los países
europeos.
En
el caso de HSBC se han descubierto carencias en su gestión de operaciones
bancarias muy sencillas, en muchos casos realizadas en efectivo. Por esa razón,
la noticia es mucho más preocupante que los escándalos que han salido a la luz.
Aun así, hay que tener en cuenta las circunstancias atenuantes. En su
testimonio ante el comité del senado de EEUU la semana pasada, Paul Thurston,
un alto banquero del HSBC que fue lanzado en paracaídas en México para
adecentar el negocio del banco, aseguró que el personal del banco se veía
amenazado con frecuencia (o incluso era secuestrado) por las bandas de
narcotraficantes.
Ahora
que HSBC ha perdido su aureola, al sector no le queda nadie que le defienda. Ya
no es el gran banco con una reputación impecable. La semana pasada HSBC acaparó todas las
miradas por su implicación en el blanqueo de capitales, y sobre el escándalo de
la manipulación de los tipos de interés del Líbor LIBOR (es una tasa de
referencia diaria basada en las tasas de interés bajo la cual los bancos prestarán dinero unos a otros
continúa variando a través del día. Se calcula que LIBOR influye sobre el costo
de US$ 360 trillones en instrumentos financieros. La tasa es fijada por la
Asociación de Banqueros Británicos. Estos aquelarres han proyectado mas sombra
sobre el sector bancario mundial.
Germán Saltrón Negretti.
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