Estado
de Bienestar (The Welfare State) es un concepto de las ciencias políticas y
económicas, según la cual el Estado debe proveer ciertos servicios o garantías
sociales a los habitantes de un país. Comienza en el año 1945 después de
finalizada la Segunda Guerra Mundial que dejo totalmente destruida a Europa. Ha
sido el resultado combinado de diversos factores en algunos países, como el
reformismo socialdemócrata y el socialismo iniciado con la Revolución
Bolchevique en 1917. Los sindicatos después de un siglo de lucha conquistaron
el seguro social obligatorio, salario mínimo, pensiones por jubilación, y el
incremento de los servicios sanitarios y educativos.
Con
la elección de Margaret Thatcher en Reino Unido (1979) y Ronald Reagan en EE
UU, comenzó el proceso de desmantelamiento del Estado de Bienestar. Reagan
llegó con la promesa de reducir impuestos a los ricos, aumentar el presupuesto
de defensa y reducir el gasto fiscal. En el segundo periodo de Reagan, el
déficit público llegó a una tasa de 5.4 por ciento del PIB, los capitalistas de
EE UU desde 1985 declinaron las inversiones en su país y trasladaron sus
industrias a los países no desarrollados para reducir costos, favoreciendo así
a las empresas y perjudicando a sus trabajadores.
Asimismo,
las inversiones productivas en países capitalistas declinaron, siendo
reemplazadas por inversiones financieras especulativas, disminuyendo la
productividad. Además, aumentaron los gastos militares con las guerras de Irak y Afganistán. La deuda
pública de EE UU ascendió a $14.46 billones correspondiente al 98,6% del PBI del
año 2010. Con esta deuda, EEUU está en los primeros lugares frente a otros
países. Con un sistema capitalista en una crisis estructurar, esa deuda es
impagable.
La
deuda pública en la Eurozona, se encuentra con un déficit parecido a EE
UU, que afecta a los 16 miembros de la
Unión Europea. Ejemplos como los de Grecia, Irlanda, España, Portugal e Italia
son conocidos por todos. Sin embargo,
la Banca Internacional pretende hacerle
creer a los pueblos, que la deuda pública se ha generado por el excesivo gasto
de los gobiernos en servicios públicos, y porque las personas han gastado “por
encima de sus posibilidades”. Dicen que el único remedio es aplicar las
durísimas políticas de austeridad a la población. Eso no corresponde a la
verdad, y llevará a la economía mundial a un desastre mayor y conflictos
sociales incalculables.
Por ejemplo, si el Banco Central Europeo, no
le hubiera permitido la financiación a la banca privada para que hicieran un
negocio descomunal, cobrando intereses especulativos a los gobiernos, las
economías europeas no estarían en situación tan grave. Los bancos privados
deben utilizar sus recursos para financiar a las empresas y consumidores para
promover empleo e ingresos públicos suficientes. El Banco Central también
permitió que los ahorros de clases ricas se destinaran a la especulación
financiera, deteriorando la actividad productiva y no generando empleos.
Asimismo,
los gobiernos han consentido los paraísos fiscales, en donde se calculan que
existen entre 1,5 y 2 billones de euros que no pagan impuestos.
Finalmente, la falta de democracia real
que permitiera el control social de los banqueros, la falta de sanción de la
corrupción y la falta de participación efectiva del pueblo en la gestión
presupuestaria, no permitió evitar este saqueo al pueblo europeo. Conclusión, si los países que habitamos la
única nave espacial llamada tierra, debemos
construir el sistema socialista donde la economía está en función de la
gente y no del capital, única manera de disfrutar todas y todos el Estado de
Bienestar que no puede ofrecer el sistema capitalista.
Germán Saltrón Negretti.
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