Martes, 09/10/2012
Una de las virtudes del comandante presidente Chávez es su ética y su
conciencia del deber social, razón suficiente para no fallarles nunca a los
pobres y a la clase media. Esa simbiosis entre el Presidente y su Pueblo se
comprobó por quinta vez, con esta alta votación lograda el 7 de octubre de
2012. Durante esta campaña electoral el presidente Chávez reconoció la
ineficiencia de algunos funcionarios. “Errores muchos. Ineficiencia, por
ejemplo, burocratismo, falta de seguimiento a los proyectos que se aprueban”, reflexionó
durante la excelente entrevista con José Vicente Rangel, el 30 de septiembre,
otro de nuestros ciudadanos ejemplares. Chávez se comprometió a realizar un
seguimiento mayor a sus funcionarios para obtener mayor eficiencia de su
administración pública.
Mi experiencia de trabajo en la
administración pública, de doce años durante la Revolución Bolivariana, me ha
demostrado que los funcionarios con mayor conciencia del deber social y
eficiencia en su trabajo, no son los que ocupan los cargos de responsabilidad.
Eso desmotiva al resto de empleados y produce una crisis en la gestión pública.
Ocasionando el primer acto de corrupción de un funcionario público, que
consiste en acostumbrarse a cobrar sin trabajar. Sin embargo, eso no ha sido
impedimento para obtener grandes avances económicos, sociales y culturales en
los 14 años de gobierno. Por esa razón, el presidente Chávez nunca ha perdido
una elección presidencial.
Pero el presidente Chávez es
consciente que si un país no logra tener una administración pública eficiente,
es imposible garantizarles a sus ciudadanos todos los derechos humanos, y se
presentará en corto tiempo un fracaso de gobernabilidad. En estudios realizados
en países, incluso en Cuba, se ha demostrado que la falta de una supervisión
estricta y la desmotivación causan una gestión deficiente, ocasionando atraso
en el bienestar social de la sociedad.
Un ministro, alcalde o gobernador
que no tenga una comunicación fluida y permanente entre sus cuadros directivos,
sus funcionarios y comunidades, demuestra un total desconocimiento de nuestros
principios constitucionales, que indican que nuestra democracia es
participativa y protagónica. Además, son objetivos fundamentales para una buena
gerencia. Porque, si no hay comunicación, no habrá una buena organización, y
sin esta no existirá eficiencia en ninguna institución, ni siquiera en la
familiar.
Las venezolanas y (los) tenemos la
seguridad de que el presidente Chávez cumplirá pronto con lo prometido en la
entrevista arriba mencionada: “Como líder me encargaré de inyectarle más
voluntad al proceso”. Este servidor público le sugiere al presidente Chávez la
implementación de dos misiones urgentes. Una podría ser llamada Misión
Conciencia Nacional para el estudio y promoción de nuestra Constitución, dentro
de las instituciones del Estado y el Poder Popular. La segunda podría llamarse,
Misión Eficiencia en la Gestión Pública, para lograr la capacitación integral
de todos los funcionarios públicos. Estas imprescindibles misiones podrían ser
dirigidas por el Consejo Federal de Gobierno, el Consejo de Estado y el Poder
Ciudadano.
Germán Saltrón Negretti.
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