03 de febrero de 2017
Crédito: Resumen Latinoamericano
Alirio Córdoba
Alirio Córdoba
Luego
de marchar casi 10 kilómetros, las guerrilleras y guerrilleros del
Bloque Martín Caballero de las FARC EP, arribamos al PTN en la
vereda Pondores, corregimiento de Conejo en la Guajira, animados por
la convicción de honrar la palabra empeñada consistente en llegar a
las Zonas Veredales y puntos transitorios en esta fecha histórica.
Con esto se ratifica que las FARC cumplen.
En
Pondores encontramos una explanada desértica, castigada por un sol
guajiro implacable de donde se levantan unas construcciones recién
iniciadas y una nube de polvo que corta la respiración. El ruido de
la maquinaria pesada aturde, más a una población acostumbrada a
vivir en el silencio de la selva.
No
imaginábamos así la reincorporación; nos habían ilusionado con la
promesa que llegaríamos a un pueblito con todos los servicios
básicos resueltos; un lugar agradable como la montaña que nos
abrigó en años de trashumancia guerrillera, donde iniciaríamos el
proceso de educación y formación de cara a la reincorporación “de
acuerdo a nuestros intereses políticos, económicos, sociales y
culturales”, como reza el acuerdo. Pero en el PTN de Pondores no
hay viviendas, sanitarios, conexiones eléctricas, puesto de salud o
primeros auxilios, medicamentos, cocinas, almacén para los víveres,
aulas para realizar las actividades educativas y culturales; nada de
eso, el PTN de Pondores es un peladero sin las mínimas condiciones
de habitabilidad y convivencia.
Teniendo
en cuenta que hace dos meses sufrimos la muerte de una guerrillera
(Damaris Lee), en el PPT de la Ye de Las Marimondas, por falta de
atención médica oportuna, es nuestro deber encender a tiempo las
alarmas antes de que ocurran hechos lamentables por causa de otra
desatención en salud. No estamos exagerando; en el PTN de Pondores
hay tres mujeres embarazadas y una recién parida. Para los que aún
no lo saben, los integrantes de las FARC en proceso de
reincorporación, no gozamos de un sistema de salud como afirmó el
presidente Santos hace unos días en el Meta; necesitamos eso sí, un
régimen de salud que no nos condene a morir en la puerta de los
hospitales, un régimen de salud que garantice protección y
dignidad.
EL
AFÁN GUBERNAMENTAL POR LA DEJACIÓN DE ARMAS
Las palabras
del alto comisionado para la paz, doctor Sergio Jaramillo, el pasado
primero de febrero en Pondores reflejan el afán del gobierno de que
se inicie rápidamente el cronograma de la dejación de armas. No
muestran el mismo interés por la reincorporación y la
implementación de los acuerdos. Esta misma sensación quedó en
muchas de las personas que acompañaron la marcha guerrillera. Los
habitantes humildes de estas tierras maltratadas de la Guajira temen
que con el proceso de implementación ocurra igual que con la
construcción de las ZVTN y PTN.
En
las Zonas Veredales y puntos transitorios los guerrilleros ocupan el
tiempo en tareas de construcción, cumpliendo una misión que es del
gobierno nacional, en lugar de estar preparándose para los nuevos
retos que trae consigo la reincorporación a la vida civil “según
sus intereses…”. A este ritmo pasarán los 180 días de la
dejación de armas sin que se realice el censo socioeconómico para
los procesos formativos, de homologación y validación de
conocimientos de los combatientes. Mal comienzo para la
reincorporación.
LA
LEY DEL EMBUDO
Como en la canción de un compositor nacido
de esta tierra: “la ley del embudo, lo ancho pa’ ellos, lo
angosto pa’ uno”
Hará falta mucha movilización popular
para que el proceso de implementación de los acuerdos no se vea
empantanado por la mezquindad de esta clase gobernante.
UNA
ACLARACIÓN NECESARIA
En el afán de mostrar a los medios de
comunicación y la opinión pública avances de las construcciones en
el PTN de Pondores, el gobierno nacional a través de la Oficina del
alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, simularon la
existencia de construcciones que no estaban listas, como sanitarios,
pozas sépticas, cocinas, y una vez terminado el acto público
volvieron a desmontarlas. Ahí está retratada la vieja forma de
hacer política, de la que estamos dispuestos a marcar diferencia en
aras de generar un medio ambiente político en Colombia de democracia
verdadera.
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