09 de febrero de 2017
Crédito: Sputniknews
Polémica
por el pedido de 34 legisladores republicanos y demócratas que
enviaron una carta al presidente de Estados Unidos, Donald Trump,
para aumentar la presión sobre Venezuela por casos de corrupción y
violación a los derechos humanos.
Para
Jordán Rodríguez, vicepresidente de la televisión pública
venezolana, más allá de que Trump aseguró que miraría más hacia
EEUU, el Secretario de Estado, Rex Tillerson, hizo referencia a la
necesidad de restaurar la democracia en Venezuela.
"Dan
por supuesto que en mi país existe una dictadura. Tal vez esta sea
una medida para presionar a Trump a que active un gatillo contra
Venezuela porque había dicho que no era una de sus prioridades",
señaló el periodista en declaraciones a Sputnik.
La
carta de los congresistas estuvo motivada por una investigación de
la agencia de noticias estadounidense AP, en la que se citan
supuestos vínculos con el narcotráfico y con grupos terroristas de
Oriente Medio del nuevo vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami.
"En 2005 la DEA fue expulsada de Venezuela por Hugo Chávez. Desde entonces, hasta 2012, se incrementó en el país el decomiso de drogas. Entre 2008 y 2010, El Aissami era ministro de Interior, el gran responsable de haber golpeado a los carteles en Venezuela. No parece casualidad que AP publique esta nota donde se lo señala como uno de los funcionarios que tienen que ser presionados por Trump. Cuando ves la trayectoria de un funcionario así y observas reacciones como estas por parte de EEUU, pues comienzas a atar cabos", indicó.
Para
Rodríguez, el poder de los medios es "evidente". Recordó
que desde la prensa estadounidense se quiso responsabilizar a
agencias rusas por la derrota electoral de Hillary Clinton, y que RT
denunció "amenazas" por quita de patrocinio y
financiación.
Pero
expresó que la "sociedad hiperconectada" no es fácil de
engañar, y que el establishment y el poder mediático están bajo su
ojo supervisor. "Como periodistas estamos sometidos
continuamente al análisis de la sociedad. Se hace cada vez
más difícil
mentir y manipular con este tipo de acciones", agregó.
Además
recordó que como corresponsal de Telesur en Libia en 2011, vio
reporteros de AP "sentados en una piscina bebiendo capuchinos",
mientras aseguraban haber recorrido las calles de Trípoli y
haber presenciado "cómo se fusilaba gente". Sin embargo,
"ellos nunca salieron del hotel", aseguró Rodríguez.
"Tal vez lo que se pretenda con esta nota, donde se acusa al vicepresidente por nombre y apellido, es generar alguna reacción del Gobierno venezolano y comenzar así una guerra diplomática que complique las relaciones entre ambas naciones", concluyó.
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