miércoles, 1 de febrero de 2017

MUROS PARA LAS PERSONAS Y NO A LOS CAPITALES

29 de enero de 2017
Germán Saltrón Negretti


En tiempos de la globalización capitalista, los gobiernos promueven la construcción de muros, para evitar la emigración de personas de un país a otro. Algunos de los muros de este siglo XXI son vestigios de la guerra fría, o por nacionalismos o rivalidades productos de antiguas guerras, el Paralelo 38, el muro entre Israel y Palestina, el de Ceuta en España o los menos conocidos como el de Tailandia o Botswana. En cambio las fronteras comerciales se abren cada vez más y los medios de transporte hacen posible la interacción entre habitantes de regiones del mundo que nunca antes en la historia habían convivido. Sin embargo, otros países optaron por levantar barreras físicas para separarse de otros Estados o aislar una región.


Estos muros se promueven con el mismo argumento, el peligro que representan los otros seres humanos. La idea de construir un muro se vende a la población como una medida de seguridad. En Marruecos, el llamado "muro de la vergüenza", que fue construido con piedras y bolsas de arena a lo largo de 2.400 kilómetros del Sahara occidental para evitar la entrada de independentistas, rodeada de campos de minas. España ha construido muros en Ceuta y Melilla para separar estos enclaves europeos de la población africana. Las vallas ubicadas en la parte norte de Marruecos fueron financiadas por la Unión Europea, estaban constituidas por una doble muralla paralela de tres metros de alto, alambre de púas, detectores de movimiento y cámaras.

Luego del asalto masivo de inmigrantes africanos que intentaban alcanzar las costas españolas, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero dobló la altura de la cerca hasta los seis metros. Israel inició en 2002 la construcción de una barrera que atraviesa Cisjordania con el pretexto de librar a sus ciudadanos de los ataques de terroristas palestinos. El fallo del Tribunal Internacional de La Haya en julio de 2004 la declaró ilegal y ordenó que fuera derribada, pero esta medida fue ignorada por Israel hasta ahora. La guerra promovida por EE.UU contra Siria que ha ocasionado la migración de más de 2 millones de personas que huyen a Europa.

El muro con más críticas es el que construyó Estados Unidos en la frontera de 3.000 kilómetros que comparte con México, para contener las oleadas de inmigrantes ilegales. No contento con esto, Donald Trump prometió en su campaña electoral continuar otro en la frontera con México de 3.000 kilómetros más. Lo que sorprende del sistema capitalista mundial es la libre circulación del dinero que va y viene a velocidades supersónicas y las trabas se construyen para las personas. Algo detestable que explica que el sistema capitalista que gobierna al mundo, tiene forma humana pero se comporta peor que los animales salvajes. 

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