21 de julio de 2017
Crédito: Resumen Latinoamericano
La
ofensiva argentina contra Venezuela encontró un límite en la Cumbre
de Mendoza, cuya declaración final, que no firmó Evo Morales, no
contempla ninguna sanción al país caribeño aunque insta “al
Gobierno y a la oposición a no llevar a cabo ninguna iniciativa que
pueda dividir aún más a la sociedad venezolana”.
Los
países del Mercosur optaron hoy finalmente por suavizar su posición
respecto al gobierno de Nicolás Maduro y manifestaron su “profunda
preocupación por el agravamiento de la crisis política, social y
humanitaria” en Venezuela, a la vez que instaron al “cese de toda
violencia y a la liberación de todos los detenidos por razones
políticas” en el país caribeño.
En
forma paralela y casi en el cierre de la cumbre de presidentes que se
desarrolló en esta capital, los cuatro países miembros del bloque
regional con la adhesión de Chile, Colombia, Guyana y México
enviaron una nota a Caracas “instando” a iniciar un proceso de
diálogo en “un plazo particularmente breve”.
Si
bien la Cancillería argentina se esforzó por negar un pequeño giro
en la estrategia regional hacia el gobierno chavista quedó en
evidencia que la posición de Tabaré Vázquez de “no intervención
de países terceros en asuntos internos” jugó en contra de la
ofensiva argentina por aplicar la cláusula democrática del
Protocolo de Ushuaia.
Incluso
la acción promovida por los dos principales socios del Mercosur,
Argentina y Brasil, fue rechazada por el presidente de Bolivia, Evo
Morales -no firmó la declaración sobre Venezuela-, y las
delegaciones de Perú y Ecuador, según confirmaron fuentes
oficiales.
“Los
Estados Partes del Mercosur y los Estados Asociados de Chile,
Colombia y Guyana, así como México, reiteran su profunda
preocupación por el agravamiento de la crisis política, social y
humanitaria en la República Bolivariana de Venezuela”, reza el
comunicado final de la cumbre, que “insta al restablecimiento del
orden institucional, la vigencia del Estado de derecho y la
separación de poderes, en el marco del pleno respeto de las
garantías constitucionales y los derechos humanos”.
También
“exhortan al Gobierno y a la oposición a no llevar a cabo ninguna
iniciativa que pueda dividir aún más a la sociedad venezolana o
agravar conflictos institucionales”.
“Nos
estamos ofreciendo para ser facilitadores del diálogo”, sostuvo
luego, en conferencia de prensa, el canciller argentino Jorge Faurie,
quien explicó que “en el protocolo de Ushuaia hay una instancia
que obliga a una consulta final y en este proceso enviamos una nota
de los cuatro países del Mercosur”.
Tanto
Faurie como Aloysio Nunes, canciller de Brasil, país que se hizo
cargo de la presidencia pro tempore, dejaron en claro que el bloque
no dispuso sanciones contra la administración de Maduro e incluso
negaron que la nota enviada hoy fuera un ultimátum.
“La
consulta no es un ultimátum sino que esperamos que sea real y
fructífera la gestión”, explicó Nunes, para remarcar que la
aplicación de la cláusula democrática “tiene que ser adoptada
por consenso de los estados miembros del Mercosur”.
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