03 de abril de 2017
Crédito: LaIguanaTv
El
exagente de Estado venezolano ante los organismos de derechos humanos
considera que la propuesta del secretario general de la Organización
de Estados Americanos, Luis Almagro, “es simplemente golpista”.
Abogado
de amplia trayectoria en materia de derechos humanos y relaciones
internacionales, autor del blog Todo
Sobre los Derechos Humanos
(https://todosobrederechoshumanos.blogspot.com/
),
Germán Saltrón Negretti (Valencia, 1944) asegura que la Asamblea
Nacional puede recuperar sus funciones si acata las decisiones del
Tribunal Supremo de Justicia, órgano que en Venezuela, como en todos
los demás países, tiene la atribución de dirimir las discrepancias
entre otras ramas del Poder Público.
A
continuación, una versión del diálogo de Saltrón sostuvo con el
periodista Clodovaldo Hernández:
-Con
su experiencia en foros internacionales, ¿qué balance hace del
resultado del primer round en la Organización de Estados Americanos?
-No
es el primero, es el segundo, porque el año pasado hubo una primera
discusión al respecto. Ambas han sido totalmente ilegales, porque
para que se discuta la situación de un estado miembro de la OEA, el
gobierno de ese país debe dar su consentimiento. Hay una violación
a la soberanía de los Estados, cuando la OEA se inmiscuye en
política interna. Por otro lado, fracasaron por segunda vez en su
intento de aplicarle a Venezuela la Carta Democrática. Quedó
demostrado que se violaron las normas de la OEA porque lo que se
quiere es sancionar a Venezuela para después llevar a cabo una
invasión militar. Fracasaron una vez más, a pesar de la presión
que ejercieron contra tres países de América Latina a los que un
senador republicano de Miami les advirtió que si no votaban contra
Venezuela iban a sufrir represalias. Así es como actúa el imperio,
pero los países de América Latina y el Caribe no van a permitir que
se intervenga a Venezuela porque no hay razón y el principio
fundamental es que no hemos violado los derechos humanos, tanto
es así que en el último informe del Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo, se nos ubica en el nivel de desarrollo humano
alto y somos uno de los 38 países que han cumplido con las Metas del
Milenio. Lo más irónico es que tenemos acusaciones por parte de
países que están por debajo de nosotros en derechos humanos, como
Colombia, México y Chile. Por eso, rechazamos esa conducta
injerencista y sostenemos que no hay razones para aplicar ninguna
sanción contra Venezuela.
-Sin
embargo, se trata de “acontecimientos en pleno desarrollo”, como
diría Walter Martínez, pues al parecer, las decisiones del Tribunal
Supremo de Justicia han repotenciado las intenciones de Luis Almagro
y vendrán nuevos intentos de aplicar la Carta Democrática. ¿Cree
que tendrán éxito?
-No
hay razón para eso, motivado a que nuestra Constitución, que es una
de las más desarrolladas en materia de todos los derechos,
incluyendo los políticos, económicos, sociales y ecológicos. Esa
Constitución establece cuáles son los deberes y atribuciones de
cada uno de los cinco poderes públicos y el Tribunal Supremo de
Justicia es el poder que decide cuando hay una controversia entre
poderes. Eso es así en Venezuela y en todos los países del mundo,
es universal. El artículo 336 prevé el caso que se ha presentado
con el desacato de la Asamblea Nacional. Todo el mundo sabe que ese
parlamento está fuera de la ley por no acatar sentencias del
Tribunal Supremo, entre ellas la desincorporación de los tres
diputados de Amazonas. Por esa razón, todas las acciones que ellos
decreten son inválidas. El 336 establece que si la Asamblea está
ilegalizada, sus diputados no gozan de inmunidad parlamentaria y
pueden incurrir en el delito de traición a la Patria porque esos
diputados han ido a instancias internacionales a pedir la
intervención en Venezuela. Por otro lado, nosotros tenemos la
urgencia de aprobar convenios petroleros con empresas internacionales
para trabajar en la Faja del Orinoco. Esos convenios deben contar con
el apoyo de la Asamblea Nacional, pero como está en desacato, le
corresponde al Tribunal Supremo tomar esas decisiones. Tanto es así
que el mensaje presidencial de Nicolás Maduro fue presentado ante el
Tribunal Supremo, porque está supliendo la falta de la Asamblea.
-¿Cómo
queda la voluntad del electorado que, mayoritariamente, se pronunció
a favor de la oposición en las elecciones parlamentarias de 2015,
pues en la práctica no tienen una representación con el peso
político que les corresponde?
-La
responsabilidad de eso la tienen sus diputados, por sus actuaciones
irregulares e inconstitucionales. La conducta de los diputados es la
que ha traído como consecuencia que sean invalidados. Esos
electores, que votaron por esos diputados, tienen que reclamarles que
actúen conforme a la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela. Esos líderes han defraudado a la población que votó por
ellos. Lo que deberían hacer es mantener la armonía y, a través de
la Asamblea Nacional, proponer leyes que vayan en beneficio del
pueblo, y no todo lo contrario, leyes que apuntan a la subversión y
que, incluso, pueden permitir una invasión extranjera en Venezuela.
Cuando la AN pide que intervenga la OEA y que a Venezuela se le
aplique la Carta Democrática, está incurriendo en traición a la
patria.
-¿Qué
tendrían que hacer los diputados opositores y la directiva
actualmente en funciones, designada, para entrar en una situación
regular?
-Bueno,
primero, esa directiva, la que entró en funciones este año, es
irregular porque ya venían en desacato. Lo que tienen es que
adaptarse a la Constitución, acatar la norma constitucional, ponerse
a derecho, y perfectamente seguir funcionando. Esa sería una actitud
muy valiente y democrática y así responderían a la confianza de
sus electores. Esas decisiones del TSJ no los invalida, sino que
deben rectificar y desincorporar a los diputados acusados de fraude
en las elecciones.
-Un
componente importante de este conflicto es el mediático. En la
prensa internacional, Venezuela aparece como un país donde ocurrió
un golpe de Estado, un autogolpe. ¿Cómo explicarle al mundo lo que
realmente sucedió?
-Diciendo
que el único golpe de Estado que ha ocurrido recientemente fue el
del 11 de abril de 2002, que fue mediático totalmente, que tuvo
información internacional suficiente y que, al final, se demostró
que había un golpe de Estado. Sin embargo, el TSJ de aquella época
decretó, a los tres meses siguientes, que no lo hubo, sino un vacío
de poder y que los militares que detuvieron al presidente estaban
preñados de buena voluntad. Y el presidente y los otros poderes
tuvieron que acatar esa decisión absurda del TSJ. En este caso, la
Asamblea está cometiendo irregularidades peores que aquellas porque
no acata órdenes del Tribunal Supremo y, repito, en cualquier país
le corresponde al máximo tribunal mediar en los conflictos entre
poderes.
-Hace
unos minutos (en la mañana del viernes 31 de marzo) cruzamos frente
al Palacio Federal Legislativo y observamos que no había ninguna
manifestación de apoyo a la Asamblea Nacional ¿Cómo se interpreta
eso?
-Eso
dice que el pueblo venezolano ya tiene mucha educación política y
sabe que no hay razones para apoyar a la Asamblea Nacional. Tan es
así que en la rueda de prensa del diputado que aparece como
presidente de la AN, (Julio) Borges, que no lo es porque está
ilegal, estaban presentes solamente quince parlamentarios. O sea, que
los mismos diputados y la mayoría del pueblo saben que están
actuando fuera de ley y que no tienen razón. Por eso no tienen
apoyo.
-Luis
Almagro plantea que deben hacerse de inmediato elecciones generales
en Venezuela. ¿Cuál es el fundamento de esa propuesta?
-Es
un fundamento golpista, simplemente. Nadie puede darle lecciones a
Venezuela en materia electoral, pues en 18 años hemos tenido 20
procesos electorales, más de uno por año. Nuestro objetivo es hacer
todo a través de elecciones, pero en este caso no se puede porque la
oposición está violando la Constitución. Tan pronto ellos estén
dentro de la legalidad, y los partidos de oposición terminen de
validarse, de recoger las firmas respectivas para tener derecho a
actuar en política a nivel nacional, podrán hacerse las elecciones.
No están vetadas, si la oposición se pone a derecho, seguramente
para el próximo año o para finales de este, podrán hacerse las
elecciones de gobernadores.
-¿Existe
un riesgo real de que en escenarios internacionales, sea en la OEA o
en otra instancia, se apruebe alguna medida que pueda significar la
intervención en Venezuela?
-Pienso
que no. La presión en esta oportunidad en el Consejo Permanente de
la OEA fue tremenda. De los 34 países de la OEA, doce son islas que
viven del turismo, es decir, que dependen en mucho de las empresas
navieras extranjeras. Si las empresas deciden dejar de tocar en esas
islas, les causarían un gran daño económico, pero a pesar de esa
amenaza, esos países se han comportado fieles con Venezuela porque
nosotros también hemos sido solidarios, tenemos Petrocaribe, tenemos
Unasur, instituciones internacionales en las que Venezuela ha ayudado
mucho. Esos países saben que estas son maniobras del gobierno de
Estados Unidos para apoderarse de nuestras riquezas.
-En
Estados Unidos hay un nuevo gobierno, que tiene sus peculiaridades
dentro de la dinámica del bipartidismo de ese país. La actitud del
nuevo presidente ha tenido unos matices ligeramente diferentes, no
sabemos si a favor o en contra. ¿Cómo lo ve usted?
-El
presidente (Donald) Trump es una persona que tiene la ventaja de ser
multimillonario y se ha rodeado de un gabinete de gente parecida a
él. Sin embargo, no se puede perder de vista que en EEUU quien
realmente manda es la industria petrolera y el lobby de la industria
militar.
Si
él no atiende las órdenes de esos dos poderes, puede verse en
problemas y ya muchos internacionalistas y agencias lo están
señalando. De todas formas, esperemos que actúe de acuerdo y en
beneficio de la humanidad porque en una guerra nuclear no habrá
vencidos ni vencedores. La solución siempre será el diálogo y la
paz, no hay otra salida para la humanidad.
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