domingo, 23 de abril de 2017

Iglesia en la Cuarta República exigía a los venezolanos la obligación de respetar al Gobierno Constitucional

16 de abril de 2017
Crédito: Aporrea.org


"En estos momentos difíciles y oscuros que estamos viviendo, me dirijo a la nación en mi carácter de pontífice de la Iglesia y de ciudadano venezolano. Como pontífice de la Iglesia cúmpleme recordar la obligación de conciencia que existe de respetar el gobierno legítimamente constituido".


Esta frase no fue dicha por Jorge Urosa Savino, el actual "Cardenal" de Venezuela, como mensaje ante las violentas convocatorias realizadas por la dirigencia política que hoy se encuentra en la acera de la oposición y ha convocado sistemáticamente a guarimbas, "salidas" antidemocráticas y ataques a instituciones democráticas mediante el incendio, la destrucción y el asesinato de venezolanos.

Jorge "Cardenal" Urosa Savino ha evidenciado claramente su posición política. En la
Basílica Santa Teresa, durante su discurso político de Miércoles Santo, se le vio muy cordial con algunas de las dirigentes que lideran la abierta e ilegal desobediencia de las leyes y normas de convivencia, María Corina Machado, quien está implicada en los ataques virulentos contra el Gobierno Constitucional que han provocado heridos y hasta muertos, ciudadanos vilmente asesinados tras su convocatoria terrorista de 2014, junto a Leopoldo López, así como de otras figuras de la derecha.

Por el contrario, en línea con sus planes políticos, Urosa Savino utilizó la misa del Nazareno para decir, textualmente: "El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, debe cambiar el rumbo que lleva su gobierno al querer instalar en Venezuela una dictadura socialista comunista". La feligresía fue sorprendida por la mala fe de este sacerdote y protestó enérgicamente en el templo pidiéndole respeto y llamando a no provocar amenazas a la paz de Venezuela.

Por eso aquel mensaje recordando la obligación de respetar al Gobierno Constitucional no pudo ser emitido por Urosa Savino, ni mucho menos pronunciado en este siglo XXI.

Se trata de un mensaje ofrecido hace ya casi 57 años, por el entonces Arzobispo de
Caracas José Humberto Quintero, quien luego será el primer "Cardenal" que tuvo Venezuela, cuando fijó posición en 1960 en ocasión de las graves protestas sociales que los venezolanos iniciaban por la represión y la intolerancia brutal durante el gobierno adeco de Rómulo Betancourt, y que se mantendrán a lo largo de casi 40 años en los siguientes mandatos de la llamada Cuarta República.

"Recordé esta grave obligación en ocasión reciente, y ahora debo recalcarla", advirtió Quintero en aquellas memorables palabras, al confesar que ya había comentado esta obligación de los venezolanos de respetar al Gobierno Constitucional en anteriores oportunidades.

Es una obligación de conciencia respetar al Gobierno Constitucional", fue,
precisamente, el título que el diario Últimas Noticias utilizó para publicar entonces el mensaje completo del futuro Cardenal, para apaciguar los ánimos de un pueblo que protestaba tanto violenta como espontáneamente, aunque sin las acciones terroristas incendiarias y destructoras de lo que hoy conocemos como guarimbas en el vandalismo político planificado y ejecutado.

"Como ciudadano quiero hacer un fervoroso llamado a todos mis compatriotas en el sentido de procurar el restablecimiento del orden, que es condición indispensable para la paz. Se nota un empeño en turbar ésta, y ningún hijo de Venezuela debe prestarse a ese intento criminal", agregó entonces el arzobispo Quintero, en conceptos que retratan muy bien las violentas "protestas" pacíficas de la derecha del siglo XXI.

Foto archivo agencias / 2014

"Por el camino del desorden y del bochinche solo se llega a la anarquía y
consecuencia inevitable de la anarquía será, tarde o temprano, una nueva dictadura. Se habrán perdido, entonces, tantos esfuerzos y sacrificios hechos para implantar la libertad y la democracia", continuaba Monseñor en su mensaje, cuyas palabras pudieron haber sido emuladas por sus sucesores de la jerarquía, si no estuvieran ocupados en justificar abiertamente ese camino de anarquía, desorden y bochinche.

"Ante el peligro de que se desencadene una guerra civil, oportunas son estas palabras de Pío XII: "Nada se pierde con la paz, todo se pierde con la guerra!", advirtió entonces.

"¡En esta hora grave elevo mi corazón a Dios para decirle: ¡Señor, salvad a Venezuela!",
terminó el Arzobispo, hace casi 60 años, recibiendo el aplauso de quienes lo escucharon.

Este mensaje fue dicho, palabra por palabra, por el Arzobispo caraqueño Humberto Quintero desde el propio Palacio de Miraflores, durante una visita oficial del monseñor al señor presidente Rómulo Betancourt.

Fue publicado por la gran prensa nacional privada, en la época donde el periodismo venezolano era creíble y veraz, y cuando se hizo costumbre que el Estado reprimiera brutalmente a la oposición política y a cualquier
disidencia social o económica, mediante el uso de la fuerza pública incluido el ejército, por órdenes expresas del Ejecutivo.

En el recorte de prensa de 1960, en la hemeroteca del periodismo venezolano del siglo XX, veraz, creíble y honesta pese a la censura aplicada por los gobiernos de la derecha, Últimas Noticias publicó junto a la transcripción del mensaje de Monseñor Quintero otra noticia, impactante y reveladora de cómo era la política de Estado, con la resolución del entonces Ministerio de la Defensa tras recibir la orden de Rómulo Betancourt, que fue titulada:

"Orden de disparar contra saqueadores, incendiarios y revoltosos que se resistan, tienen tropas".

Pero este detalle no era objeto a ser considerado como elemento de juicio para la jerarquía
de la Iglesia católica venezolana, cuyos obispos y directivos siempre mantuvieron cordiales relaciones con los dirigentes de la derecha que entonces eran gobierno y que hoy se hacen llamar oposición. ¿Eran otros tiempos o son los mismos personajes?.

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