30 de marzo de 2017
Crédito: Sputniknews
Estados Unidos no posee un arma equivalente al torpedo de supercavitación Shkval, aseguró el analista militar Kyle Mizokami en un artículo publicado por el medio National Interest.
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© Sputnik/ Ramil Sitdikov |
Estados Unidos no posee un arma equivalente al torpedo de supercavitación Shkval, aseguró el analista militar Kyle Mizokami en un artículo publicado por el medio National Interest.
Según
el experto, el torpedo supercavitante VA-111 Shkval es una de las
"armas subacuáticas más innovadoras inventadas por la Unión
Soviética". El proyecto y desarrollo del torpedo se produjo de
manera altamente clasificada en la década de los 60 y, hasta el
final de la Guerra Fría, muy poco se sabía sobre el arma.
Impulsado
por un motor de cohete, el Shkval soviético era capaz de alcanzar
velocidades sorprendentes de hasta 200 nudos por hora —cerca
de 370 km/h—. Pero, además de su inusual propulsión, el torpedo
contaba con otra tecnología innovadora: la supercavitación.
El
gran problema de las armas subacuáticas es que la fricción entre el
agua y el equipo bélico causa una disminución de su velocidad. La
solución encontrada por los ingenieros soviéticos fue vaporizar el
líquido y convertirlo en gas. En el proceso conocido como
supercavitación, el Shkval vaporizaba el agua en su camino con la
ayuda de los gases calientes generados por sus motores. Al viajar a
través del vapor, el torpedo encontraba mucha menos resistencia, lo
que le permitía moverse a velocidades muy elevadas.
El
proceso de supercavitación afectaba, no obstante, a la
maniobrabilidad de los torpedos, razón por la cual las primeras
versiones del Shkval tenían un sistema de navegación muy primitivo
y los ataques, en general, eran realizados en trayectorias rectas.
Otro
inconveniente del arma es que su motor generaba bastante ruido.
Cualquier submarino que desplegase un torpedo supercavitante
revelaría al instante su posición aproximada. Sin embargo, el
desplazamiento increíblemente rápido del arma podría destruir al
enemigo antes de que este tuviera tiempo de reaccionar.
Los
problemas del Shkval han sido solucionados en sus versiones
posteriormente modernizadas, en las cuales se emplea la
supercavitación para acercarse al blanco rápidamente, y luego se
disminuye la velocidad del torpedo para posibilitar una navegación más precisa
Según
Mizokami, EEUU intenta desarrollar su propio torpedo de
supercavitación desde 1997, pero sin éxito. Mientras tanto, los
sumergibles rusos son los únicos del mundo equipados con estas
armas. La industria bélica del país, además, ofrece una versión
adaptada del torpedo para la exportación, el Shkval E.
El
Shkval es un arma "ruidosa, pero efectiva", que "rompe
con los paradigmas de la guerra submarina". Un proyectil que
alcanza 200 nudos de velocidad es muy atractivo en una época en la
que "la competencia naval 'se calienta' tanto en el océano
Atlántico como en el Pacífico", consideró el analista
militar.
Es
posible que, en un futuro cercano, las Armadas de otros países
adopten diseños supercavitantes, lo que hará la guerra submarina
"mucho más ruidosa y mortal", concluyó Mizokami
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