08 de marzo de 2017
Crédito: Rebelion
Ignacio San Román
Ignacio San Román
A
un mes del ballottage en su país, destacó la personalidad del
candidato del oficialismo y señaló las principales conquistas de su
“década ganada”. Dijo de la activista argentina detenida:
“Nuestra postura hacia Milagro Sala es de cariño y admiración”.
Desde
Santo Domingo
A
tres horas de Quito, en la calurosa ciudad de Santo Domingo, caído
el sol, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, rodeado de cientos
de seguidores que se acercaron a saludarlo contestó preguntas de
Página/12 retransmitidas en vivo desde el estudio de una radio
local, Stereo Max.
A
30 días de la segunda vuelta, que enfrentará al candidato del
oficialismo, Lenín Moreno, con el candidato de la derecha, el ex
banquero Guillermo Lasso, el presidente se refirió a la situación
de Milagro Sala; aseguró que “la derecha se juega la vida en la
segunda vuelta y no reconocerá la derrota”; destacó la
personalidad de su ex vicepresidente y candidato a la presidencia del
oficialismo, hizo énfasis en los logros de “la década ganada” y
alertó del retroceso que implicaría un gobierno del candidato
opositor.
–En
agosto pasado usted afirmó que la mayor conquista de su gobierno fue
lograr el cambio en la mentalidad de los ciudadanos, que volvieron a
sentir el orgullo de ser ecuatorianos. ¿Podría nombrar otros tres
logros que considere sustanciales?
–Podría
nombrar 300, modestia aparte, pero ratifico que el principal logro es
el intangible cambio de actitud de los ecuatorianos. Cuando yo llegué
al gobierno encontré un país destrozado, desmoralizado. Aquí
sufrimos una grave crisis en 1999, más o menos como la crisis del
corralito de Argentina, con la diferencia que allí colapsó el
régimen de convertibilidad. Por el contrario, la crisis de 1999 nos
llevó a la dolarización. Esto causó mucho dolor en Argentina, pero
tal vez la crisis en Ecuador fue más profunda, nos costó un 30 por
ciento del PBI, la migración de millones de ecuatorianos,
destrucción de familias, destrucción de la sociedad. El país
estaba desmoralizado e inmovilizado. Nos habían convencido que
éramos unos inútiles, incapaces, corruptos, perezosos y que las
grandes cosas solo podían hacerlas los demás. El complejo
tercermundista. Podíamos hacer bonitas artesanías, pero las grandes
carreteras solo se podían hacer en Europa o Estados Unidos. Hoy, con
la transformación que ha tenido el país, también se ha
transformado ese espíritu. Ha cambiado la actitud. Hoy vemos un país
que tiene fe en sus propias capacidades pese a la estrategia de la
prensa y de la oposición de quitarnos la alegría, la esperanza. No
lo han logrado. Pero para nombrar tres logros: Estábamos en los
últimos lugares en equidad, éramos de los tres países más
inequitativos. Hoy somos de los tres países menos inequitativos de
América Latina. Somos de los países que más han reducido pobreza:
dos millones de ecuatorianos han salido de la pobreza. Y en cosas
concretas, obras, teníamos una de las peores redes viales de América
Latina y hoy tenemos la mejor red vial de la Patria Grande.
–El
gobierno asegura que esta fue una década ganada, mientas que la
oposición la define como perdida...
–Por
supuesto. Para esas elites que ahora hasta tienen que pagar un sueldo
básico a las trabajadoras domésticas, ahora tienen que hasta
afiliar a la seguridad social a sus trabajadores, por supuesto que es
la década perdida. Ya no pueden evadir impuestos, no pueden
explotar, no pueden tercerizar. Pero para el 99.99 por ciento
claramente es una década ganada, lo dice América entera, lo dice el
mundo entero. Para que lo sepa la región y el mundo entero: la
derecha se juega la vida en esta elección. Se ha comparado la
elección de Ecuador con la Batalla de Stalingrado, la batalla que
cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial. La elección de
Ecuador será la muestra de que la derecha sigue avanzando o de que
ya empezó el retroceso, entonces no van a aceptar los resultados por
más amplios que sean. Ya empezaron a generar nuevamente un framing,
como se llama en comunicación, es decir, un encuadre de fraude.
–¿Cómo
hicieron?
–Por
ejemplo, con la encuesta de Cedatos que lo pone como ganador a Lasso.
Eso no se lo cree nadie. Hacen la encuesta verdadera y la que
publican. Saben que en la encuesta verdadera tenemos 59, 60 por
ciento y Lasso un 40. Tenemos 2 millones de votos de ventaja. Pero no
van a aceptar ese resultado porque la derecha se juega la vida en
estas elecciones y ya están haciendo ese encuadre de que Lasso está
ganando de tal manera que si en la segunda vuelta le sacamos 2
millones de votos van a decir que hubo fraude y van a crear
inestabilidad. Así que a estar preparado, pueblo ecuatoriano, a
estar preparado prensa nacional e internacional honesta, a estar
preparadas las organizaciones internacionales porque la derecha no
quiere aceptar su futura derrota como no la aceptó el pasado 19 de
febrero, cuando armaron el cuento del fraude. No han presentado
ninguna denuncia formal. Si están tan seguros de que hubo fraude,
que presenten las denuncias con las pruebas.
–Lenín
Moreno tiene una personalidad diferente a la suya, ¿qué le
aportaría su conducción al país?
–Cuando
Lenín era mi binomio éramos un complemento perfecto: yo soy
vehemente, sanguíneo. Lenín, en cambio, es mucho más afable,
calmado –si cabe el término– experto en buen humor, terapia de
la risa, motivador profesional y por naturaleza. Creo que podrá
disminuir polarizaciones, divisiones. Lenín representa la clase de
conducción que requiere el país en los próximos años cuando ya se
ha estabilizado un sistema. Yo tuve que crear un sistema. Usted trate
de ser afable con las cámaras de producción que explotaban a los
trabajadores, no pagaban impuestos, querían chantajear por todos los
medios al gobierno con sus periodicazos; trate de ser afable con la
prensa corrupta: si usted no agacha la cabeza le dan diez veces más
duro para que aprenda quien manda en el país. Nosotros jamás
agachamos la cabeza. Se necesitaba confrontación, presencia del
estado, que entiendan que ya teníamos presidente. Creo que esa etapa
ha sido grandemente superada y probablemente ya viene otra etapa que
consistirá en administrar el sistema que se ha creado.
–Usted
ha dicho que se va a ir a vivir al país de su esposa, Bélgica, con
su familia luego de la finalización de su mandato. En el caso que
Guillermo Lasso gane la segunda vuelta, ¿estaría dispuesto a volver
en un tiempo?
–No
tenga dudas. Si ese tipo gana, que no va a ganar, pero si gana nos va
a empezar a perseguir. Será la mejor fórmula para que me quede en
el país, a defender mi gobierno, mi honra y los volveré a vencer.
Obviamente, si gana Lenín podré ir a descansar, y le debo eso a mi
familia, que es una familia binacional, a Bélgica. Si no, tendré
que quedarme para evitar que destruyan lo logrado y a defenderme
porque esta gente nos va a perseguir.
–¿De
qué manera van a ser perseguidos? ¿Judicialmente?
–Por
supuesto. A cada rato lo dicen, sin prueba alguna. Hemos tenido una
de las campañas más sucias que recuerde la historia del país.
Utilizaron un prófugo, confeso, no alguien sospechoso, delincuente
confeso. Él sabe que robó y recibió coimas, me refiero a un ex
ministro, Carlos Pareja Yannuzzelli. Lo utilizaron, lo fueron a
entrevistar a Miami tres periodistas. Hicieron videos para que ese
delincuente confeso acusara a nuestro vicepresidente (y candidato a
vice de Moreno, Jorge Glas) de estar involucrado en el caso de
corrupción que tuvimos en la re potenciación de una refinería en
la provincia de Esmeraldas. Ya es algo sin escrúpulos. Es algo
insultante a la ética, a la moral, a la seriedad política. A cada
rato dicen “Correa tiene que ir a la cárcel”. ¿Y por qué?
¿Porque les caigo mal? Así es la arrogancia de nuestras elites y lo
van a intentar y sabremos defendernos y los derrotaremos nuevamente.
–Alianza
PAIS pasó de obtener el 57 por ciento en la primera vuelta de 2013 a
no llegar al 40 por ciento la pasada elección presidencial. ¿Cree
que tienen que hacer alguna autocrítica y cuál sería esa
autocrítica?
–Siempre
hay que hacer autocrítica. Con respecto a ese tema no estoy seguro.
Depende lo que compares. En 2013 gané con el 57 por ciento, una
diferencia de más de 3 millones de votos, ganamos 100 asambleístas
de 137. Fue prácticamente irrepetible. Pero si comparas con el 2006,
yo quedé en 22 por ciento y Álvaro Noboa ganó con el 26 por ciento
en la primera vuelta. Hoy nos quedamos con 39,36 por ciento, el que
nos sigue tiene 28,09 por ciento y es un millón de votos de ventaja.
Si eso no es victoria por donde se lo mire, ¿qué es victoria? No
solo eso, ganamos en todas las papeletas: Binomio presidencial,
mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, Parlamentarios Andinos,
consulta popular, muy importante, eso da vuelta al mundo, prohibir
paraísos fiscales para servidores públicos.
–Los
medios de comunicación desempeñan un rol fundamental en todas las
sociedades y usted ha batallado con firmeza contra ciertos medios de
comunicación.
–Los
medios de comunicación son un poder sin contrapoder. Hay medios que
no ejercen la comunicación social. Son actores políticos, sin
responsabilidad política. Eso es lo más grave para una democracia.
Aquí, el mayor diario nacional, El Universo, hasta hace un
tiempo tenía en su encabezado: “El cuarto poder”. Entonces la
democracia, como ellos se cansan de repetir, es un sistema de poderes
y contrapoderes. Dicen: “Correa ha roto la democracia porque no hay
contrapoder, entonces la prensa asume ese rol”. Yo les pregunto:
¿Cuál es el contrapoder de la prensa? En el caso particular de
América latina, yo creo mucho en los medios locales, porque tienen
una práctica más auténtica del periodismo, no son esas máquinas
de hacer dinero, como los grandes medios nacionales. Cuando yo llegué
al gobierno, había unos seis canales nacionales. Por lo menos cinco
tenían vinculación o eran propiedad de la banca. Si querías tomar
una medida contra ellos, tenías una campaña brutal de esos medios
para defender los intereses de los banqueros. Entonces, los medios
son actores políticos y, en América Latina, sin ninguna clase de
contrapoder, ni escrúpulos, ni límites. Propiedad de media docena
de familias que estaban acostumbradas a hacer lo que les daba la
gana. Tuvimos que enfrentar a ese poder para limitar su alcance y
tener una verdadera democracia. Querían imponernos un Estado de
Opinión y no un Estado de Derecho.
–¿Cuál
es la postura del gobierno ecuatoriano respecto al caso de Milagro
Sala?
–Nuestra
postura es de cariño y admiración hacia Milagro; de absoluto
respeto a la soberanía y a las instituciones argentinas, pero sí
evidenciando la doble moral: si la mitad de eso pasara en Ecuador ya
estaríamos en la Corte Penal Internacional de La Haya, ya seríamos
los dictadores. Si eso pasara en Venezuela, ¿te imaginas el
escándalo mediático? Hay un doble estándar, si hubiese sucedido en
alguno de nuestros países imaginate los titulares y la campaña
nacional e internacional de la derecha.
–La
región está viviendo cambios de gobierno, un giro a la derecha.
¿Por qué cree que se está dando esto?
–Contextualicemos
un poquito. Golpe de Estado contra Zelaya en Honduras en 2009; 2008
intento de división de Bolivia; Lugo; Dilma. ¿Algún gobierno de
derecha acaso? Todos gobiernos de izquierda. Esa es la hipocresía de
la derecha latinoamericana que habla de democracia mientras gana.
Cuando pierden, pues, al diablo la democracia y golpes de Estado,
parlamentarios, judicial, lo que sea. En Honduras fue un descarado
golpe militar para seguir gobernando ellos.
Scioli
perdió por 2 por ciento; Evo creo que perdió por 2 por ciento y si
mañana se presenta como candidato a presidente, barre. A Lula lo
están atacando con todo porque tienen temor de que se presente como
candidato porque saben que barre entonces tuvieron que recurrir a un
golpe mediático, parlamentario y judicial para poder sacar del poder
al Partido de los Trabajadores y la derecha brasileña, que es
brutal, recuperar ese poder. En Venezuela, después de 16 años de
gobierno sacaron el 40 por ciento. Sabes lo que es un gobierno
después de tantos años en el poder logre el 40 por ciento de apoyo
popular luchando contra todos juntos. Es verdad que ha habido
retrocesos, pero desde qué punto. Si analizamos del año 98 cuando
Chávez fue el primero en ganar elecciones en Venezuela, solo hay
avances porque toda América Latina era de derecha, era la larga y
triste noche neoliberal. Si comparamos con el 2009 que Paraguay por
primera vez en su historia tenía un gobierno de izquierda, por
supuesto que ha habido retroceso. Pero es porque estamos en un punto
único en la historia.
La
tendencia progresista es sumamente importante como lo demuestra
Uruguay, país del que nunca se habla. Es el país más desarrollado
de América Latina y ya tiene 12 años de un gobierno de izquierda.
Como lo demuestra Evo Morales, Ecuador, Venezuela que ha resistido
tantos embates, Nicaragua donde Daniel Ortega venció de manera
abrumadora, El Salvador también con un gobierno de izquierda.
La
tendencia progresista se encuentra muy vigente. Depende con qué lo
compares, si con el momento en el que toda Sudamérica excepto dos
países eran de izquierda o con la larga y triste noche neoliberal
cuando no teníamos ningún gobierno de izquierda en toda la patria
grande.
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