08 de marzo de 2017
Crédito: Rebelion
El
fundador del sitio web Wikileaks, Julian Assange, envió una
carta a las y los integrantes de la Red de Intelectuales, Artistas y
Movimientos Sociales por la Humanidad, quienes se reunieron este
lunes 6 de marzo 2017 en la Casa Amarilla, como se le conoce a
Cancillería venezolana en Caracas, a propósito de los 4 años de la
siembra del Comandante Hugo Chávez.
A
continuación el texto completo de la misiva:
En el
libro de Proverbios dice que “una casa se construye con sabiduría,
y se establece por medio de entendimiento. Sus cuartos se llenan de
hermosos tesoros a través del conocimiento”. Pero hay algo más en
todo esto. El siguiente verso es “Los sabios son más poderosos que
los fuertes”
El
conocimiento es poder.
Tengo
el gran honor de dirigirme a Ustedes en este aniversario por la
muerte de un hombre que ha luchado amplia y aguerridamente contra el
imperialismo, el neocolonialismo y otras formas de opresión a los
pueblos, especialmente en América Latina.
Chávez
tuvo el papel más importante en el escenario global con sus
incansables esfuerzos para seguir avanzando en la integración y
cooperación regional y construir un mundo multipolar.
Denunció
las injusticias tal y como él las veía y en el 2001 fue el
único líder que denunció el asesinato cometido por los Estados
Unidos de civiles inocentes en Afganistán , indicando: “Ustedes
no pueden pelear el terrorismo con terrorismo”. Poco después de 6
meses, los EEUU apoyaron un golpe de estado en su contra que fue
revertido cuando cientos de miles de venezolanos tomaron las calles,
muchos de ellos con la Constitución en sus manos.
Como
todos nosotros, él no estaba libre de pecado, pero sus virtudes
sacudieron la tierra. Como director de Wikileaks, sacamos a la
luz los secretos de los poderosos y además construimos una
Biblioteca distinta y poderosa , una biblioteca que contiene la
información sobre cómo realmente funciona nuestro mundo y sus
instituciones, que contiene información que por siglos ha estado
solamente en manos de las élites y que ahora ―no sin correr
riesgos y persecuciones― hemos democratizado y puesto a disposición
del pueblo, sin distinción de orientación política o credo.
Es
para todos y todas, para que la sociedad del todo mundo abra los
ojos, y con datos irrefutables en la mano, confronte a los poderosos
y saque sus propias conclusiones, sin filtros mediáticos, sobre los
eventos y decisiones políticas que afectan sus vidas.
El
objetivo de Wikileaks, de buscar la verdad en nombre de la humanidad,
es hoy más importante que nunca, un objetivo que seguimos buscando a
pesar del alto precio que pagamos por ello. El costo, en mi
caso, ha sido alto. He estado perseguido judicialmente y
detenido por casi siete años, sin que pese cargo alguno en mi
contra. La persecución se ha extendido a mi familia, a mis hijos, a
quienes no he podido ver durante todo este tiempo.
Tanto
Naciones Unidas, como numerosas organizaciones de Derechos Humanos y
personalidades a nivel mundial han hecho un llamado a Suecia y al
Reino Unido para que respeten sus obligaciones internacionales, para
que respeten y reconozcan la soberanía del Estado de Ecuador y por
tanto reconozcan mi asilo y dejen de bloquear el ejercicio de este
derecho humano. Es inconcebible que la actitud imperialista de
Reino Unido y de Suecia, en pleno siglo 21, les permita, con total
impunidad, ignorar un acto soberano de un país independiente,
Ecuador.
Recuerdo a los presentes que Ecuador
pagó y sigue pagando un alto precio al otorgarme el asilo para
protegerme de la persecución política por haber expuesto los
secretos del imperio. Su Embajada en Londres sufrió amenazas de
ataque por la policía británica y hasta el día de hoy, es sujeta
de niveles de vigilancia que no tienen comparación alguna.
Denegar
el salvoconducto para que yo pueda ir a Latinoamérica es un
acto de imperialismo puro, de países que ocupan altos cargos en
Naciones Unidas, y, sin embargo, se rehúsan a reconocer y habilitar
el ejercicio de un derecho universal, y lo hacen en total impunidad,
burlándose, además, de la soberanía de un país del Sur y de toda
la región Latinoamericana que respaldó unánimemente mi asilo,
constituyendo un grave insulto a la dignidad de nuestros pueblos y al
mismo sistema de Naciones Unidas. Hacer esto por años muestra
el deterioro y grave retroceso del sistema internacional de
protección de derechos humanos para todos.
Ni
hablar de mi país, Australia, un sirviente más de los intereses
imperialistas, que en siete años no ha abogado por mí ni una
sola vez y que además busca criminalizarme para que yo no pueda
volver a casa. A pesar de una Resolución firme de la más alta
autoridad en temas de Detención Arbitrarias que después de analizar
detenidamente mi caso, estableció que mi detención ha sido
arbitraria e ilegal y el deber de dejarme en libertad de inmediato e
indemnizarme, tanto Suecia como el Reino Unido la ignoran por
completo.
Pero a pesar de todo, el imperio no
ha logrado silenciarme. Soy libre simplemente porque soy libre
de expresarme. Y disfruto de esta libertad gracias al coraje de
Ecuador y otros Estados, entre ellos Venezuela, que se han unido para
apoyarme. Mi lucha puede convertirse en una historia exitosa para la
libertad de expresión y los derechos humanos.
Por
lo tanto la concesión de un salvoconducto sería un acto de justicia
y dignidad para la región.
Permaneceremos fieles a
la promesa de publicar la verdad sin miedo o negociaciones bajo la
mesa. Seguiremos esforzándonos en nuestro compromiso con la
verdad y la justicia social.
La liberación de los
pueblos depende de la liberación de la mente de los pueblos. Para
ello, necesitamos que esfuerzos revolucionarios pacíficos como el de
Wikileaks, florezcan alrededor del mundo. Por esta razón necesitamos
detener la persecución contra WikiLeaks y su gente.
Hagámoslo
juntos hoy. Mañana puede ser tarde.
Julian
Assange
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