10 de marzo de 2017
Crédito: RT
Mirarlo
nada más abrir los ojos por la mañana, consultarlo a lo largo de
todo el día y revisarlo justo antes de acostarse. Hoy en día,
es casi imposible imaginar la vida cotidiana de una persona moderna
sin Facebook, una parte indispensable de la rutina diaria para
la mayoría de nosotros.
Lo
que nació en 2004 como un experimento estudiantil ahora es algo
mucho más que una herramienta para comunicarnos con familiares y
amigos: pasó a convertirse en un fenómeno de unas dimensiones
y un poder inimaginables, una especie de Estado
extraterritorial, gobernado por gente a la que nadie eligió pero que
se siente cómoda en ese imaginario trono.
¿Se
ha parado alguna vez a pensar cómo ha cambiado Facebook nuestras
vidas? ¿Cómo ha influido en nuestra sociedad? ¿Y en el
periodismo? ¿Y en la forma de hacer política? Vamos a intentar
analizarlo a continuación.
¿Cómo
ha cambiado Facebook nuestras vidas?
Nadie
va a negar que Internet y las redes sociales como Facebook han
cambiado drásticamente nuestra forma de interactuar: desde
el número de personas con las que podemos comunicarnos y la
inmediatez con la que nos permito hacerlo hasta la libertad con la
que podemos expresarnos. Sin embargo, el poder de la red social
número uno va mucho más allá de esto.
Un
archivo enorme: ¿Qué sabe Facebook de nosotros?
Facebook
cuenta con 1.790 millones de usuarios activos mensuales, una cuarta
parte de la población mundial y más gente de la que vive en EE.UU.
y China juntos. Y un archivo gigante de personas de las que sabe
prácticamente todo, desde su número de tarjetas de crédito hasta
el tamaño de sus viviendas.
En
aras de ofrecernos publicidad dirigida, Facebook utiliza casi un
centenar de nuestras características, según recogió 'The
Washington Post', algunas de las cuales probablemente le
sorprenderán.
¿Y
cómo lo sabe? Según explica la
propia red social, "tus preferencias de anuncios se basan en la
información que compartiste con Facebook, las páginas que te gustan
o en las que participas, los anuncios en los que haces clic, las
aplicaciones que usas, los sitios web que visitas, y la información
de nuestros proveedores de datos y anunciantes". En otras
palabras, lo sabe porque:
En
este sentido, un estudio del sitio de periodismo de investigación
independiente ProPublica revela que
Facebook cuenta con la ayuda de los mayores 'brokers' de datos
comerciales, que supuestamente les venden información sobre los
gustos de sus usuarios.
Estos
datos –según los autores– son utilizados por la red para ganar
dinero, ofreciendo a las compañías comerciales más
oportunidades para encontrar internautas que podrían estar
interesados en la publicidad de sus productos.
Facebook
puede arruinar su carrera/provocar trastornos psíquicos/hacerle más
infeliz, etc.
El
inmenso poder de Facebook sobre nuestras vidas se refleja en la
cantidad de estudios científicos dedicados a esta red social y a las
consecuencias de su uso.
Muchos
de ellos se centran en el aspecto psicológico de su uso, por
ejemplo, analizando cómo influye en la felicidad. Algunos
llegan a la conclusión de que, aunque nos ofrece una
satisfacción inmediata en forma de nuevos 'me gusta' y solicitudes
de amistad, distorsiona nuestra percepción de la realidad y nos
hace infelices.
Así,
los científicos de la Universidad de Copenhague, en
Dinamarca, recomiendan tomarse
un descanso de Facebook, sobre todo a los 'mirones', para aumentar el
bienestar emocional y el nivel de satisfacción con la vida.
Otros
van más allá al sugerir que, en ocasiones, el uso de las redes
sociales aumenta el riesgo de padecer patologías físicas, en
nuestro caso, la
depresión de Facebook —la necesidad de visualizar
perfiles de otros usuarios para reducir la tristeza—, según
refleja un estudio que ha realizado la consultora de comunicación
española Torres y Carrera y la compañía Evidentia Marketing.
En
relación con el aspecto laboral, investigadores advierten que,
aunque parece que Facebook hace más fácil encontrar un trabajo
o forjar nuestra marca personal, está disminuyendo la
empleabilidad de algunas personas porque reduce la atención y la
capacidad de centrarse en una tarea a la vez, y nos hace
adoptar un enfoque pasivo para el progreso profesional.
"Desvía su tiempo y atención lejos de producir el trabajo importante y solo busca convencer al mundo de que lo que importa es usted". Cal Newport, escritor y profesor asociado de Ciencias de la Computación en la Universidad de Georgetown (EE.UU.)
Pero
aparte del aspecto psicológico, la influencia de
Facebook y otras redes sociales es tan grande que puede destrozar
fácilmente la reputación de una persona y costarle el trabajo, ya
sea con una foto provocativa, una broma de mal gusto o un
comentario ofensivo.
Sin
ir más lejos, un caso reciente fue el de Jane Wood Allen, una mujer
que desempeñaba tareas docentes en Georgia (Estados Unidos) desde
1989, y que fue expulsada del
centro escolar en el que trabajaba después de llamar
"gorila" en Facebook a la entonces primera dama del país.
Suicidios
en vivo, una tendencia peligrosa
¿Qué
tienen en común estos tres suicidios y qué tienen que ver con
Facebook? Los tres fueron transmitidos en directo a través
de Facebook Live ante varios espectadores, sumándose a
una larga serie de actos violentos, criminales y antisociales
difundidos en los últimos meses a través de esta red social.
El
periódico 'The
Wall Street Journal' contabilizó al menos 57 actos
violentos, incluidos tiroteos, robos y agresiones físicas,
transmitidos el año pasado a través de plataformas que ofrecen
videos en vivo, como Facebook.
Expertos
como Mary Anne Franks, profesora de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Miami, aseguran que la oleada de incidentes de este
tipo plantea preguntas espinosas relacionadas con las redes sociales.
Aunque Facebook y otras compañías tecnológicas probablemente no
tengan responsabilidad legal, sí tienen, según la profesora, la
obligación ética de considerar el potencial daño que sus
productos pueden llegar a causar.
"Necesitamos
tener un debate sobre el papel que desempeñan tecnologías como las
transmisiones en vivo", comentó Franks. "¿Hasta qué
punto herramientas como Facebook Live animan a la gente a cometer
estos actos?"
Kyle
MacDonald, una psicoterapeuta neozelandesa, considera que "compartir
videos de suicidios es peligroso". Según escribe en su columna
para el diario 'The
Guardian', los videos que muestran cómo una persona comete "el
acto más grave de autoagresión no son apropiados para la vista
pública".
MacDonald
cita varios estudios que indican que cuando se informa en detalle
sobre estos sucesos, explicando por ejemplo la forma con la que la
persona se quitó la vida, se produce un fuerte aumento de
suicidios "que lo imitan". Las personas vulnerables pueden
sentirse animadas y verse influenciadas por los pormenores que se
revelan sobre estas historias.
¿Cómo
ha cambiado el periodismo?
Aparte
de ser una de las principales plataformas de comunicación, Facebook
se ha convertido en una de las herramientas más importantes de la
distribución de noticias y decide qué informaciones llegarán
a millones de personas. En este contexto, no es de extrañar el
enorme impacto que ha tenido y sigue teniendo en el mundo del
periodismo.
Y
es que, aunque el propio Zuckerberg insiste en que su
compañía es tecnológica y no mediática, la verdad es que,
hoy en día, está cumpliendo e incluso monopolizando algunas
de las funciones tradicionales de los medios de comunicación. Cada
vez son menos las personas que visitan las webs de los
periódicos, y más las que reciben noticias directamente en
esta red social.
Las
ventajas parecen evidentes. Para los medios, Facebook
facilitó la posibilidad de acceder a un mercado de una magnitud
jamás vista. Para los usuarios, la de encontrar en un solo
espacio toda la información que les interesa de todos los
medios que les gustan, así como interactuar con estos
medios. Sin embargo, no todo es tan positivo.
Para
decidir qué noticias y cómo aparecen en el 'News Feed' ('Ultimas
noticias', en español), Facebook utiliza un complejo algoritmo
informático que tiene en cuenta miles de factores y que se mantiene
en secreto. Es por ello que muchas veces no nos enteramos de la
existencia de muchos artículos de prensa o publicaciones de
nuestros amigos.
A
menudo, este sistema, que prioriza la información más popular,
favorece a cierto tipo de contenidos: videos con animalitos, listas,
noticias escandalosas (y muchas veces falsas, tema del que hablaremos
más adelante), mientras que los textos extensos o investigaciones
serias pasan a un segundo plano.
Un
estudio realizado en 2015 por el propio Facebook confirma que su
algoritmo muestra una imagen distorsionada, aunque los autores
insisten en que la culpa es de los propios usuarios, que prefieren
ver las noticias que coinciden con sus puntos de vista (un efecto
conocido como 'cámara de eco').
"Los medios sociales no solo se han tragado al periodismo, lo han engullido todo. Se han comido campañas políticas, sistemas bancarios, historias personales, la industria del ocio, el comercio minorista, incluso el Gobierno y la seguridad". Emily Bell, directora del Centro de Periodismo Digital de la Universidad de Columbia
Hasta
aquí lo del algoritmo, pero esto no es todo. Los documentos
filtrados por 'The Guardian' el año pasado revelaron que la
intervención humana —y por lo tanto, las decisiones editoriales—
está en casi todas las etapas del proceso de decidir las cosas que
se volverán importantes o no en Facebook.
Por
si fuera poco, varios exempleados de Facebook denunciaron que
durante su trabajo en la compañía eran instruidos para
modificar artificialmente la popularidad de los artículos noticiosos
del apartado 'Tendencias'.
Así,
aseguraron que se les obligaba a eliminar artículos de autores
conservadores aún cuando estos eran muy populares entre los
lectores, o por el contrario, 'inyectar' historias seleccionadas en
la lista de popularidad de Tendencias, incluso cuando estas no eran
de interés para los usuarios.
También
revelaron que las noticias que involucraban directamente a
Facebook eran tratadas aún con mayor cautela y eran sometidas a
supervisión de gerentes de dos niveles superiores.
Por
otro lado, los medios de comunicación, aunque se beneficiaron de las
posibilidades que les brindó Facebook, ahora se ven obligados a
competir con la red por el tiempo de los usuarios, en unas
condiciones además que están lejos de la igualdad debido a
su dependencia de Facebook como plataforma.
Resumiendo,
tenemos a una empresa transnacional con un poder enorme que se está
moviendo hacia un monopolio de distribución periodística,
mientras que el sistema que usa —sea a través del algoritmo o de
un equipo editorial— afecta a la diversidad de la información y no
nos permite ver otros puntos de vista.
Según
Emily Bell, directora del Centro de Periodismo Digital de la
Universidad de Columbia, nuestro ecosistema de noticias ha cambiado
más drásticamente en el último lustro "que quizás en
cualquier momento de los últimos 500 años".
Los
editores de noticias han perdido el control sobre la distribución de
su noticias, que ahora se realiza "a través de algoritmos
y plataformas opacas e impredecibles". Todo el futuro del
periodismo se está poniendo en "manos de unos pocos que ahora
controlan el destino de la mayoría", explica Bell.
Probablemente,
una salida para el usuario sería tomar el control de la información
que consume, salir de vez en cuando de la red y dirigirse a diversos
medios, incluidos aquellos con una opinión política contraria a la
suya.
¿Cómo
ha cambiado la política?
Estrechamente
relacionado con el punto anterior, la red social ha transformado en
muchos aspectos la manera de hacer política y formar la
opinión respecto a sucesos y personalidades públicas.
Para
empezar, ha permitido a los ciudadanos estar más conectados a
la política que nunca. En lugar de ver la televisión o buscar en
Internet las últimas noticias políticas, ahora pueden dirigirse
directamente a la página personal de un candidato para obtener la
información más actualizada, así como interactuar mejor con
los políticos. En otras palabras, tienen un acceso más inmediato a
la información política y más poder para responsabilizar a los
legisladores por sus palabras y acciones.
Por
su parte, los políticos también pueden beneficiarse de la
situación: el 'feedback' de los ciudadanos permite a los
organizadores y estrategas de las campañas identificar sus intereses
y preferencias y dirigirse a sus partidarios de una manera más
eficaz.
Por
otro lado, Facebook no solo puede ser un medio de apoyo para los
sistemas políticos, sino también un medio de resistencia,
y muchas veces juega un papel vital en las movilizaciones
ciudadanas.
En
2008, un grupo de Facebook denominado 'Un millón de voces contra las
FARC' organizó una marcha de protesta en la que participaron cientos
de miles de ciudadanos. Otro ejemplo fueron las
revoluciones de la Primavera
Árabe, en las que la platafoma desempeñó un papel clave.
La
red social ha aumentado también la movilización y la influencia
política de los jóvenes. El 'efecto Facebook' fue reconocido como
un factor importante en la participación histórica de votantes
jóvenes en las elecciones presidenciales de 2008 en EE.UU.,
cuando mostró a los usuarios recordatorios de la fecha de los
comicios.
En
las pasadas elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU., se fue aún
más lejos, mostrando durante cuatro días de septiembre un
recordatorio del registro de voto en la parte superior del 'News
Feed' que preguntaba a los internautas mayores de edad si se
habían registrado y proporcionaba un enlace para hacerlo, una medida
que disparó el registro de votantes.
Al
mismo tiempo, las presidenciales de EE.UU. pusieron en el punto
de mira el tema de la neutralidad de Facebook y
su influencia en la política mediante la difusión de noticias e
historias de dudoso contenido y procedencia por parte de medios de
comunicación o internautas.
Mark
Zuckerberg reconoció la
existencia de noticias falsas en su plataforma, pero negó que
este factor hubiera influido en el resultado de las elecciones
presidenciales. "Decir que unas noticias falsas en Facebook, que
son una mínima cantidad del contenido, influyeran de alguna manera
en el resultado de las elecciones, es una idea bastante loca",
dijo Zuckerberg.
"Los
votantes toman decisiones basadas en sus experiencias vividas. Hay
una profunda falta de empatía al afirmar que la única razón por la
que alguien pudo haber votado lo que votó es porque leyó unas
noticias falsas", criticó.
No
obstante, un mes después de los comicios, anunció medidas de
Facebook para luchar contra las noticias falsas en la red. "Tenemos
la responsabilidad de garantizar que Facebook tenga el impacto más
positivo en el mundo. Esta actualización es solo uno de los muchos
pasos que daremos, y habrá más trabajos detrás", afirmó.
Sin
embargo, la medida ha generado gran sorpresa, ya que para
implementarla, Facebook contará con
el apoyo de medios acusados recientemente de publicar "noticias
falsas".
Al
mismo tiempo, ninguna organización rusa colaborará en el proyecto,
mientras que sí lo harán medios considerados "rusófobos".
Otro motivo de preocupación fue el hecho de que las empresas
tecnológicas y de información pudieran usar las "noticias
falsas" como
excusa para censurar el contenido que publican los usuarios.
¿Cómo
ha cambiado Internet?
Como
hemos dicho, Facebook tiene 1.790 millones de usuarios activos
mensuales, mientras que, de acuerdo con el sitio web Internet
Live Stats, hay unos 3.500 millones de usuarios de Internet en
todo el mundo. Lo que quiere decir que una mitad de los internautas
del planeta tienen una cuenta de Facebook.
Es
más, gracias a los esfuerzos del gigante azul de llevar el Internet
a los países en desarrollo, para millones de personas en todo
el mundo no
existe una separación entre Internet y Facebook.
Esto
se debe en parte a que la compañía ha desarrollado una
iniciativa aparentemente filantrópica para proporcionar a los
consumidores de estos países acceso a Internet, pero en última
instancia, lo que ha hecho es ampliar su base de usuarios y
sus beneficios ofreciendo solamente un acceso estrictamente limitado
a Facebook y a algunos de sus sitios asociados.
Por
otro lado, en el marco de su política para abarcar cada vez más
espacios en Internet, la firma ha adquerido los servicios más
populares (compras multimillonarias de Instagram o de WhatsApp, por
ejemplo) o simplemente ha copiado las funciones que ofrecen sus
competidores.
Lo
último se refiere, en primer lugar, a la red social y aplicación
móvil Snapchat, que Facebook intentó infructuosamente comprar en
2013 por 3.000 millones de dólares. Desde entonces, la firma de
Zuckerberg ha optado por clonar varias de las características y
funciones de la popular aplicación.
El
último ejemplo es el 'doble plagio' que representan las Facebook
Stories, que básicamente imitan la función análoga de Instagram,
que a su vez la copió de Snapchat.
Otro
ejemplo es cuando Messenger comenzó a ofrecer la opción de escanear
códigos y nombres de usuarios para facilitar que la gente se
conectara y compartiera información sin necesidad de intercambiar
números telefónicos, algo muy parecido a los códigos QR que
ofrecía Snapchat.
Pero
no solo ocurre con Snapchat. Así tenemos, por ejemplo, la función
Facebook Live, que permite realizar videotransmisiones en directo. La
diferencia entre ella y otras aplicaciones similares, como Periscope
y Meerkat, es que no hace falta descargarla porque ya está
integrada.
En
general, según explica el columnista del diario 'The
Washington Post' Teddy Amenabar, existe una tendencia, "ya
sea un cambio interno o la reinvención de una opción nueva":
todas las actualizaciones de Facebook "están enfocadas a no
abandonar" la red social.
Ya
no es solo una red social dentro de Internet. Poco a poco, Facebook
se está convirtiendo en 'El' Internet.
El
futuro: ¿una comunidad global o la 'muerte' y el olvido?
Construyendo
una comunidad global
La
dirección de Facebook no niega que la red tiene un poder enorme: lo
confirma. A mediados de febrero, Mark Zuckerberg publicó una
especie del 'Discurso del Estado de la Unión' dirigido a los
usuarios de su red social. El 'post' se hizo viral al momento y
algunos medios no tardaron en bautizarlo como 'El Manifiesto'.
Titulada
'Construyendo una comunidad global', la publicación consta de
casi 6.000 palabras y plantea lo que se puede resumir en un
par de frases: Facebook es tan poderoso que es hora de aprovechar su
alcance para crear una nueva infraestructura social y sentar las
bases de una comunidad global supranacional que sirva al bien común.
En
su mensaje, el cofundador de Facebook plantea un nuevo modelo de
orden mundial con su empresa en el centro. Zuckerberg
enumera los logros de la mayor red social del mundo y cómo esta
contribuirá a la formación de una comunidad segura, inclusiva,
informada y participativa. Entre otras iniciativas, Zuckerberg
propone:
-
luchar con más vehemencia contra el contenido falso, sensacionalista o extremista;
-
desarrollar alertas para informar de que estás bien si te encuentras en zonas afectadas por catástrofes;
-
ajustar sus algoritmos para que cada uno establezca su umbral de lo que considera aceptable en relación a los desnudos o la violencia, porque así lo necesita una comunidad multicultural como Facebook.
¿Buenas
intenciones?
Los
medios de información no tardaron en hacerse eco de la noticia, la
mayoría de ellos alabando el reto propuesto por Mark Zuckerberg para
construir un mundo mejor. Pero más allá de reflexiones generales a
nivel teórico, el magnate informático no ofrece ninguna solución
en concreto, lo que suscita dudas sobre las verdaderas razones
de este repentino interés por el bienestar mundial.
Un
editorial del británico 'The
Observer' ha sido uno de los pocos textos que se ha atrevido
a recordar que Zuckerberg es sobre todo un empresario y no un líder
político, por lo que no tendrá interés alguno en poner en riesgo
su fortuna.
Así,
la publicación recuerda que Facebook decide qué noticias
tenemos que ver, en qué forma y de quién y que, como empresa, todos
sus algoritmos están motivados por un fin de lucro. También señala
que junto con Google, se han 'comido' todos los ingresos de
publicidad, tan importantes para la existencia de un buen
periodismo.
En
particular, Facebook se ha lucrado de la publicidad como nadie. Según
los datos oficiales,
el 84% del total de ganancias de Facebook en el tercer cuatrimestre
de 2016 fueron obtenido a través de publicidad móvil. De esta
manera, plantear un modelo de una comunidad aún más amplia asegura
aún más ingresos publicitarios.
Además,
el imperio de Zuckerberg no parece interesado en crear un mundo
mejor beneficiando a la sociedad con el pago de impuestos por
sus enormes beneficios, ya que ha hecho todo lo posible para
pagar menos. Al igual que la mayoría de las empresas tecnológicas
estadounidenses, establece sus sedes internacionales en países donde
hay bajos impuestos de sociedades.
Como
concluye el propio 'The Observer', si Zuckerberg quisiera de verdad
hacer algo útil, iniciaría un debate sobre cómo los gobiernos
podrían regular nuevos monopolios creados por empresas como
Facebook, además de hacer sus algoritmos transparentes para todos.
Todos
los imperios mueren
Mientras
el fundador de Facebook busca maneras de 'salvar el mundo', ¿qué
futuro le espera a su propia creación?
No
hay bola de cristal para determinar con precisión qué pasará con
la red social. En 2013, el profesor de Conocimiento Público de la
Tecnología de la Universidad Abierta del Reino Unido, John
Naughton, explicaba por
qué los imperios de Facebook y Apple están destinados a caer.
Según
él, si la fuerza de Apple es que realmente hace las cosas, Facebook
"simplemente proporciona un servicio en línea" que, por el
momento, "la gente parece valorar". Pero al mismo tiempo,
con el fin de ganar más dinero y satisfacer "a los
habitantes de Wall Street" se vuelve "cada vez más
intrusivo y manipulador", por lo que "está condenado a una
intrusión excesiva". "Es por eso que, al final, se
convertirá en una nota de pie de página en la historia de
Internet", aseveraba.
Pasados
cuatro años, Facebook sigue siendo la red social número uno en el
mundo, pero también se observa una tendencia alarmante: el público
joven la está abandonando.
Según
el último estudio
semestral realizado por la empresa de análisis Piper
Jaffray en otoño, ahora es Snapchat la que, a pesar de los intentos
de Facebook de acabar con ella, se convirtió en la 'app' más
utilizada por los adolescentes. Tan solo un 13% de los encuestados de
esa franja de edad contestaron que Facebook era su servicio de
comunicación social favorita.
Mientras,
millones de los usuarios de la red social ya han fallecido, lo que
llevó a que muchos investigadores, estadísticos y curiosos
se plantearan la pregunta: ¿en qué momento el número
de los usuarios muertos superará al de los vivos, y Facebook se
convertira en un enorme 'cementerio digital'?
Uno
de estos estudios, realizado por el portal de tendencias Fusion con
la ayuda del estadístico Hachem Sadikki, de la Universidad de
Massachusetts, estimó que podría suceder a finales de siglo,
concretamente, para el año 2098.
El
estudio advierte de que si el crecimiento global de Facebook se
estanca o pierde popularidad entre los jóvenes, esto podría ocurrir
aún más rápido. Al menos, lo segundo parece ya estar sucediendo.
El
desarrollo, la influencia y el futuro de Facebook es una cuestión de
gran interés y de aún mayor complejidad. Hemos analizado algunas de
las principales tendencias que ha marcado esta red social y el
impacto que ha tenido en los aspectos más importantes de nuestra
vida.
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