domingo, 26 de marzo de 2017

SEGURIDAD ALIMENTARIA EN EL MUNDO

22 de marzo de 2017
Crédito: Barómetro Internacional
Sylvia Ubal




La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) sostiene que “existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana”. Las causas de la inseguridad alimentaria son la falta de disponibilidad de alimentos, el escaso poder adquisitivo y una distribución no apropiada o un uso inadecuado de los alimentos en los hogares. ¿Cómo se puede conseguir esto? Los gobiernos deben implantar estrategias de desarrollo en las áreas rurales que incluyan medidas políticas, sociales, económicas, tecnológicas, culturales y financieras.


Pero según la (FAO,), actualmente existen más de 2 mil 200 millones de personas en el mundo con carencias alimenticias, 300 millones de personas en el mundo con desnutrición, de las cuales la mayoría son niños, niñas, mujeres y ancianos de los países pobres y en desarrollo. Actualmente, más de 40 mil personas mueren diariamente por causa de la pobreza y 80 millones viven con hambre crónica. En los últimos diez años se han generado 100 millones de nuevos pobres en el mundo. En América Latina y el Caribe existen 55 millones de desnutridos y en Brasil, analistas afirman que por lo menos 3 millones 500 mil familias están amenazadas de perder su condición de productores para convertirse en gente sin tierra o desempleados urbanos por la amenaza de la producción transgénica de las grandes empresas. Por eso la producción transgénica no soluciona el problema del hambre en el mundo, sino que enriquece a las grandes empresas transnacionales que controlaran cada vez más el comercio de los alimentos en el mundo y hacen más ricas a las empresas transnacionales Los alimentos transgénicos no son un peligro  a futuro. Son una amenaza presente, muy cercana y en expansión

Los transgénicos hacen más ricas a las empresas transnacionales, los OGMs han sido ofrecidos como una necesidad para alimentar a la población mundial (por medio de un mejorado rendimiento), modernizar o industrializar el campo, hasta la solución a la crisis ambiental. Pero más bien es estrategia para aumentar las ganancias de las empresas multinacionales de agroquímicos y semillas por medio de la dependencia y derechos de propiedad intelectual o patentes.

Los cultivos y alimentos transgénicos comercializados en la actualidad no presentan ventajas destacadas para el agricultor y ninguna para el consumidor, en cambio presentan riesgos para el medio ambiente y la supervivencia de una agricultura sin transgénicos. Sin embargo, los intereses económicos en juego hacen que a gran escala en algunos países y se intenten imponer al resto del mundo. Llegar a este extremo resultaría muy peligroso para la humanidad, ya que la alimentación mundial recaería en manos de un puñado de grandes empresas.

En todo el mundo se propagan más de 200 enfermedades a través de los alimentos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y millones de personas enferman al año a consecuencia de brotes transmitidos por alimentos. De acuerdo con los datos que aporta esta organización, “las enfermedades diarreicas matan a unos 1,5 millones de niños cada año, y la mayoría se atribuyen a alimentos o agua contaminados”. Los principales problemas de seguridad alimentaria en todo el mundo incluyen, según la OMS, los riesgos microbiológicos (bacterias como Salmonella) y los contaminantes químicos de alimentos.

A pesar de que los defensores de los transgénicos argumentan que estos fueron pensados para producir más, alimentos, hoy el mundo sufre por falta de comida como nunca antes en la historia. El hombre no tiene que inventar algo novedoso y con mucha tecnología para mejorar siembra, y revertir el deterioro del medio ambiente, sino que por el contrario, solo tiene que volver a las antiguas tradiciones y cultivar sin agroquímicos ni transgénicos, a la “antigua escuela”, de manera natural.

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