27 de enero de 2017
Crédito: CubaDebate
La madre de Donald Trump, Mary Anne MacLeod Trump, ingresó de forma ilegal a Nueva York en 1930 y trabajó como empleada doméstica para mantenerse antes de casarse con el padre del magnate.
De acuerdo a los diferentes biógrafos de Trump, Mary Anne viajó a los Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades e ingresó ilegalmente al país. Foto tomada de Debate. |
La madre de Donald Trump, Mary Anne MacLeod Trump, ingresó de forma ilegal a Nueva York en 1930 y trabajó como empleada doméstica para mantenerse antes de casarse con el padre del magnate.
La
historia de Mary Anne inició en 1912 en el pueblo de Tong, isla de
Lewis, al norte de Escocia.
Su
padre fue un humilde pescador y tuvo nueve hermanos, situación que
los orilló a llevar una vida de carencias en una época de guerras y
miseria.
De
acuerdo a los diferentes biógrafos de Trump, Mary Anne viajó a
los Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades e ingresó
ilegalmente al país.
Como
empleada doméstica de una familia acomodada de Manhattan, conoció a
su futuro marido, Donald Trump padre, quien por ese tiempo se
iniciaba como empresario formado en Queens.
Por
consecuencia de la gran depresión de 1920, Mary Anne perdió su
trabajo y contrajo matrimonio con el futuro magnate.
Mary Anne MacLeod Trump falleció en el año 2008, a los 88 años. Foto tomada de Debate. |
Sin
embargo, la versión que la familia Trump relata de manera
oficial es un poco diferente.
En
la otra versión, Mary Anne viajó a los Estados Unidos de
vacaciones, lugar donde conoció a Donald Trump padre y quedó
completamente enamorada.
Pasado
un tiempo volvió a Escocia y desde ahí comenzó una relación a
larga distancia que más tarde se formalizaría al contraer
matrimonio.
Su
ingreso al país sería entonces por motivos personales y no por la
necesidad de dejar una vida de arencias en Escocia, situación que
podría ser difícil de aceptar para el millonario.
La
madre de Trump murió en 2008 y a lo largo de su vida visitó su
pueblo natal recurrentemente. Su hijo, en cambio, visitó Tong una
sola vez en lo que va de vida.
La
retórica antiinmigrante fue uno de los bastiones sobre los cuales
Donald Trump construyó su campaña presidencial.
En
sus discursos, dirigidos sobre todo a quienes provienen de
Latinoamérica y de países como India y Vietnam, los acusa de
“asesinos” y de “robarles el trabajo” a los ciudadanos de
Estados Unidos.
Trump
nunca se ha referido a inmigrantes de países europeos, tal vez
porque su suerte económica actualmente es diferente, pero lo cierto
es que él mismo es hijo de la inmigración.
Estados
Unidos es históricamente el epicentro de la inmigración. Desde la
Revolución Industrial en el siglo XIX hasta nuestros días, el
“sueño americano” ha sido el imán de ricos y pobres de todo el
mundo que cruzan océanos y fronteras para llegar al país donde
todos los sueños se cumplen.
Irónicamente,
el pueblo norteamericano es bastante nacionalista y a pesar de la
extensísima diversidad racial en ciudades como Los Ángeles y Nueva
York, el discurso antiinmigrante se ha mantenido presente y fuerte
desde hace décadas.
Ese
discurso antiinmigrante es de hecho, una de las principales
plataformas del Presidente Donald Trump, quien a través de un sólido
mensaje nacionalista ha planteado su total rechazo a inmigrantes
latinoamericanos y orientales, alegando que se “roban el trabajo”
de los americanos y que es culpa de ellos la actual crisis de
seguridad social del país.
Pero
a pesar de esto, jamás ha aclarado su postura respecto a los
inmigrantes europeos, quienes también ocupan una cifra grande en el
país y quizá se deba a que curiosamente su madre y su esposa
nacieron en países europeos y llegaron a los Estados Unidos a buscar
su “gran oportunidad”.
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