09 de abril de 2016
Crédito: RNV
Radio Nacional de Venezuela
Radio Nacional de Venezuela
Arreciar
las acciones en contra del Gobierno legítimo de Venezuela hasta
lograr interrumpir el mandato del presidente Nicolás Maduro es el
plan que maneja el Comando Sur para los días venideros.
Para
lograr su objetivo estos trabajarán, como lo han venido haciendo, de
la mano de la derecha venezolana, cuyos partidos están agrupados en
la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que en la actualidad tiene
una mayoría circunstancial en la Asamblea Nacional (AN).
Esto
es lo que planea hacer el Comando Sur de EE.UU. en Venezuela:
1.-
Con los factores políticos de la MUD han venido acordando una agenda
común que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones
callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada. Mientras
que “el referendo o la enmienda” se impulsan en tanto
“cobertura”.
“Es
indispensable destacar que la responsabilidad en la elaboración,
planeación y ejecución parcial de la Operación Venezuela Freedom-2
en los actuales momentos descansa en nuestro comando, pero el impulso
de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios es
tarea de las fuerzas aliadas de la MUD involucradas en el Plan, por
eso nosotros no asumiremos el costo de una intervención armada en
Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y medios para
que la oposición pueda llevar adelante las políticas para salir de
Maduro”, sostiene Tidd.
2.-
La utilización de la Asamblea Nacional como tenaza para obstruir las
acciones de Gobierno bajo un enfoque de “cerco y asfixia”
acordado con los “socios” más cercanos de la MUD. En este punto
mencionan convocar a eventos y movilizaciones, interpelar a los
funcionarios del Gobierno, negar créditos y derogar leyes, cosa que
ha venido haciendo la derecha desde que llegó al Parlamento.
3.-
Insistir en un gobierno de transición y las medidas que se tomarán
después de la caída de lo que ellos denominan “régimen”, entre
las que se incluye un gabinete de emergencia.
4.-
Aplicarán las “tenazas” para asfixiar, paralizar e impedir que
las fuerzas revolucionarias se puedan recomponer de manera que esto
les permita arribar a “esta fase terminal” impulsando “un plan
de acción de corto plazo (6 meses con un cierre de la segunda fase
hacia julio-agosto de 2016)”.
En
este punto se incluye el ataque a la imagen del presidente Maduro y
la estrategia de responsabilizar al Estado y sus políticas del
“estancamiento económico, la inflación y la escasez”.
5.-
Mantendrán la campaña ofensiva en el terreno propagandístico,
“fomentando un clima de desconfianza, incitando temores, haciendo
ingobernable la situación”, para lo que dicen contar con los
jóvenes del país suramericano que demuestran “una creciente
identidad con nuestra forma de vida e ideales”.
6.-
En su campaña explotarán “temas como la escasez de agua, de
alimentos y de electricidad, teniendo este último aspecto un
carácter grave para el gobierno”. En este sentido, reforzarán la
idea de que el jefe de Estado es responsable exclusivo de éste
último punto.
7.-
Señalan que tiene especial interés posicionar en las actuales
circunstancias “la matriz de que Venezuela entra en una etapa de
crisis humanitaria por falta de alimentos, agua y medicamentos”.
Continuarán con el manejo del escenario que han venido planteando
sectores de la derecha nacional e internacional donde muestran que
Venezuela está “cerca del colapso y de implosionar’ demandando
de la comunidad internacional una intervención humanitaria para
mantener la paz y salvar vidas”.
8.-
Insistirán en la aplicación de la Carta Democrática “tal y como
lo hemos convenido con Luis Almagro Lemes”. Usarán para ello a ex
presidentes, a gobiernos afines y a la Alianza Parlamentaria
Democrática de América, junto a la coordinadicón “entre
organismos de la Comunidad de Inteligencia y otras agencias como las
organizaciones no gubernamentales (ONGs), corporaciones privadas de
comunicación como la SIP y diversos medios privados”.
9.-
Afianzarán la imagen que desde hace años intentan mantener de
vinculación del Gobierno de Venezuela con la corrupción y el lavado
de dinero, como plantean en la Orden Ejecutiva que emitió Barack
Obama en contra del país el 9 de marzo de 2015.
10.-
Mencionan al sector militar y señalan que han “ganado adeptos en
sectores institucionalistas” gracias a su “exitosa campaña”.
Sin embargo, manifiestan su preocupación porque “existe una alta
probabilidad de que los mandos identificados con el chavismo duro
ofrezcan resistencia, sobre todo en unidades élites que
históricamente se han alineado con el régimen. Por eso, hay que
sostener el trabajo de debilitar ese liderazgo y anular su capacidad
de mando”.
11.-
También se refieren a los colectivos, los catalogan como obstáculos
para las movilizaciones y demandan “su neutralización operativa en
esta fase decisiva”.
12.-
“Si bien en la situación militar no podemos actuar ahora
abiertamente, con las fuerzas especiales aquí presentes hay que
concretar lo ya anteriormente planificado para la fase 2 de la
operación. Los entrenamientos y aprestos operacionales de los
últimos meses, con la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo en la base de
Palmerola, en Comayagua –Honduras, la Fuerza de Tarea Conjunta
Interagencial Sur–, permite colocar tales componentes en
condiciones de actuar rápidamente en un arco geoestratégico apoyado
en las bases militares de ‘control y monitoreo’ en las islas
antillanas de Aruba (Reina Beatriz) y Curazao (Hato Rey); en Arauca,
Larandia, Tres Esquinas, Puerto Leguízamo, Florencia y Leticia en
Colombia; todo ello como Lugar de Operaciones de Avanzada (FOL), con
proyecciones sobre la región central de Venezuela donde se concentra
el poderío político-militar”, para luego enumerar los activos
militares dispuestos para la operación”, explican en el plan de
trabajo.
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