20 de marzo de 2017
Crédito: TelesurTv
El
declive de la producción mundial de crudo convencional se explica
por medio de los métodos de análisis del geólogo King Hubbert
sobre la producción de petróleo de los Estados Unidos, método
conocido como la "curva de Hubbert", pues dicho geólogo
calculó en 1956 con extraordinaria precisión la fecha en que los
Estados Unidos no podrían producir más petróleo de forma
convencional aunque se perforaran más pozos. Así, la producción de
petróleo de forma convencional en EEUU alcanzó su máximo nivel en
1970 y después comenzó a declinar, teniendo que importar en el 2005
casi el doble del total de crudo producido en dicho país.
Cénit
del petróleo (Peak Oil)
La
producción actual del petróleo proviene en más de un 60% de campos
maduros,(que tienen más de 25 años de ser explotados de manera
intensiva) por lo que las nuevas prospecciones se realizan en
regiones más remotas (Ártico, Amazonas), con mayor coste productivo
( 120 $) y menor rentabilidad, amenazando en muchas ocasiones a
reservas y parques naturales (Ártico, Alaska, Amazonas) y siendo el
desfase entre el consumo mundial y los descubrimientos de nuevas
explotaciones abismal (en una proporción de 4 a 1). Además, según
los expertos, el tiempo necesario para poner en marcha a pleno
rendimiento un yacimiento es de alrededor de 6 años, por lo que
cualquier descubrimiento no podrá entrar en operación hasta después
del 2018. Recordar que el 90% de la producción de crudo saudí
procede de tan sólo cinco campos maduros y hasta el 60% procedería
del megacampo de Ghawar y que los nuevos proyectos de infraestructura
petrolera de extracción de crudo considerados como "grandes,"
(aquellos de más de 500 millones de barriles) en Arabia Saudí para
el 2017 son prácticamente inexistentes lo que acelerá la fecha de
caducidad de sus reservas ociosas.
Por
su parte, la producción mexicana también llegó a su cenit en el
2004, pues el principal yacimiento de México es el Cantarell, (que
genera las dos terceras partes de la producción mexicana) tiene
fecha de caducidad con la perspectiva de convertirse en importador
neto de crudo en el horizonte del 2020, Venezuela necesita
urgentemente nuevos hallazgos petrolíferos pues caso de seguir el
ritmo actual de producción podrían agotarse sus reservas probadas
en el 2021, por lo que habría firmado un acuerdo por el que la
empresa petro-química estatal china Sinopec invertirá 14.000
millones de dólares para lograr una producción diaria de petróleo
en 200.000 barriles diarios de crudo en la Faja Petrolífera del
Orinoco, (considerado el yacimiento petrolero más abundante del
mundo) mientras Noruega aspira a explotar conjuntamente con Rusia la
plataforma continental del Mar de Barents (reservas estimadas de más
de 7.000 millones de petróleo y gas convencional) ante el
agotamiento de sus reservas del Mar del Norte, que alcanzó su cenit
en el 2009 (6 millones de barriles al día).
Según
la Agencia Internacional de Energía (AIE), la producción de
petróleo en Rusia alcanzó su máximo histórico (11,41 millones de
barriles diarios) en el año 1988 cuando todavía formaba parte de la
Unión Soviética, pero tras el declive provocado por la crisis
económica del 2008, la producción ha ido in crescendo hasta
alcanzar los 10,59 millones de barriles por día (bpd) en el 2013 con
una fecha de caducidad de 20 años. Rusia y China sellaron un
estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de los
mayores de la historia de la industria energética por el que la
empresa rusa Rosneft, (la mayor petrolera del país), suministrará
petróleo al gigante asiático durante 25 años por valor de 270.000
millones de dólares (unos 205.000 millones de euros) lo que aunado
con el megacontrato gasístico firmado por la rusa Gazprom y la china
CNPC por el que Rusia suministrará al país asiático 38.000 milones
de metros cúbicos de gas natural por un monto aproximado de 400.000
millones $ y con una vigencia de 30 años a través del gaseoducto
Sila Sibiri (La Fuerza de Siberia), sentaría las bases económicas
de la Unión Euro-Asiática que inició su singladura el 1 de enero
del 2015 como alternativa económica y militar al proyecto de Obama
de crear una Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en
inglés)
Además,
el acuerdo de cooperación energética del 2010 entre Iraq, Irán y
Siria para la construcción del gasoducto de South Pars a Homms que
conectaría el Golfo Pérsico con el Mar Mediterráneo permitiría la
llegada del gas iraní a la Unión Europea y aliviaría la severa
rusodependencia energética europea, relativizando de paso la
importancia estratégica de Turquía dentro del Proyecto del
Gasoducto Trans-Adriático (TAP) así como el papel relevante de
Arabia Saudí y Emiratos Árabes como suministradores de crudo a
Occidente, pero tanto Irak como Siria estarían inmersos en procesos
internos destructivos fruto de la balcanización implementada por
EEUU siguiendo su doctrina del caos ordenado por lo que la
exportación de productos petrolíferos de dichos países se antoja
harto complicada.
Respecto
a Iraq y según un artículo publicado por el New York Times, una
buena parte de la producción petrolera de dicho país tendría como
destino China, dado que las compañías occidentales (Exxon Mobil,
Shell, BP y otras serían reacias a invertir en dicho país, pues las
regalías, impuestos y otros cargos cobrados en Iraq suelen engullir
el 90% o más de las ganancias de una empresa petrolera, mientras que
las inversiones en EEUU consiguen una ganancia del 50% aunado con el
hecho de que EEUU importa tan sólo el 3% de sus necesidades
petrolíferas de Iraq. Así, el Gobierno de Al Maliki firmó en 2008
un acuerdo con China cifrado en 3.000 millones de dólares, mediante
el cual la firma estatal China National Petroleum Corp. (CNPC) obtuvo
los derechos de explotación durante 23 años del campo petrólifero
de Al Ahdab (el mayor yacimiento abierto en Irak durante las dos
últimas décadas con una producción estimada de 25.000 barriles
diarios) recibiendo de parte china la condonación del 80 por ciento
de la deuda heredada de la época de Sadam Hussein, estimada en unos
8.500 millones de dólares. En cuanto a Irán, posee, según los
expertos, las terceras mayores reservas probadas del mundo de
petróleo y gas tras Arabia Saudí e Irak , pero carece de la
tecnología suficiente como para extraer el gas en los yacimientos
más profundos por lo que precisa de una inversión de unos 155.000
millones de dólares para el desarrollo de la industria petrolera y
gasista.
El
fracking como arma estratégica de EE.UU.
La
producción de petróleo de forma convencional en EEUU alcanzó su
máximo nivel en 1970 y después comenzó a declinar, teniendo que
importar en el 2005 casi el doble del total de crudo producido en
dicho país hasta la aparición de la revolucionaria y controvertida
técnica del fracking, hija del ingeniero George Mitchell y que
consiste en la extracción de gas natural no convencional mediante la
fracturación de la roca madre (pizarras y esquistos) para la
extracción de gas de esquisto (shale gas) y de petróleo ligero
(shale oil), técnica en la que EEUU sería pionero en su aplicación,
descollando Texas, Oklahoma, Dakota del Norte, California, Colorado y
Montana. Según datos publicados por la Administración de
Información de Energía de EEUU (AIE), dicho país se habría
convertido ya en el principal exportador mundial de combustibles
refinados (gasolina y diésel), pudiendo convertirse en el horizonte
del 2017 en exportador neto de GNL y además habría alcanzado una
producción mensual de crudo equivalente a 6,5 millones de barriles
diarios provenientes de los campos tradicionales y de las nuevas
explotaciones de petróleo en roca porosa (Dakota del Norte).
Teniendo
en cuenta que el consumo doméstico de EEUU se movería en la
horquilla de los 16 a los 20 millones de barriles diarios, seguirá
siendo importador neto de crudo hasta el 2035, estimándose que en el
2020 el petróleo importado representará tan sólo el 26% de su
mercado interno debido a la combinación de una alta producción
interna y de un bajo consumo de crudo en el país tras asistir a su
progresiva sustitución del petróleo por biocombustibles, gas
natural licuado (GNL) y energías renovables, especialmente eólica,
biomasa y fotovoltaica.
En
la actualidad, el 45% de las importaciones de crudo de EEUU proceden
de Oriente Medio y Norte de África pero la nueva geoestrategia
energética pasaría por tener a Canadá como principal proveedor de
crudo, estando proyectada la construcción del oleoducto Keystone XL
para transportar el crudo canadiense hasta el Golfo de México lo que
tendrá como efectos colaterales la progresiva disminución de
importaciones de crudo procedentes de la OPEP, México, Colombia y
Brasil así como la drástica reducción de sus compras a Venezuela
con el objetivo inequívoco de lograr la asfixia económica del
régimen de Maduro y fagocitar sus reservas de petróleo (según el
Departamento de Energía de EEUU, las ventas de crudo venezolano a
EEUU serían de tan sólo 952.000 bpd diarios a finales del 2012
frente a los cerca de 1,7 millones de bpd vendidos en1998,
representando en la actualidad el 8% del total importado), lo que
obligará a México y Venezuela a redireccionar sus exportaciones
hacia China y la India.
Respecto
a Europa, el objetivo inequívoco de EE.UU. sería sustituir la
rusodependencia energética europea (30% del gas que importa la UE
procede de Rusa) por la frackingdependencia, inundando el mercado
europeo con el GNL (gas natural frackeado en EEUU y transportado
mediante buques gaseros) para hundir los precios del gas ruso así
como impulsar la utilización de la técnica del fracking en todos
los países de la Europa Oriental, el llamado “arco del fracking
europeo” que se extendería desde los Países Bálticos hasta la
Ucrania europea, pasando por Polonia, República Checa, Eslovaquia,
Hungría, Rumania y Bulgaria y que dependerá de la tecnología de
empresas estadounidenses como Chevron o Shell no siendo descartable
que la mayoría de países de la UE sucumban al espejismo energético
del fracking y terminen por utilizar dicha técnica en el horizonte
del 2020 a pesar de las protestas de los grupos ecologistas
anti-fracking.
El
Niño y la nueva crisis alimentaria mundial
La
Agencia Internacional de la Energía (AIE), en un reciente informe
titulado “Perspectivas mundiales de inversión en energía”,
advierte que será necesario invertir 48 Billones $ hasta el 2035
para cubrir las crecientes necesidades energéticas mundiales, pero
el abrupto desplome del precio del crudo hasta los 50 $,
imposibilitará a los países productores conseguir precios
competitivos que permitirían la necesaria inversión en
infraestructuras energéticas y búsqueda de nuevas explotaciones por
lo que no sería descartable un posible estrangulamiento de la
producción mundial del crudo en el horizonte del 2.020, al
concatenarse la recuperación económica de EEUU y la UE con factores
geopolíticos desestabilizadores (Nueva Guerra en Oriente Medio).
Así, según Rystad Energy, la industria petrolera necesita
reemplazar 34.000 millones de barriles de crudo al año pero en el
2.015 tan sólo se alcanzaron los 8.000 millones de barriles debido
al drástico descenso de las inversiones en exploración y producción
mundial (un 28% en el 2015 y se estima para el 2016 una nueva caída
del 20%). Ello originará presumiblemente una psicosis de
desabastecimiento y el incremento espectacular del precio del crudo
hasta niveles del 2008(rondando los 150 $) que tendrá su reflejo en
un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los
fertilizantes agrícolas lo que aunado con inusuales sequías e
inundaciones en los tradicionales graneros mundiales y la consecuente
aplicación de restricciones a la exportación de commodities
agrícolas de dichos países para asegurar su autoabastecimiento,
podría producir el desabastecimiento de los mercados mundiales, el
incremento de los precios hasta niveles estratosféricos y la
consecuente crisis alimentaria mundial.
Así,
según cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), el fenómeno metereológico
conocido como “El Niño”, tendría ya efectos devastadores en la
seguridad alimentaria, medios de vida, nutrición y salud de cerca de
100 millones de personas en todo el mundo, por lo que sería
necesaria una ayuda urgente de más de 7500 millones $ para labores
de emergencia y recuperación de infraestructuras., de lo que serían
paradigma la brutal seguía padecida por Centroamérica, Colombia,
Venezuela ,California Vietnam, Etiopía, Timor Oriental y África
Austral; inusuales inundaciones en Somalia, Tanzania, Estados sureños
de EEUU, Ecuador, Perú, Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay así
como devastadores incendios en California, Australia, Nueva Zelanda,
Chile,Venezuela e Indonesia.
Por
su parte, el economista de la FAO Abdolreza Abbassian, en
declaraciones a The Associated Press, ha señalado que para alimentar
la población mundial, (que llegará a 9.000 millones de personas en
el 2050), se necesitará un incremento de 70% de la producción
global de alimentos en los próximos 40 años, tarea que se antoja
titánica pues mientras la población mundial crece un 1,55% anual,
los rendimientos del trigo (la mayor fuente de proteína en países
pobres), habrían sufrido un descenso del 1%. Mención especial
merece Egipto, país en el que un tercio de sus 80 millones de
habitantes vivirían en el umbral de la pobreza y que se ve obligado
a destinar ocho millones de toneladas de trigo anuales (de los que 6
millones serían importadas), para producir el pan subsidiado,
imprescindible para evitar las revueltas sociales del 2007 y lastrado
por un desarrollo económico suicida, caracterizado por el
crecimiento desmesurado de macrourbes y megacomplejos turísticos y
la consiguiente reducción de la superficie destinada al cultivo
agrícola,por lo que es urgente que revise sus políticas agrícolas
y retorne a la arcana costumbre de disponer de reservas propias de
granos para situaciones de emergencia. Si a ello le sumamos la
intervención de los brokers especulativos en el mercado de futuros
de las commodities agrícolas, el resultado sería una espiral de
aumentos de precios en las materias primas imposibles de asumir por
las economías del Primer Mundo y el finiquito de los Objetivos del
Tercer Milenio de reducir el hambre en el mundo, pues según la FAO,
desde el 2005 el índice de precios de cereales habría aumentado al
doble y el número de desnutridos crónicos en el mundo rozaría en
la actualidad los 925 millones de personas. La hambruna afectará
especialmente a las Antillas, México, América Central, Colombia,
Venezuela, Bolivia, Egipto,Cuerno de África, Mongolia, Corea del
Norte, India, China, Bangladesh y Sudeste Asiático, ensañándose
con especial virulencia con el África Subsahariana.
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