18 de enero de 2017
Crédito: alai
Agencia Latinoamericana de Información
Germán Gorraiz López
Agencia Latinoamericana de Información
Germán Gorraiz López
Europa
atraviesa un período muy convulso pues la crisis financiera está
poniendo todavía más difícil el proceso de construcción europea
(imprescindible para que pueda competir como potencia mundial) y el
colapso económico que se está haciendo visible en los países
periféricos y emergentes, previsiblemente acabará generando la
desmembración de la actual Unión Europea y el retorno a escenarios
ya olvidados de compartimentos estancos y proteccionismo económico.
Origen
de la crisis
Factores
exógenos: La política suicida de las principales entidades
bancarias mundiales en la concesión de créditos e hipotecas de alto
riesgo aparece como detonante de la crisis de las subprime de EEUU,
seguida de la aparición de los activos tóxicos, un goteo incesante
de insolvencias bancarias, una severa contracción de los préstamos
bancarios y una alarmante falta de liquidez monetaria y de confianza
en las instituciones financieras, lo que ha originado la
desestabilización económica global y la entrada en recesión de las
principales potencias económicas mundiales, dibujándose un
escenario a cinco años en el que se podría regresar al
proteccionismo económico, con la subsiguiente contracción del
comercio mundial y posterior finiquito a la globalización económica.
Factores
endógenos: Estallido de la burbuja inmobiliaria que ha provocado el
hundimiento del castillo de naipes económicos de los países PIIGS
(despectiva abreviatura anglosajona que englobaría a España,
Portugal, Italia, Irlanda y Grecia). La economía de dichos países
se ha basado en el último decenio en la conocida “dieta
mediterránea” cuyos ingredientes principales eran el “boom”
urbanístico, el turismo y el consumo interno y que creaba excelentes
platos minimalistas, de apariencia altamente sugestiva y precio
desorbitado pero vacíos de contenido culinario y con fecha de
caducidad impresa (2008).
Efectos
colaterales del Brexit
Shakespeare,
por boca de un asustado Enrique IV expresa el miedo y la impotencia
del hombre debido a la ausencia de certezas ante el caos de la
mudanza: “¡Dios mío, si tuviésemos la opción de leer en el
libro del destino y ver del tiempo las revoluciones, ver cómo la
ocasión se burla y cómo llena el cambio la copa de Mudanza con
diversos colores. Por caos (Khaos o "vacío que ocupa un hueco
en la nada") entendemos algo impredecible y que se escapa a la
miope visión que únicamente pueden esbozar nuestros ojos ante
hechos que se escapan de los parámetros conocidos pues nuestra mente
es capaz de secuenciar únicamente fragmentos de la secuencia total
del inmenso genoma del caos, con lo que inevitablemente recurrimos al
término “efecto mariposa” para intentar explicar la vertiginosa
conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que deberán
configurar el puzzle inconexo del caos ordenado que se está gestando
, de lo que sería paradigma la próxima salida de Gran Bretaña de
la Unión Europea (Brexit).
Los
conservadores liderados por David Cameron fieles a su política
euroescéptica (nula voluntad británica de embarcarse en un proyecto
en decadencia en el que la soberanía británica estaría supeditada
a los mandatos de Bruselas), incluyeron en su programa electoral del
2.015 la convocatoria de un referéndum sobre la salida de la UE con
lo que Cameron tranquilizó a las bases más radicales de su partido
al tiempo que arrebató la bandera al partido en alza de los
euro-escépticos( UKIP) que consideran que el Reino Unido no necesita
de Europa ya que podría convertirse en la Singapur de Occidente
desde su atalaya financiera de la City londinense al tiempo que
metrópolis del comercio de Ultramar al pilotar la nave capitana de
una renacida Commonwealt. Tras la sorpresiva victoria del Brexit ,
Gran Bretaña abandonará las estructuras europeas aunque manteniendo
convenios bilaterales, siguiendo la filosofía de Winston Churchill :
“Estamos en Europa, pero no en ella”, con el objetivo inequívoco
de que la política exterior sirva de catalizador de los valores de
la Gran Bretaña y su pasado imperial, con lo que podríamos asistir
al renacimiento de la Commonwealt, al resurgimiento de la violencia
partidista en el Ulster y a un nuevo conflicto de las Malvinas bajo
el mandato de la actual Primer Ministro Theresa May.
¿Finiquito
a la actual Unión Europea?
Según
señala Joel Kotkin en la revista Forbes, durante décadas, los
países del Norte (Alemania, Noruega, Suecia, Dinamarca, Holanda ,
Finlandia y Reino Unido), han compensado las muy bajas tasas de
fecundidad y la disminución de la demanda interna con la llegada de
inmigrantes y la creación de economías de orientación exportadora
altamente productivas y por el contrario, los países periféricos
europeos no han desarrollado unas fuertes economías que compensen su
desvanecimiento demográfico al basar su economía en la llamada
“dieta mediterránea”. Sus ingredientes principales eran el
“boom” urbanístico, el turismo y el consumo interno que creaba
excelentes platos minimalistas, de apariencia altamente sugestiva y
precio desorbitado pero vacíos de contenido culinario y con fecha de
caducidad impresa (2008), provocado por el estallido de la burbuja
inmobiliaria y el hundimiento del castillo de naipes económicos de
los países PIIGS ( despectiva abreviatura anglosajona que englobaría
a España, Portugal, Italia, Irlanda, y Grecia) y por mimetismo de
Chipre, Malta y Eslovenia.
Las
reformas estructurales y fiscales que ha impuesto la Troika a países
como Irlanda, Grecia, Portugal, España, Italia, Chipre, Malta y
Eslovenia para modernizar la Administración pública y la sanidad,
mejorar el mercado laboral y adaptar la presión fiscal a las
circunstancias son principios genéricos que se han traducido en
sucesivas subidas de impuestos, reducción de funcionarios, supresión
de organismos públicos, recortes salariales y máxima flexibilidad
en el mercado laboral aunado con una sensible pérdida de jirones del
primigenio Carta Social Europea (CSE) o Carta de Turín de 1.961.
Así,en la cadena Fox News, Peter Morici, economista y profesor de la
Universidad de Maryland, dijo que “ la necesidad de una unión
fiscal en la zona euro y de que el BCE adopte un papel similar al
llevado a cabo por la Reserva Federal de EEUU, no llegarán a tiempo
para salvar a los países periféricos y consideró la posibilidad de
que “dichos países abandonen el euro para poder así imprimir su
propio dinero y resolver sus problemas como lo hizo Estados Unidos a
raíz de la crisis financiera".
En
el caso griego, la troika que comprenden la UE, el FMI y el BCE
llevan tiempo presionando a Grecia con un riguroso programa de
privatizaciones debido a su desorbitante Deuda Pública (de 320.000
millones de euros) y ha obligado a implementar reformas estructurales
y fiscales para modernizar la Administración pública y la sanidad,
mejorar el mercado laboral y adaptar la presión fiscal a las
circunstancias, lo que se ha traducido en sucesivas subidas de
impuestos, reducción de funcionarios, supresión de organismos
públicos, recortes de salarios y pensiones de jubilación,
flexibilidad en el mercado laboral y brutal pérdida de puestos de
trabajo (más de un millón desde el inicio de la crisis). Además,
se estima que la deuda pública del país heleno ascenderá hasta el
200 % del producto interior bruto (PIB) en el 2017, existiendo el
temor de que podría pasar del default (incumplir sus pagos) a la
salida de la Eurozona (medida drástica que contaría con las
bendiciones de su principal acreedor, Alemania) , por lo que “cada
vez más empresas europeas y estadounidenses se preparan para lo que
antes era impensable”, según The New York Times.
La
hipotética exclusión de Grecia de la Eurozona supondría el
finiquito de la Eurozona pues el resto de países periféricos
(Portugal, España, Italia, Irlanda, Malta y Chipre), seguirá
inexorablemente el movimiento centrífugo de Grecia y deberán
retornar a sus monedas nacionales, sufrir la subsiguiente
depreciación de las mismas y la regresión a niveles de renta
propias de la década de los 70 , con el consiguiente efecto
demoledor en los mercados bursátiles. Así, asistiremos a la
aparición de la Europa de los Nueve (Alemania, Francia, Bélgica,
Holanda, Italia, Dinamarca, Suecia, Luxemburgo y Austria), quedando
el resto de países europeos periféricos (Portugal, España,
Irlanda, Grecia, Eslovenia, Malta y Chipre), gravitando en sus
anillos orbitales y viéndose obligados a retornar a sus monedas
nacionales.
Por
otra parte, el severo retroceso de las exportaciones debido la
contracción del consumo interno de la UE por la recesión económica,
(los intercambios comerciales entre los Estados miembros de la UE
alcanzan el 60% del volumen total de su comercio) y la severa
contracción del comercio mundial debido a la crisis de los países
emergentes y al estancamiento económico de China, tendrá especial
influencia en países tradicionalmente exportadores como Finlandia.
Así, Finlandia habría pasado de la utopía del Estado de Bienestar
a la entrada en recesión, lastrada por el hundimiento de Nokia y de
la industria papelera, (los dos motores del milagro económico
finlandés), por lo que se plantea seriamente abandonar el euro y en
el 2017 realizará una consulta para abandonar la Eurozona, no siendo
descartable que tras su salida proceda a la constitución de una
Federación Escandinava integrada por Dinamarca, Noruega, Suecia,
Finlandia y Países Bálticos.
El
resto de países del centro y este de Europa, (integrantes de la
llamada Europa emergente), sufrirán con especial crudeza los efectos
de la tormenta económica al no contar con el paraguas protector del
euro y se verán obligados a depreciar sucesivamente sus monedas ,
aumentar espectacularmente su Deudas externa y sufrir alarmantes
problemas de liquidez y asimismo, deberán retornar a economías
autárquicas tras sufrir masivas migraciones interiores, al descartar
la CE la modificación de las reglas para la adopción del euro en la
Unión Europea y así poder acelerar la adhesión de los Estados
miembros del centro y este de Europa y deberán proceder a la
reapertura de abandonadas minas de carbón y obsoletas centrales
nucleares para evitar depender energéticamente de Rusia.
Germán
Gorraiz López
Analista
internacional
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