24 de diciembre de 2016
Crédito: TelesurTv
Germán Gorraíz López
Germán Gorraíz López
Tras
las declaraciones de Benjamin Netanyahu en las que reafirmaba el
derecho del pueblo judío a construir en Jerusalén”, (lo que
traduciría en la construcción de 1.000 nuevas viviendas en
Jerusalén Este), pues según sus palabras “hasta los palestinos
saben que esos lugares quedarán bajo la soberanía israelí bajo
cualquier tipo de arreglo”, asistimos de nuevo a la escenificación
de un “desencuentro en las formas” entre Obama y Netanyahu y que
como en anteriores ocasiones se finiquitó con una tibia condena por
parte de EEUU de “ la actual política de construcción de
viviendas en Cisjordania y Jerusalén Este ” al tiempo que se
procedió a la firma del mayor acuerdo militar entre el Ministerio de
Defensa judío y la Administración Obama por un montante de 38.000
millones $ para el próximo decenio. Conviene recordar que cuando se
suscribieron los Acuerdos de Oslo, 100.000 colonos poblaban
Cisjordania y que en la actualidad serian 600.000, lo que aunado con
la prevista culminación del Muro de Cisjordania que incluiría
aproximadamente el 10% del territorio de Cisjordania, incluida
Jerusalén Este, donde unas 60.000 casas palestinas podrían ser
demolidas al carecer de permisos oficiales y habría unos 200.000
colonos más que en 1.993 a pesar de la “extenuante presión
norteamericana para finiquitar los mismos”, habría provocado la
indignación del mundo árabe.
Mientras, Netanyahu acudirá
de nuevo a Washington con el objetivo de lograr la ayuda de sus
padrinos del AIPAC , el más influyente grupo de presión pro-ísraelí
en EEUU pues cuenta con más de 100.000 miembros (150 de ellos
dedicados exclusivamente a presionar al Congreso, a la Casa Blanca y
todos los organismos administrativos en la toma de decisiones
políticas que puedan afectar a los intereses del Estado de Israel).
Aunque siempre se ha creído que la AIPAC sería un “gobierno
virtual” que teledirigiría la política exterior de EEUU en
función de los intereses israelíes, la realidad sería que el lobby
pro-israelí tiene verdadero peso en los ámbitos del poder porque
EE.UU. e Israel casi siempre han compartido idénticos intereses
geopolíticos desde la fundación del Estado de Israel en 1.948.Así,
EE.UU. contaría con Israel para mantener a los Estados árabes de
Oriente Próximo bajo la amenaza constante de ataque, (asegurándose
de paso que se mantengan serviles ante Washington) e Israel no podría
seguir existiendo en su forma actual sin el fuerte apoyo político y
material que recibe de EE.UU. ( la ayuda oficial sería de más de
3.500 millones de dólares anuales en ayuda militar y se habría
elevado hasta los 3.800 millones anuales $ en la recta final del
mandato de Obama).
En
realidad, hemos asistido a un desencuentro de fondo” entre las
Administraciones de Netanyahu y Obama debido al concepto geopolítico
imperante en la Administración Obama y cuyo cerebro sería el
ex-Consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter, Zbigniew
Brzezinski. Así, Brzezinski en un discurso ante al Consejo Nacional
Irano-estadounidense (NIAC), afirmó que “creo que los EE.UU. tiene
derecho a decidir su propia política de seguridad nacional y no
seguir cual mula estúpida lo que hagan los israelíes”, pues desde
el asesinato de John F. Kennedy los Estados Unidos no habrían ya
disfrutado de ese derecho al quedar desde entonces como rehenes de
los intereses sionistas todos lo sucesivos Presidentes electos de
EEUU. Además, Brzezinski, estaría enfrentado con los lobbys neocon
republicano y judío de EEUU y con su habitual mordacidad habría
desacreditado la miopía geoestratégica de ambos grupos de presión
al afirmar que “están tan obsesionados con Israel, el Golfo
Pérsico, Irak e Irán que han perdido de vista el cuadro global: la
verdadera potencia en el mundo es Rusia y China, los únicos países
con una verdadera capacidad de resistir a Estados Unidos e Inglaterra
y sobre los cuales tendrían que fijar su atención”.
La
traición de Netanyahu a los postulados de Herzl
El
mensaje diáfano de Obama hacia Israel era que “la paz en Oriente
Próximo y Medio (Oriente PROME) es posible a través del diálogo y
que Israel y Estados Unidos tienen que negociar con Irán y con
Siria, dos actores cruciales en la política de Oriente Próximo”,
postulados que serían un misil en la línea de flotación del
Gobierno de Netanyahu que aspira a resucitar el endemismo del Gran
Israel (Eretz Israel), ente que intentaría aunar los conceptos
antitéticos del atavismo del Gran Israel (Eretz Israel) y que
bebería de las fuentes de Génesis 15:18, que señala que “ hace
4.000 años, el título de propiedad de toda la tierra existente
entre el Río Nilo de Egipto y el Río Eúfrates fue legado al
patriarca hebreo Abraham y trasferida posteriormente a sus
descendientes”.
Ello
supondría la restauración de la Declaración Balfour (1.917), que
dibujaba un Estado de Israel dotado de una vasta extensión cercana a
las 46.000 millas cuadradas y que se extendía desde el Mediteráneo
al este del Éufrates abarcando Siria, Líbano, parte noriental de
Irak , parte norte de Arabia Saudí , la franja costera del Mar Rojo
y la Península del Sinaí en Egipto así como Jordania. Dicha
doctrina tendría como principal adalid a Isaac Shamir al defender
que “Judea y Samaria (términos bíblicos de la actual Cisjordania)
son parte integral de la tierra de Israel. No han sido capturadas ni
van a ser devueltas a nadie”, doctrina en la que se basarían los
postulados actuales del partido Likud liderado por Netanyahu quien
aspira a convertir a Jerusalén en la “capital indivisible del
nuevo Israel”, tras la invasión de su parte oriental tras la
Guerra de los Seis Días (1.967).
Conviene
recordar que Theodor Herzl es considerado el Padre del actual Estado
de Israel y fundador del sionismo y en su libro “El Estado judío:
ensayo de una solución moderna de la cuestión judía”, propuso la
creación de un Estado judío independiente y soberano para todos los
judíos del mundo al tiempo que promovió la creación de la OSM
(Organización Sionista Mundial) y en su obra “La vieja Nueva
Tierra”(1902), sienta las bases del actual Estado judío como una
utopía de nación moderna, democrática y próspera en la que se
proyectaba al pueblo judío dentro del contexto de la búsqueda de
derechos para las minorías nacionales de la época que carecían de
estado, como los armenios y los árabes. Sin embargo,
aurora-israel.co/il, denuncia que “ la política aislacionista del
primer ministro, Biniamín Netanyahu, parece estar en las antípodas
de los fundadores del sionismo, tales como Teodoro Herzl y Chaim
Weizmman, que incluyeron al movimiento dentro del espectro
progresista en el campo de la diplomacia, con lo que la pregunta es
si puede revertirse peligroso el aislamiento diplomático de Israel
con una política que sea contraria al inmovilismo y el
encerramiento”.
Así,
el movimiento judío Paz Ahora en su informe “Alejando la solución
de los Dos Estados”, asegura que el Gobierno de Netanyahu prevé
retomar el proyecto de construir más de 55.000 viviendas en
asentamientos situados en territorio ocupado de Cisjordania y
Jerusalem Este, de las que más de 8.000 estarían asentadas en la
colonia E-1, territorio de 12 Kilómetros cuadrados situada entre el
asentamiento judío de Maale Adumin y la zona nororiental de
Jerusalen, lo que en la práctica supondría el finiquito a la
existencia de Dos Estados y un órdago en toda regla a la linea roja
impuesta por EEUU y la UE.
La
venganza de Obama y sus efectos colaterales
Sin
embargo, Obama, (tras la pérdida del control del Senado en las
pasadas elecciones de medio término y en la recta final de su
mandato Presidencial), habría decidido adoptar una conducta
transgresora que podría reconsiderar el tradicional veto de EEUU en
el Consejo de Seguridad de la ONU ante propuestas “nocivas para el
Estado israelí”, con lo que Obama se convertiría en el último
obstáculo para diseñar la arquitectura del Nuevo Gran Oriente. Así,
sorpresivamente, la Administración Obama permitió hoy que el
Consejo de Seguridad de la ONU condenase los asentamientos israelíes,
desoyendo al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que
trató sin éxito de frenar la resolución y rompiendo con su postura
tradicional, Estados Unidos renunció a vetar este texto crítico con
Israel y se abstuvo, mientras que los otros catorce miembros del
Consejo de Seguridad votaron a favor, lo que ha tenido como efecto
colateral inmediato laenérgica condena del Gobierno de Netanyahu
de “la vergonzosa resolución del Consejo de la ONU , que
exige el final de la colonización y trata de garantizar la
viabilidad de la solución de dos estados, así como la decisión
norteamericana de permitir que esta fuese aprobada”.
Posteriormente,
asistiremos al inicio de una intensa campaña de descalificación
personal y política de Obama en los medios de comunicación
dominantes o “mainstream media”, (especialmente virulenta en los
medios manejados por los “think tank” Heritage Foundation y Cato
Institute), preludio de la gestación de una trama endógena que
podría terminar por reeditar el Magnicidio de Dallas
(Kennedy,1.963), logrando de paso Obama su victoria final tras entrar
en el Olimpo ingrávido de los mitos siguiendo la estela de John F.
Kennedy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario