14 de enero de 2017
Crédito: Aporrea.org
Noam Chomsky
El Eonomista-Pacific Standard
Noam Chomsky
El Eonomista-Pacific Standard
El
fin de la República de Weimar, en 1933, es el escenario que se
asemeja más a la situación que está viviendo Estados Unidos con el
arribo de Donald Trump al poder, de acuerdo con Noam Chomsky,
profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts y una
de las figuras más contestatarias frente a las políticas
neoliberales de diversas administraciones estadounidenses.
En
una entrevista con Truthdig, en el 2010, Chomsky hizo una
predicción que parece estarse cumpliendo: "Si llega alguien
carismático y honesto, este país está en problemas, sobre todo
debido a la frustración, la desilusión, el enojo justificado y la
ausencia de una respuesta coherente (...) Se nos dirá que los
hombres blancos son una minoría perseguida. Nos dirán que tenemos
que defender el honor de la nación. La fuerza militar será
exaltada. La gente será golpeada. Esto podría convertirse en una
fuerza abrumadora".
Chomsky
se interesó desde muy pequeño por dos cosas: el lenguaje y la
política. Sus estudios lingüísticos lo llevaron a convertirse en
el fundador de toda una rama de esta ciencia, la gramática
generativa, la cual cimbró los cimientos de la lingüística
tradicional. Pero desde hace varias décadas, su intenso activismo
político y social han hecho que sea uno de los intelectuales más
contestatarios del siglo XX. En una conversación con Sam Fragoso, de
la revista Pacific Standard, Chomsky detalló su opinión
sobre lo que espera que ocurra con el ascenso al poder de un hombre
cuya demagogia compara con la política de Adolfo Hitler.
1.
Es un estafador
A
la pregunta de Fragoso sobre si un personaje con una personalidad
vacía y con una política confusa, como Chomsky ha definido a Trump
en repetidas ocasiones, puede llegar a los votantes, el profesor en
lingüística del Instituto Tecnológico de Massachusetts respondió
que el presidente electo de Estados Unidos es "como un
estafador. Fue capaz de decir cosas a un sector de la población que,
de alguna manera, articuló sus propias preocupaciones y
sentimientos, y lo hizo con bastante eficacia".
Chomsky
encuentra una contradicción crucial en el carácter de Trump al
comparar la retórica de éste cuando le habla a la clase trabajadora
con los nombramientos de su gabinete. Cuando habla con la clase
trabajadora "él es anti-establishment, él va a enfrentar a
Wall Street (…) Él dice que va a traer de vuelta trabajos (...)
¿Cómo va a hacer eso? Al elegir a un secretario de Trabajo (Andrew
F. Puzder) que es sumamente anti-laboral".
2.
Para Trump, todo es culpa de los demás
Muchas
de las personas que votaron por Donald Trump también votaron por
Barack Obama en el 2008 y en el 2012. El periodista de Pacific
Standard le preguntó a Chomsky el estado al que tendría que
llegar Estados Unidos para que las personas se den cuenta de que
Trump no está actuando con las mejores intenciones. Para el
activista y escritor, el eslogan de Trump "Make America Great
Again" le dio a los votantes la misma sensación que ofreció el
discurso de Obama durante sus campañas electorales, una sensación
de esperanza y cambio, la cual fue disminuyendo conforme avanzaba su
administración.
Pero
cuando las personas se den cuenta de que el gobierno de Trump tampoco
puede ofrecer esa esperanza y ese cambio, hay varias alternativas
que, de acuerdo con Chomsky, no son nada alentadoras. Una de estas
alternativas es "una usual acción de las figuras y de las
estructuras autoritarias cuando no pueden cumplir sus promesas,
buscar un chivo expiatorio: ‘Vamos a culpar a las personas más
vulnerables y que están sufriendo. Hagamos que sea culpa suya’",
explica Chomsky. El investigador recuerda que Trump ya ha comenzado
con esta práctica, ya que ha culpado a los inmigrantes por los
problemas que enfrenta la Unión Americana.
3.
La educación está bajo ataque
En
palabras de Chomsky, el sistema educativo estadounidense, del que ha
formado parte desde hace más de 65 años, no motiva la curiosidad de
los estudiantes. Por el contrario, las escuelas y universidades han
convertido a este sistema en una estructura que fomenta el control
del aprendizaje y la falta de curiosidad entre sus miembros,
fortaleciendo un sentimiento de pasividad en ellos. Además, de
acuerdo con el lingüista, con la llegada de Trump a la presidencia
de Estados Unidos el sistema educativo estadounidense se encuentra
bajo ataque, sobre todo si se considera que el presidente electo ha
elegido a una persona que está en contra de la educación pública,
la empresaria Betsy DeVos, como su próxima secretaria de Educación.
4.
Hay sólo fragmentos de verdad en el panorama
Las
palabras de Trump han conducido a Estados Unidos y a buena parte del
mundo a vivir en una era post-factual, es decir, que los hechos y la
realidad han dejado de tener importancia; son las palabras y su
interpretación la moneda de cambio de una era en la que la opinión
vertida en redes sociales es más relevante que los hechos reales.
Para Trump, "si yo digo que es falso, entonces es falso".
Chomsky
compara esta actitud con la propaganda nazi que llegó 10 años
después de que Alemania alcanzara la cumbre de la civilización
occidental. "El pico de la civilización occidental, en muchos
sentidos, fue Alemania en los años 20 en las artes, las ciencias e
incluso como un modelo para la democracia. En 10 años, había
descendido a las profundidades de la barbarie en una sociedad
post-factual". Para Chomsky, al igual que durante el régimen
nazi, flotan en el aire fragmentos de una verdad que confunden más
que esclarecen.
5.
Estamos en una situación histórica específica
Chomsky
encuentra varias similitudes entre Trump y otras figuras demagógicas
de la historia, como Adolfo Hitler. La diferencia que existe entre la
Alemania nazi de Hitler y Estados Unidos con Trump, es que en este
caso existen formas efectivas de evitar los peligros que implica que
un personaje como él llegue a la Oficina Oval y de aprovechar las
oportunidades que se presenten para construir la base de un mejor
futuro. El activista pone como ejemplo el plan de infraestructura que
Trump ha anunciado que llevará a cabo durante su mandato. Según
Chomsky, el plan de infraestructura de Trump implica que las empresas
les quitarán dinero a los contribuyentes para construir la
infraestructura que ellos creen es la necesaria. Sin embargo, para
Chomsky esto no es más que un acto de corrupción.
"Una
alternativa sería un programa de infraestructura que desarrolle
cosas que realmente necesitamos, como un tren de alta velocidad, por
ejemplo, o sistemas de escuelas públicas con salarios docentes
dignos y con respeto por los maestros (...) Esto requeriría la
inversión del gobierno, lo que significa el compromiso popular de
utilizar los fondos para el beneficio del público en general",
refiere.
6.
Debemos defender los derechos fundamentales
Las
últimas preguntas de Fragoso a Chomsky tienen un matiz más
personal, más cercano. La voz del escritor y activista social es una
de las más escuchadas y reconocidas en el ámbito de las prácticas
políticas estadounidenses. Pero para el investigador, perder su voz,
es decir, ser censurado, no es un problema relevante. "Ha habido
tiempos mucho peores, y hay muchas oportunidades y mucha protección
para la libertad de expresión y asociación, si defendemos estos
derechos enérgicamente, lo mismo que las oportunidades que tenemos".
De
acuerdo con Chomsky, sus opiniones no son complejas y en realidad no
importa quién las diga, sino que sean dichas, para que sean
escuchadas. Uno de los intelectuales más importantes del último
siglo concluyó la entrevista apelando a la responsabilidad que
tienen todos los estadounidenses para cumplir objetivos comunes. "
Todos tenemos cosas que podemos hacer. Tenemos oportunidades, debemos
perseguirlas en la mayor medida posible".
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