30 de diciembre de 2016
Crédito: Aporrea.org
Luego
de recorrer los principales canales de televisión y medios de
comunicación de Venezuela, así como varios internacionales, he
notado la sonrisa de inmensa satisfacción de algunos "comunicadores"
cuando un ex militante de la Revolución Bolivariana les dice: "soy
chavista pero no madurista".
Esa euforia
casi orgásmica tiene una explicación: quien se hace llamar chavista
pero no madurista se convierte en la práctica en un aliado de la
oposición. Esto es así porque estos señores le restan votos al
PSUV y contribuyen a que otros chavistas descontentos sigan el mal
ejemplo de la abstención o simplemente salten la talanquera votando
por la MUD.
Este
video muestra dos posturas, un chavismo disidente y anti madurista
que propone salir de Maduro para lograr un "cambio" y otro
chavismo nuestro (chavismo de a pie) que plantea corregir todas las
fallas de la burocracia prepotente pero preservando el poder del
Estado para el pueblo porque sin poder en manos del pueblo no hay
cambio revolucionario posible. Decida usted, camarada chavista,
el mejor rumbo para Venezuela. Yo me quedo defendiendo la unidad de
los revolucionarios y a la vez haciendo propuestas para rectificar la
gestión de gobierno...
Es
ingenuo no fijarse que el Gobierno de Maduro es la herramienta
necesaria para realizar la revolución, es decir, sin el poder
del Estado en manos de los chavistas, la revolución sólo puede
existir como una doctrina, un sueño pero no una fuerza social y
política capaz de transformar al país. Antecedentes violentos
revelan que la MUD montada en Miraflores no va a respetar el juego
democrático permitiendo que el PSUV viva en paz como nuevo bloque
opositor (esa telenovela feliz sólo cabe en la mente de Delia Fiallo
o Corín Tellado).
Cuando
Chávez estaba vivo, la frase (trampa) usada para confundir al pueblo
era: "soy Bolivariano pero no soy Chavista". Y
justamente con ese juego de palabras se pretendía dividir al pueblo
seguidor del socialismo. Porque sin las ideas de Simón Bolívar, el
proyecto de Chávez pierde su identidad de soberanía, independencia,
inclusión social e igualdad.
Una
cosa hay que tener clara, la posibilidad de resolver la actual crisis
económica en Venezuela depende de corregir las fallas del Gobierno
Bolivariano, erradicando el burocratismo y la corrupción, ampliando
la participación popular, respetando la crítica y la autocrítica
revolucionaria, ampliando las alianzas y eliminando vicios como el
sectarismo, la prepotencia de varios dirigentes; pero nunca
entregándose a las fuerzas de la burguesía y sus partidos porque si
los opositores llegan al poder van a imponer un modelo contra el
pueblo que ya está escrito internacionalmente y se llama
neoliberalismo, o sea, todo para el rico y nada para el pobre.
Rectificar,
corregir, mejorar, defendiendo siempre a la revolución en el poder,
son las acciones correctas para lograr la felicidad del pueblo
venezolano; renunciar a la revolución y pactar, directa o
indirectamente con el enemigo, nunca será remedio.
No
importa si circunstancialmente individuos de la burguesía coquetean
con los personajes que se identifican como "Chavistas pero no
Maduristas" pues una vez utilizados estos camaradas serán
desechados como pañales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario