15 de enero de 2016
Crédito: Ultimas Noticias
Luis Britto García
Luis Britto García
1
La agenda de la derecha iberoamericana es fijada desde España por
una Fundación para el Análisis Económico y Social (Faes),
auspiciada por Felipe González y dedicada a “incorporar América
Latina a Occidente”. Con “el objetivo común de derrotar
democráticamente al proyecto del socialismo del siglo XXI”,
propuso en 2007 una “Agenda para la Libertad” que incluye crear
una Internacional de las Derechas, erradicar la enseñanza
universitaria gratuita y prohibir las expropiaciones, para lo cual
“América Latina debe cooperar en materia de seguridad y lucha
contra el terrorismo internacional junto a Europa y América del
Norte, mediante la creación de una asociación estratégica entre la
Otan y Colombia”. Suscriben el documento Julio Borges y Leopoldo
López.
2
En 2016, el presidente Santos confiesa que prepara una asociación
estratégica de su país con la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (Otan). No es la primera vez que la Hermana
República subordina sus ejércitos a intereses imperiales. En 1901
suministró seis mil soldados para que Carlos Rangel Garbiras
invadiera Venezuela e impidiera la restitución de la Gran Colombia.
Desde 1951, envió tres fragatas y 4.750 efectivos a morir en la
guerra de Corea. Millares de mercenarios colombianos sirven en el
Ejército de los Emiratos Árabes, Dubái, Afganistán, Yemen…
3 La
asociación criminal conocida como Otan comprende 28 Estados
miembros, 22 países que la apoyan en “alianza por la paz” y 15
colaboradores; eroga el 75% del gasto armamentista del planeta y ha
ampliado sus genocidios a Serbia, Afganistán, Irak, Somalía, Libia,
Yemen y Siria.
4
Entre ella y Estados Unidos totalizan 785 bases militares en el
mundo. En Argentina opera la Otan las bases de Malvinas, Georgias y
Sándwich; en nuestro Atlántico Sur, las de Tristán de Acuña,
Santa Helena y Ascensión. EEUU es miembro de la Otan: podemos
adscribirle también siete bases estadounidenses en Colombia y otra
cincuentena larga de ellas enclavadas en Nuestra América. El
corredor estratégico del Plan Puebla-Panamá arranca de EEUU y
penetra en América del Sur apoyándose en un ejército colombiano de
medio millón de hombres según su presupuesto de defensa.
5
El propósito de tan costoso aparato es aplastar por la fuerza la
soberanía y los movimientos progresistas de nuestros países para
apoderarse de los recursos y la mano de obra de la región. La
situación requiere la más contundente respuesta del Alba, de
Unasur, de la Celac y del Mercosur.
Pues
en última instancia este cerco también busca aniquilar a Brasil,
miembro del Brics y principal competidor potencial de EEUU en el
hemisferio.
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