04 de enero de 2016
Crédito: La Jornada
Turistas, en la plaza de Tiananmen, usan cubrebocas ante la situación ambiental. Foto Ap |
Pekín.
La capital china emitió una alerta de alto nivel por segundo día
consecutivo este miércoles, y mantenía cerradas las carreteras de
Pekín y sus alrededores, por una nube de esmog que desde hace
semanas expone a la población a una asfixiante contaminación
ambiental.
En
la provincia china de Henan, situada al sur de Pekín, se cancelaron
hoy 180 vuelos por la falta de visibilidad en las pistas de despegue
y aterrizaje de los aeropuertos como consecuencia del denso esmog que
afecta desde hace varias semanas al norte del país, informó la
agencia estatal de noticias Xinhua.
En
Pekín fueron cerradas varias autovías por existir un mayor riesgo
de accidentes. Con excepción de algunos días, la contaminación
atmosférica en Pekín ha alcanzado desde principios de diciembre
niveles considerados "perjudiciales para la salud" o
"peligrosos". Todos los días ingresan en hospitales nuevos
pacientes aquejados por problemas respiratorios.
El
centro meteorológico de China advirtió que la visibilidad podría
ser menor a 50 metros en algunas áreas, lo que llevó a la
cancelación de vuelos en muchos aeropuertos.
Más
de 2 mil turistas permanecían varados en un crucero cerca del puerto
de Tianjín dos días más de lo previsto, ya que el esmog impedía
que la embarcación atracara, según reportó Beijing Evening
News.
La
escasa visibilidad generó también que tres importantes puertos del
norte suspendieran la carga de barcos el martes, informaron agencias
de seguridad marítima.
Las
alertas por contaminación son comunes en el norte de China,
particularmente durante los inviernos fríos, que aumentan la demanda
energética abastecida fundamentalmente con carbón.
La
advertencia de esmog en Pekín se encuentra en su segundo nivel más
alto, lo que generaba incertidumbre entre la población sobre la
necesidad de evacuar. El Ministerio de Protección Ambiental dijo que
no había emitido su máxima alerta roja por discrepancias en los
pronósticos para diferentes áreas de Pekín.
China
está atravesando su tercer año de una guerra contra la polución
que apunta a revertir el daño generado al cielo, al agua y al suelo
después de décadas de crecimiento económico sin límites. Sin
embargo, las medidas tomadas hasta el momento prácticamente no han
surtido efecto.
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