12 de marzo de 2017
Crédito: RT
La
escalada de tensión marcada por declaraciones agresivas desde
Pionyang y Washington podría tener consecuencias nefastas para la
península coreana y el mundo.
En
medio del intercambio
de amenazas que
protagonizaron esta semana Corea del Norte y Estados Unidos, la
pregunta sobre el posible desarrollo del conflicto en la península
coreana está más vigente que nunca.
Cuando
el presidente de EE.UU., Donald
Trump, aseguró que si Corea del Norte agravaba la amenaza
nuclear la respuesta de
Washington sería "el fuego y una furia que el mundo nunca ha
visto", Pionyang respondió que elabora un plan para
atacar con misiles la isla estadounidense de Guam, ubicada en el
oceáno Pacífico.
¿Qué
podría suceder ahora?
Acción preventiva
de EE.UU.
Antes
de ese intercambio de palabras altisonantes, el asesor en Seguridad
Nacional de EE.UU., Herbert McMaster, afirmó que
su país se prepara para llevar a cabo "una guerra preventiva"
contra Corea del Norte para destruir
parte de su infraestructura militar y
reducir su capacidad ofensiva.
A
falta de la orden de Trump, el Pentágono posee un proyecto
específico para neutralizar una veintena de plataformas de
lanzamiento de misiles, sitios de pruebas e instalaciones de
soporte técnico de ese país asiático. Esa iniciativa correría a
cargo de bombarderos
pesados B-1B Lancer,
que partirían desde la base aérea Andersen ubicada en Guam.
¿Qué
armamento emplearía EE.UU.?
Jerry
Hendrix, capitán retirado de la Armada de EE.UU., considera que
la operación militar de Washington contra Pionyang supondría un
ataque multidimensional que
tendría varias estrategias, en el que participarían aviones de caza
norteamericanos F-22, F-35 y bombarderos B-2, además de aviones de
combate F-15 o F-16 de Corea del Sur y Japón. Asimismo, ese
especialista destacó que EE.UU. podría utilizar aeronaves no
tripuladas, desplegar bombarderos B-1 y B-52 y utilizar misiles
Tomahawk.
La
Marina estadounidense tiene 10 cruceros portamisiles y
destructores en aguas japonesas armados con Tomahawk y equipados con
el sistema antimisiles Aegis, con los que interceptaría los
proyectiles norcoreanos. Washington también podría recurrir a
ataques cibernéticos para inutilizar los sistemas armamentísticos
de Corea del Norte. Sin embargo, es
posible que EE.UU. tuviera que reforzar su capacidad ofensiva con
buques y submarinos armados con misiles de crucero.
Consecuencias
desastrosas
El
analista Yun Sun asegura que nadie
duda de la capacidad técnica de EE.UU. para
llevar a cabo ese ataque preventivo, pero recuerda que "las
consecuencias políticas, militares, económicas y diplomáticas"
de ese ataque preventivo podrían ser "desastrosas".
En
concreto, ese especialista vaticina que un ataque nuclear destinado a
acabar con las armas nucleares norcoreanas podría provocar "una
represalia total de Corea del Norte contra Corea del Sur, Japón y
las tropas estadounidenses en la región".
Joseph
S. Bermudez Jr., experto en asuntos relacionados con Corea del Norte,
no descarta que el objetivo de un contrataque de
Pionyang fueran las instalaciones militares estadounidenses en
territorio japonés.
25
millones de surcoreanos, el blanco principal
Pionyang
tiene desplegada una gran cantidad de artillería convencional en las
proximidades de la zona desmilitarizada de Corea (ZDC), cerca del
área metropolitana de Seúl. Andréi Lankov, profesor de la
Universidad Kookmin de la capital surcoreana, recuerda que
en esa zona viven alrededor de 25 millones de personas, con lo
cual fallecerían
multitud de civiles.
Lankov
supone que Corea del Sur consideraría un bombardeo como un 'casus
belli' y la respuesta al ataque de su vecino desencadenaría
una verdadera
guerra que provocaría "decenas o centenares de miles de
muertos".
Algunos
analistas estiman que Corea del Norte tiene posicionados en su lado
de la ZDC al menos 8.000 cañones de artillería y
lanzadores de misiles, un arsenal suficiente para realizar
hasta 300.000 disparos contra Corea del Sur solo durante la primera
hora.
Por
este motivo Mark Hertling, general retirado de las Fuerzas Armadas de
EE.UU., destacó que si Washington desea atacar, primero necesitaría
evacuar de territorio surcoreano a decenas
de miles de civiles estadounidenses.
¿Cuánta gente
moriría si Pionyang ataca?
En
2012, el Instituto Nautilus para la Seguridad y
Sostenibilidad concluyó que
el ataque inicial de artillería de Corea del Norte contra blancos
militares concluiría con 3.000 muertos, mientras que si se centraba
en objetivos civiles se saldaría con 30.000 fallecidos.
En
el primer día de una ofensiva sorpresa norcoreana con artillería y
contra blancos militares, en las afueras de Seúl quedarían 60.000
cadáveres. Si los destinatarios de ese ataque fueran
civiles, durante
los primeros días morirían 300.000 personas.
Asimismo, hay cerca de 30.000 efectivos estadounidenses en zonas
de Corea del Sur al alcance de los misiles de Pionyang.
A
pesar de que diversos analistas consideran que las tropas de EE.UU. y
Corea del Sur tardarían al menos cuatro días en terminar con la
artillería de Pionyang, Jerry Hendrix asegura que podrían
necesitar varias semanas.
Repercusión
en las relaciones internacionales
Esa
catástrofe "podría llevar a la disolución" de la alianza
entre EE.UU. y Corea del Sur, subraya Yun Sun, mientras que Andréi
Lankov sostiene que "aunque esta nueva guerra coreana termine
rápido con una tregua, las repercusiones para Washington serían
lamentables".
Lankov
menciona que los surcoreanos "no entenderían" por qué la
amenaza a un territorio estadounidense habría provocado "un
conflicto" que destruyera Seúl y provocaría que los
estadounidenses pasaran de ser "un garante de seguridad" a
"una fuente de problemas", un cambio que "podría
influir de manera negativa en todo el sistema de alianzas militares
de EE.UU.".
Sun
no olvida que los chinos intervendrían si los norteamericanos ponen
en marcha un ataque preventivo. Según las cláusulas del tratado de
asistencia mutua que China y Corea del Norte ratificaron en
1961, Pekín
debe defender a Pionyang si sufre una agresión extranjera y
eso "podría llevar a otra guerra coreana".
El
diario estatal chino 'The Global Times' ratificó este
punto cuando publicó que Pekín "se mantendrá neutral" si
Corea del Norte lanza misiles que amenazan territorio norteamericano
y los estadounidenses responden, pero "no
permitirá" que
EE.UU. y Corea del Sur lleven a cabo un ataque e intenten derrocar el
régimen norcoreano o cambiar el esquema político en la península
coreana porque "se opone firmemente" a que cualquier país
quiera cambiar el 'statu quo' en zonas relevantes para China.
Arsenal
estimado y arsenal real
En
cualuquier caso, un ataque preventivo no
destruiría todo el arsenal de Corea del Norte,
que esconde equipamiento y armas en cuevas de montañas o bajo tierra
en diferentes partes de su territorio. Un análisis reciente
de los servicios de Inteligencia de EE.UU. calculó que Pionyang
podría poseer hasta 60 armas atómicas.
Una
iniciativa estadounidense más "proporcional" a las
provocaciones norcoreanas que supondrían otra prueba nuclear o el
lanzamiento de un misil balístico intercontinental sería un
bombardeo en los lugares de ensayo.
No obstante, esa variante también tiene su peligro, ya que nadie
garantiza que Pionyang distinga entre ataques limitados y guerra sin
cuartel y podría
responder con una represalia a gran escala,
como la mencionada anteriormente.
Más
sanciones y presiones económicas
Las
últimas sanciones contra
Corea del Norte han confirmado su estatus como el país más
aislado del mundo desde el punto de vista económico. Esas
medidas, redactadas en Washington y aprobadas de manera unánime por
los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU,
fueron calificadas por la embajadora de EE.UU. ante ese organismo,
Nikki Haley, como "las más duras que se han adoptado
últimamente" y "un paso importante",
pero "insuficiente
para resolver el problema norcoreano".
Asesinato
del líder de país
Corea
del Norte denunció en repetidas ocasiones que su vecino del sur y
EE.UU. conspiran
para matar al líder norcoreano, Kim
Jong-un, e incluso existen algunas fuentes que opinan que los
norteamericanos tuvieron ocasión de
lograrlo cuando observaron una de las últimas pruebas de misiles que
realizó Pionyang.
Robert
Jeffress, pastor de la Primera Iglesia Bautista de Dallas (Texas) y
uno de los asesores evangélicos de Donald Trump, aseguró que
el inquilino de la Casa Blanca cuenta con "la autoridad moral"
para eliminar a Kim, según su interpretación de un pasaje del Nuevo
Testamento.
Sin
embargo, las consecuencias de esa medida serían impredecibles y los
estadounidenses tendrían que pagar "un precio muy alto" si
se deciden a emprender ese camino tan arriesgado porque el asesinato
de un jefe de Estado "es
la definición de un acto de guerra", destacó en
su momento el analista Daniel R. DePetris.
Nuevas
negociaciones de alto nivel
De
momento, Pionyang no muestra entusiasmo en regresar al formato de
negociaciones a seis bandas, mientras que Washington solo lo haría
si los norcoreanos suspenden sus pruebas de misiles y admiten que el
objetivo final sería la
eliminación definitiva de su programa de armas nucleares,
una condición que los asiáticos no están dispuesto a aceptar.
Al
mismo tiempo, reconocer de manera formal a Corea del Norte como
estado nuclear violaría el régimen internacional establecido en
el Tratado de No Proliferación Nuclear de 1968.
Congelación
mutua de programas militares
China
y Rusia abogan porque Corea del Norte detenga sus pruebas nucleares y
de misiles y, por su parte, EE.UU. y Corea del Sur, cesen sus ensayos
militares en la zona.
Sin
embargo, el nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in, todavía no se
ha expresado de manera clara respecto a esa propuesta, que ya rechazó
su predecesora en el cargo, Park Geun-hye. Tampoco queda claro si
Pionyang cumpliría esas condiciones si se alcanza algún acuerdo
formal.
Entablar
negociaciones inmediatas y poner fin a las amenazas
Siegfried
S. Hecker, un estudioso de las relaciones entre EE.UU. y Corea del
Norte, llamó a
los representantes de ambos países a que se reúnan de manera
inmediata y abran canales de comunicación, para evitar cálculos
erróneos y malentendidos que provocarían que cualquier pequeño
incidente terminara fuera de control.
Por
su parte, el director del Instituto Ludwig von Mises (Alabama,
EE.UU.), Lew Rockwell, declaró a
RT que hay que "dejar
de lanzar amenazas" porque,
"si ocurriera lo peor, [Pionyang] podría arrasar Corea del Sur
y también Japón", acabar con "las tropas de ocupación
estadounidenses" desplegadas en territorio surcoreano y "hacer
daño a China y Rusia", una situación que "nadie querría
que pasara".
Finalmente,
aunque Yun Sun admite que no considera que Pionyang y Washington
lleguen a la guerra, destaca que "siempre hay peligro de
que los esfuerzos para impedir un ataque de Corea del Norte sean
malinterpretados y provoquen
una situación que, precisamente, pretenden prevenir".
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