martes, 8 de noviembre de 2016

El revocatorio como máscara

31 de octubre de 2016
Crédito: Aporrea.org
José Vicente Rangel

1 Tenía que pasar. No podía ser de otra manera. Porque lo que ha sucedido con el revocatorio se veía venir. Se trata, como todos sabemos, de una institución creada por el chavismo y consagrada en la Constitución vigente. Es decir, que es parte del conjunto de normas y principios que la oposición repudió. Contra los que votó en su momento el sector que enfrentaba al gobierno bolivariano (el mismo del 11-A, el golpe petrolero, el terrorismo), y que durante 17 años mantiene tácita o expresamente. Esa oposición terminó, con el correr del tiempo, adhiriendo a la Constitución que había repudiado y descubrió que el revocatorio podía servirle para fines distintos a los que movió al constituyente de 1999 a darle rango constitucional.

2 En los planes de la oposición para sacar a Nicolás Maduro de la presidencia figuraron varias fórmulas: renuncia, abandono del cargo, nacionalidad colombiana, enmienda, reforma constitucional, revocatorio. Decidir se convirtió en pesadilla, y es lo que explica la tardanza en que incurrió la cúpula de la MUD con las consecuencias que el país conoce. Que obligan a pensar que la demora era parte de la estrategia para que el revocatorio no se llevase a cabo, a lo cual se sumó el desastre (¿deliberado?) de la recolección de firmas de 1% donde se cometieron infinidad de errores y delitos.

3 ¿En verdad había un plan, elaborado al detalle, para que el revocatorio no se realizara? Lo confirman tantos errores cometidos en cadena por la dirección de la oposición. Porque resulta inexplicable que gente con muchas horas de vuelo en política -y buen asesoramiento jurídico y electoral-, haya incurrido en tantos desaguisados. Lo contrario, es decir, que esa gente trabajaba de buena fe por el revocatorio, es aceptar que el liderazgo opositor está conformado por un atajo de ineptos. Lo cual, sinceramente, no creo. Pero la confirmación de que el revocatorio no fue asumido por la MUD como una práctica democrática, como una conquista para fortalecer las instituciones y el protagonismo del pueblo, como lo consagra la Constitución nacional, sino como un recurso para promover la desestabilización, ocurrió el pasado domingo 23 en la Asamblea Nacional dominada por la oposición. ¿Se puede hablar de debate democrático en un escenario donde lo que se dio fue un aquelarre siniestro? Ese día, para vergüenza de la institución parlamentaria, los demonios del odio se quitaron la máscara y dieron rienda suelta a su verdadera intención. En la sesión se arremetió, en nombre de la democracia, contra los valores cívicos y republicanos. En nombre de la Constitución se recurrió al lenguaje y a la concepción golpista más recalcitrantes. Se arremetió en nombre de un poder alzado contra la legalidad contra los otros poderes del Estado, contra instituciones y personalidades. Se aprobó el enjuiciamiento del Jefe del Estado. Se amenazó con llevar ante la Corte Penal Internacional, y a instancias como la ONU y OEA, a miembros del Poder Judicial, del Consejo Nacional Electoral, todo ello sin base legal alguna, pasando por encima del ordenamiento jurídico de la nación. Con la misma desfachatez y soberbia que empleó Carmona y su séquito de aventureros el 11-A. Que son los mismos que ahora repiten la infame experiencia.

4 Lo sucedido desnuda la actual realidad y coloca las cosas en su sitio. Los que dirigen a la oposición carecen de escrúpulos. Se aprovechan de la democracia y el Estado de Derecho para disparar a mansalva en su contra. En su atrevimiento llegan al extremo de intrigar para que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se pronuncie y derroque al presidente constitucional Nicolás Maduro. Lo que confirma que detrás de las maniobras con el revocatorio está el golpe de Estado. Solo que en Venezuela las cosas difieren de las que se dieron en otros países de la región. Porque para que haya insurrección popular tiene que haber pueblo en las calles y apoyo en los cuarteles, y estos dos factores están al lado del chavismo y del Gobierno para defender el orden constitucional y la democracia. ¿Saben lo que exponen quienes llaman a consumar la aventura?

LABERINTO

La cúpula de la oposición fracasó en el intento por imponer un revocatorio fraudulento, y ahora recurre al anuncio -para sacar a Maduro- de un juicio político que no tiene pies ni cabeza. Lo planteado por sus voceros en la Asamblea Nacional el domingo 23 es pura basura. No tiene basamento político y menos jurídico. Me imagino la reacción de asombro que manifestarían los magistrados de la Corte Penal Internacional cuando miembros de la oposición planteen enjuiciar a integrantes del Consejo Nacional Electoral y a miembros del Poder Judicial. Lo menos que pensarían es que están locos de remate…

He dicho en varias oportunidades que la dirección opositora no tiene ni calle ni cuarteles para defenestrar a Maduro. Quienes invocan el formato del 11-A no están en su sano juicio. El pueblo ha madurado. Puede votar de determinada manera, pero eso no quiere decir que esté dispuesto a apoyar la ruptura del orden constitucional. En otras palabras: hoy el chavismo tiene el poder del pueblo y el poder militar de su lado, entre otras razones porque la Fanb es algo totalmente diferente de la Fuerza Armada que apoyó el carmonazo y se fue a Plaza Altamira…

Una pregunta que he escuchado cuando se discute el tema: ¿Por qué si la situación es así los líderes de la MUD se empeñan en forzar la barra, poniendo de lado la ejecución de una política democrática que les ha dado buenos resultados, para abrazar una política aventurera que solo les ha dado derrotas? Creo, por una parte, que por desesperación y, por otra, porque tiene en su seno elementos radicales que a diario chantajean, que trabajan con la impaciencia. ¿Qué les puede reportar la política de caotizar la situación? Tan solo acrecentar el apoyo del exterior. Las exigencias de los que los financian son muy grandes. Hay fuertes inversiones en la apuesta de sacar a Maduro de la presidencia, y en la medida en que estos factores no vean los beneficios, acentuarán su reclamo. Por eso, ante los recientes fracasos internos -marchas, anuncio de guarimbas, revocatorio-, se extrema la presión internacional: aplicación de la Carta Democrática por la OEA liderizada por el truhán de Luis Almagro; maniobras en la ONU; bloqueo; embargos; ruptura de líneas de crédito que comienzan a darse…

¿Es vulnerable Venezuela ante esta línea de acción? Lo es menos que otros países de la región… pero lo es. En menor grado. Pero hay que tomar con urgencia previsiones. El frente que cobra protagonismo a partir de ahora es el externo, donde tenemos debilidades por el dominio del poder imperial, las corporaciones y el sistema financiero. ¡Ojo pelao!..
Payasada: Pocas veces se ha visto un espectáculo tan deprimente como el que protagonizó la oposición la pasada semana. Tras comprometerse con el Vaticano a participar en el diálogo y que el delegado del Papa, monseñor Emil Paul Tscherrig, anunciara el inicio de conversaciones -con presencia del secretario de la MUD, Chúo Torrealba-, tanto Ramos Allup como Capriles y Voluntad Popular dicen haberse enterado por la televisión, lo cual constituye, ante todo, un desaire a Francisco. Borges, que es dialogante, también quedó colgado de la brocha. Sin duda que con los líderes de la oposición hay que hablar ante notarios…

Competencia: Capriles y Ramos Allup se disputan marchar sobre Miraflores próximamente. Están condenados a repetir la película del 11-A. ¡Lamentable!

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