12 de octubre de 2016
Crédito: RT
John M. Ackerman
John M. Ackerman
La
aspirante demócrata a la Presidencia de EE.UU., Hillary Clinton, es
la candidata de Wall Street. Ha recaudado 500 millones de dólares en
toda su campaña. Más del doble de lo que ha recaudado su rival
republicano Donald Trump.
Mientras
que en la industria militar, la demócrata ha obtenido una
recaudación cuatro veces mayor que Trump, veinte veces más de los
bancos y del sector financiero. El trabajo de Clinton en los últimos
años ha sido dar conferencias, obteniendo una remuneración de
4.000.000 millones de pesos mexicanos (unos 211.000 dólares) por
cada charla.
Hillary
Clinton dio la espalda al pueblo latinoamericano en los golpes de
Estado que tuvieron lugar en Honduras y Paraguay. Ella es la
responsable del retorno de la derecha fascista en toda Sudamérica en
la actualidad.
Durante
sus ocho años de gobierno, el presidente estadounidense, Barack
Obama, ha deportado a casi 3 millones de personas, la mayoría de las
cuales son mexicanos. En EE.UU. no existe la democracia. Allí no
gana el que convence al pueblo con sus propuestas, sino quien tiene
más dinero y puede comprar las elecciones.
Evidentemente
Donald Trump es un racista, fascista y misógino al que nadie apoya;
jamás hay que votar por él. Pero Clinton no ofrece esperanza
alguna. Lo importante para América Latina no es quién vaya a ganar
las elecciones en noviembre en EE.UU., sino si los latinoamericanos
seremos capaces de defender nuestra soberanía, libertad y democracia
en contra de cualquiera que llegue a la Casa Blanca.
Les
presentamos una nueva edición de la sección a cargo del
investigador mexicano John Ackerman, quien proporciona una
perspectiva más crítica, que otros medios de información no les
van a ofrecer.
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