domingo, 30 de octubre de 2016

Avanza el consenso en la ONU sobre tratado vinculante para transnacionales

27 de octubre de 2016
Crédito: alai
Agencia Latinoamericana de Información
Sol Trumbo Vila


Durante esta semana tiene lugar en la sede de Naciones Unidas en Ginebra la segunda sesión del Grupo de Trabajo Intergubernamental de Composición Abierta para la elaboración de un instrumento internacional, jurídicamente vinculante, sobre empresas transnacionales (ETNs) y otras empresas de negocios con respecto a los derechos humanos.
 
Estos trabajos se iniciaron a raíz de la Resolución A/HRC/26/9 de junio de 2014, un logro histórico después de varios intentos fallidos en las últimas cuatro décadas para construir un instrumento jurídico vinculante sobre ETNs en Naciones Unidas.
 
Un aspecto particular de estas negociaciones, reconocido por los propios Estados participantes, es la fuerte presencia de la sociedad civil, tanto dentro como fuera del Palacio de las Naciones de Ginebra. Siguiendo el éxito del año pasado, la Campaña Global para Desmantelar el Poder Corporativo y Poner fin a la Impunidad (1), una coalición de 200 movimientos sociales, organizaciones de la sociedad civil, sindicatos y comunidades afectadas por las ETNs, ha organizado una semana de movilización durante esta semana con un exhaustivo programa de actividades.
 
Esta Campaña Global no sólo ha sido capaz de movilizar decenas de delgados de todo el mundo que hacen llegar las voces de millones de afectados a la sala plenaria donde se está discutiendo el contenido, alcance, naturaleza y forma del futuro instrumento internacional. Por dos días, la Campaña Global ha tenido su propio espacio de trabajo divulgativo y de planificación estratégica en la Plaza de las Naciones, justo en frente del Palacio de las Naciones Unidas.
 
Esta forma de acción de las luchas contra la impunidad, en Ginebra recoge las experiencias de los Foros Sociales Mundiales y la ocupación de las plazas ocurridas desde el año 2011. La acción directa en el espacio público como práctica política que impide ocultar la problemática social, y la creación de espacios auto-gestionados donde desarrollar proyectos comunes independientes. Gracias a ello se han presentado y discutido trabajos sobre la privatización del agua, la industria militar y la misma democracia; examinar los efectos de la industria extractiva; y como trabajar de manera conjunta en el futuro en materia de investigación y comunicación.
 
Sin embargo, los miembros de la Campaña no se han limitado a la acción directa en el espacio público, han presentado conjuntamente 6 propuestas para ser incluidas en el tratado en discusión. Y participan de acciones de incidencia y acción ante las delegaciones oficiales junto con el conjunto de ONGs de la Alianza por el Tratado, de la cual también es parte e impulsó su fundación.
 
Las propuestas inciden desde el marco general el enfoque y alcance del Tratado, hasta mecanismos muy concretos para hacer frente a la impunidad existente. En los primeros días de trabajo, los Estados y panelistas invitados han repasado la adecuación de los instrumentos internacionales existentes. La opinión general de los Estados y actores sociales participantes es que los marcos voluntarios sin obligaciones no son suficientes para hacer frente a las violaciones derechos humanos en las que las ETNs son las principales responsables. La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) ha sido un fracaso, como se ha recordado en la sala exponiendo ejemplos paradigmáticos como el de Chevron (antes Texaco) en la Amazonía Ecuatoriana que, entre otros crímenes cometidos durante décadas, han hecho desaparecer a dos pueblos originarios. Otro trágico ejemplo es el desastre de Rana Plaza en Bangladesh, donde resultaron muertas más de mil personas que trabajaban para las mayores transnacionales del sector textil, como la española Zara.
 
Los modelos de negocio de estas ETNs con complejas cadenas de valor con múltiples subcontrataciones, constatan la necesidad de legislar las obligaciones extraterritoriales de los gobiernos en relación a las ETNs y los derechos humanos, y la responsabilidad solidaria y mancomunada de las ETNs con sus directores y cadenas de valor, dos de las propuestas concretas de la Campaña Global. Uno de los caballos de batalla de aquellos que se oponen a los instrumentos vinculantes son los Principios Guía de Ruggie, aprobados por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en 2011 y en proceso de implementación. Estos principios han sido tan cuestionados como la RSC en Ginebra, al evidenciarse la falta de acceso a la justicia de comunidades afectadas por violaciones cometidas por ETNs que no implementan voluntariamente medidas efectivas. Frente a ello, la Campaña Global propone la creación de un Tribunal Internacional sobre ETNs y derechos humanos.
 
La necesidad de tomar en consideración el rol de Instituciones Financieras Internacionales (como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial) no escapa a las propuestas y el análisis de la Campaña Global. El rol de estas instituciones en la financiación de grandes proyectos llevados a cabo en su gran mayoría por ETNs merece una consideración especial, y se propone que estén obligadas a asegurar que los proyectos financiados respeten los derechos humanos, y de no ser así, puedan ser juzgadas de acuerdo a los términos del nuevo tratado.
 
En las últimas décadas, la actuación de las ETNs ha venido de la mano de un incremento sin precedentes de la firma de Tratados de Libre Comercio y Tratados Bilaterales de Inversión. El mensaje de la Campaña Global es claro, los derechos humanos deben primar sobre los derechos comerciales, conocidos como Lex Mercatoria. Uno de los momentos que ha evidenciado la desconexión con la realidad o falta de argumentos de los opositores al nuevo tratado vino de la mano del representante de los negocios internacionales de empresas estadounidenses, afirmando que los Tratados de Libre Comercio son "una forma de protección de los derechos humanos".
 
Aunque falta varios días para finalizar la sesión, la presencia de más Estados que el año anterior augura un buen futuro a este proceso. No llama la atención la ausencia de estados relevantes como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, cuyo compromiso con opciones que no obliguen a sus transnacionales les impide participar, a pesar de que habría espacio para que se unan al proceso. La entrada de la Unión Europa, aunque presenta grandes reservas y reitera la necesidad de involucrar a los actores empresariales, es también positiva. Especialmente cuando los pueblos afectados por las ETNs, organizados para este proceso, están demostrando su capacidad de marcar la agenda del nuevo Tratado.

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