lunes, 1 de agosto de 2016

Hemos ingresado a la etapa saqueadora del capitalismo

 26 de julio de 2016
Crédito: Aporrea.org
Paul Craig Roberts

El asalto alemán contra el Fondo Monetario Internacional

Habiendo exitosamente utilizado a la Unión Europea para conquistar al pueblo griego convirtiendo al gobierno de “izquierda” de Grecia en un peón de los bancos alemanes, Alemania ahora se tropieza con el Fondo Monetario Internacional, FMI en la vía de su plan para saquear a Grecia y olvidarse de ella.

Las normas del FMI impiden a la organización hacer préstamos a países que no puedan pagar el préstamo.   El FMI ha llegado a esta conclusión sobre la base de hechos y análisis en el sentido que Grecia no puede pagar el préstamo.  Por lo tanto el FMI no está dispuesto a prestar a Grecia el dinero para pagar a los bancos privados.  

El FMI sostiene que los acreedores de Grecia, muchos de los cuales no son acreedores, sino que sencillamente compraron la deuda griega a un precio de ganga con la esperanza de lucrar, deben cancelar parte de la deuda griega con el objeto de rebajarla hasta una cantidad que la economía griega pueda servir.

Los bancos no quieren que Grecia sea capaz de servir su deuda, porque los bancos pretenden utilizar la incapacidad de Grecia de servir la deuda con el objeto de saquear los haberes del país y sus recursos, liquidar el sistema de seguridad social estable durante todo el siglo XX.  El neoliberalismo pretende reestablecer el feudalismo, es decir, unos pocos barones y muchos siervos: el uno por ciento y el 99 por ciento.

Según cómo lo ve Alemania, supuestamente el FMI prestará a Grecia el dinero con que esta pagará a los bancos privados alemanes.  Luego, al FMI habrá que pagarle obligando a Grecia a reducir o abolir las pensiones de vejez, reducir los servicios públicos y el empleo y utilizar los recursos ahorrados para pagar al Fondo.  

Como estas cantidades serán insuficientes, medidas de austeridad adicionales serán impuestas que requerirán que Grecia venda sus bienes nacionales tales como las compañías de agua potable y los puertos y las protegidas islas griegas a inversionistas extranjeros principalmente a  los mismos bancos o a sus clientes principales.

Hasta ahora, los denominados “acreedores” solo han prometido alguna forma de alivio de la deuda, cosa que no está decidida, a comenzar dentro de dos años.  Para entonces, la parte más joven de la población griega habrá emigrado siendo reemplazada por inmigrantes que huyen de las guerras africanas y del Medio Oriente patrocinadas por Washington, quienes habrán rebasado el desfinanciado sistema griego de seguridad social.

En otras palabras, Grecia está siendo destruida por la Unión Europea en la cual confió y a la cual tan tontamente ingresó.  Lo mismo le está sucediendo a Portugal y también está en desarrollo en España e Italia.  El saqueo ya ha devorado a Irlanda y a Latvia (también a un cierto número de países latinoamericanos) y está avanzando en Ucrania.

Los actuales titulares de prensa que informan que un acuerdo está siendo alcanzado entre el FMI y Alemania en torno a una reducción de la deuda de Grecia a un nivel que esta pueda servir, son falsos.  Ningún “acreedor” ha acordado aún cancelar un uno por ciento de la deuda.  Todo lo que le han dado al FMI los denominados “acreedores” son “promesas” no específicas por una cantidad no especificada de la deuda suscrita en dos años a partir de ahora.  

Los titulares de los periódicos no son otra cosa que relleno que brinda cobertura para que el FMI sucumba a la presión y viole sus propias normas.  La cobertura permite al FMI decir que a un futuro no especificado la deuda rebajada permitirá que Grecia sirva el remanente de su deuda y por ende el FMI podría prestar a Grecia el dinero para pagar a los bancos privados.

En otras palabras, el FMI es ahora otra institución occidental ilegal cuya carta constituyente  no significa más que la constitución de Estados Unidos o la palabra del gobierno norteamericano en Washington.

Denominar el pillaje de un país y a su pueblo “rescate” resulta Orwelliano.  El lavado cerebral ha sido tan exitoso que hasta los medios de prensa y los políticos de la saqueada Grecia se refieren al imperialismo financiero diciendo que Grecia está soportando un “rescate”.

En todas partes, en el mundo Occidental, una variedad de medidas tanto corporativas como gubernamentales han dado como resultado el estancamiento del crecimiento del ingreso.  Con el objeto de seguir informando sobre las ganancias, los megabancos y las corporaciones globales se dedican al saqueo.  Los sistemas de seguridad social y  los servicios públicos –hasta el servicio TSA de seguridad aeroportuaria—están para ser privatizados y el endeudamiento tan precisamente descrito por John Perkins en su libro “Confesiones de un Asesino Económico” está siendo utilizado para preparar a países completos para ser saqueados.

Hemos ingresado a la etapa del saqueo del capitalismo.  Las consecuencias serán desoladoras.


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