domingo, 28 de agosto de 2016

La toma de Caracas vs la toma de Venezuela

26 de agosto de 2016
Crédito: alai
Agencia Latinoamericana de Información
Miguel Angel Núñez

Las exageradas e irresponsables declaraciones de Banki Moon en Argentina, de fortalecer el guion de “crisis humanitaria en Venezuela”, presagia que “la Toma de Caracas”, es el preámbulo, para que la oposición política venezolana, active nuevos hechos de terrorismo y violencia desplegándose a lo largo y ancho del país.

Como bien se recoge en el documento, “Venezuelam Freedom Two”; esta desquiciada aventura, ha de propiciar condiciones para materializar una intervención militar extranjera en nuestro país. Acá comenzamos a entender mejor, los diferentes estados de desequilibrio mental y emocional que algunos líderes y sectores de la oposición vienen fomentando.

Podemos afirmar, que “La Toma de Caracas”, será otra gruesa acción, que alimentara el dañino prontuario social de esta casta política, que nos ha conducido en sus 17 años de improvisaciones, de diversionismo ideológico y de andanzas desmedidas. A saber: desde el inicio de este nuevo siglo, terrorismo de todo tipo; en el (2002) golpe de estado y sabotaje petrolero; en los años siguientes: guerra mediática, provocaciones violentas, des-calificaciones y boicot a la gestión de gobierno, amenazas de muerte, (2008) saboteos electorales e inicio de actos para-vandalismos, denominados “guarimbas” asesinatos selectivos consumados; (2013) violencia electoral; (2014) “la salida” preámbulo de guerra civil e impunemente ejecutado por el paramilitarismo vene-colombiano; (2013) consolidación del Dollar Today (atacando la moneda) y como bisagra de la injustificada guerra económica, la cual ha tenido sus múltiples expresiones por: el contrabando de extracción, inflación inducida, acaparamiento, especulación, escases de alimentos y artículos de primera necesidad.

Además de este compendio anterior, le agregamos nuestra dependencia de lidiar con una economía rentista, la cual históricamente ha sido creada y auspiciada por la oligarquía venezolana.

Podemos afirmar, que en los 17 años, no recordamos debates, ideas, discursos críticos y propositivos para la construcción de un proyecto político de país, distinto a lo que humanamente, nuestro Gobierno Bolivariano, le ha otorgado a nuestro pueblo. Con todos los errores que se le puedan incriminar, el ignorar los aciertos; las propuestas; los avances; nuestras oportunidades y aspiraciones; que como, seres sociales y pueblo tenemos, son acciones de banalización y subestimación, destinadas irresponsablemente a desconocer a las instituciones y el poder que ello representan.

Podemos afirmar que esta falta de propuestas, la banalización y subestimación de la revolución, no debería preocuparnos. Después de todo, el proceso revolucionario sí ha sacado adelante propuestas novedosas, a nivel de trabajo, de alimentación, de educación, de salud, de cultura, de deporte, en fin, en todos los ámbitos posibles. Pero, si debe preocuparnos, porque, aunque la revolución mayormente les ha dejado sus privilegios económicos intactos, su frustración, ante el avance del proceso revolucionario, se traduce en odio, por haberles quitado el privilegio de decidir el futuro de todos, a favor de ellos; y porque, el proceso revolucionario pudiera convertirse en ejemplo para otros países sometidos.

Podemos afirmar, que en estos 17 años, otro nefasto saldo, que sin cause y corresponsabilidad social se ha consolidado; ha sido el alimentar, el carácter de odio y revanchismo entre los sectores políticos. Condiciones que se enmarcan, entre distintas patologías sociales. Por ejemplo, no podemos entender, ¿cómo? a través de las redes sociales, vimos con estupor; los distintos niveles de desprecio, asco y denigración que han sido objeto, nuestros medallistas olímpicos. Quienes, independientemente de sus condiciones y apoyos de entrenamientos, con mucha humildad, perseverancia y valentía, modestamente cumplieron, dándonos muchas dosis de buenas emociones y alegrías para todo nuestro país.

Podemos afirmar, que esta permanente condición de odio y revanchismo social exacerbado, se encubre en lo que el psicólogo Roger Walsh (1984) ha denominado la “impotencia interiorizada”. Afirma que toda patología cae dentro de los tres “venenos” siguientes: aversión, adicción o engaño (ilusión engañosa).

Desde esta premisa; Boff, Hathaway y Capra (2014); interpretan que la aversión, puede manifestarse en una serie de modos: el rechazo compulsivo, la ira, el miedo, el ponerse a la defensiva o a la agresión. La aversión en forma de miedo se pone especialmente de manifiesto en dos formas clave de impotencia interiorizada: la negación y la opresión interiorizada. En nuestro caso, esta negación-engaño colectivo, elocuentemente se nos manifiesta, cuando el 57% (64 de 113) UN (2016) de los diputados líderes de la oposición, se han negado en firmar, a favor de la solicitud del referéndum revocatorio que ellos mismos están convocando.

La adición que tiene que ver con la codicia, apego y demás modelos ego-ideológicos, en este análisis, está relacionada con la aversión en la medida, en que es, una manera más de escapar de nuestros miedos, también puede verse en ella un intento, de llenar un vacío de una vida vivida con el engaño de algo, de cualquier cosa que alivie el dolor de la desesperanza. Al mismo tiempo, la adicción se combina con la aversión para ensombrecer aún más, nuestras percepciones y sumirnos más en la ilusión engañosa. Condición que son aprovechadas por los medios de comunicación para arreciar la guerra mediática y afianzar la confusión e incertidumbre en la población. (Ver análisis de la Misión Verdad, sobre la gramática escuálida que resulta del desorden expresado en los niveles de toxicidad, ambigüedades, fraseología peligrosamente vacías....2016).

Podemos afirmar, que ahora, en Septiembre de 2016, tenemos el llamado a “La Toma de Caracas”, una manifestación más de las patologías individuales-sociales de esa “impotencia interiorizada” que caracterizan a los sectores oligárquicos-imperiales. Estos siguen empeñados en vías violentas, porque no les importa una solución pacífica de los conflictos que deje intacta a la base social chavista. Ante su falta de propuestas alternativas sólo les importa destruir, porque creen firmemente en la necesidad de asesinar a cientos de miles de personas, de acabar con el país, de provocar una intervención extranjera para prevalecer sobre todos nosotros, para acabar con el chavismo. No podemos permitírselo. Ni mucho menos, aceptar las tantas imposiciones políticas y sociales que han venido asumiendo a nivel nacional e internacional.

Podemos concluir, que por nuestras razones soberanas; por nuestras generaciones que vienen en camino y por los tantos valores que nuestra propuesta bolivariana hoy día nos representan, no tenemos otra opción, que salir a la calle y por distintas vías, acciones y encomiendas promover la paz y la tolerancia. Saber responder con la fuerza que sea necesaria, con la confianza y seguridad, que esta despierta entre nosotros y nos motiva a defender nuestros logros, legados y razones de patria.

Vamos a “La Toma de Venezuela” con paz y amor, con ese amor grande que caracteriza al pueblo noble de Chávez.

Referencias Bibliográficas

Boff, L.; Hathaway M.; Capra F, (2014) El Tao de la Liberación. Una ecología para la Transformación. Ed. Trotta. Madrid, España.

La "Toma de Caracas" y las chapuzas del camino. El choque de discursos de la oposición alumbra la violencia para el 1 de septiembre. (2016) Misión Verdad. En línea. http://misionverdad.com/la-guerra-en-venezuela/

Rodríguez, J. (2016) 57% de los opositores no firmaron. Últimas Noticias, lunes 22 de Agosto de 2016. En línea: elpaís@grupo-un-com

Walsh, R. (1984) Staying Alive: The Psychology of Human Survival, Shambhala New Science Library, Boston. US

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