06 de diciembre de 2016
Crédito: PSUV.org
Ante
la victoria de la Revolución con el logro del acuerdo establecido en
la OPEP, la derecha apátrida ha afilado sus garras con la
intención de asfixiar la economía nacional con el fin último de
derrocar el gobierno del presidente Nicolás Maduro. En lo últimos
días, hemos visto un ataque brutal a la moneda venezolana,
auspiciado desde Colombia y sus colaboradores en Miami, a través de
operaciones sin rostros y silenciosas para dejar al país sin papel
moneda; pues no en vano se han encontrado en Cúcuta galpones llenos
de billetes venezolanos provenientes de transacciones ilícitas en la
frontera colombiana.
Acciones
aunadas al ataque a la plataforma tecnológica de la banca nacional y
el exacerbado aumento del dólar paralelo, a través de la página
terrorista Dólar Today, basados en una tasa de cambio ficticia y
especulativa que corresponde con el valor del flujo de divisas y
bienes que circulan producto de actividades criminales, con el único
objetivo de demoler la economía venezolana y en consecuencia abrir
las puertas para el derrocamiento del gobierno revolucionario.
Estamos
hablando de unos delincuentes amparados bajo un sistema de cambio no
regulado, legalizado en el norte de Santander por el mismísimo
gobierno de Colombia, bajo la resolución 8 firmada en el año 2000,
que involucra directamente al bolívar venezolano y al peso
colombiano; hechos que demuestran el desespero de la ultraderecha por
intentar escalar, a través del sabotaje, lo que no han podido por la
vía política, reflejando la verdadera intención de estos
facinerosos de inducir la inflación para que el pueblo sufra y
generar un estallido social para acabar con la revolución
bolivariana.
Esa
es la verdad oculta detrás de este juego macabro de la derecha, que
pretende liquidar al gobierno bolivariano, amén del sacrificio del
pueblo y de hacer más ricos a los ricos, que están en esta jugada
especulativa, creando un escenario cambiario en la frontera que les
permite justificar la tenencia de unas divisas que obtuvieron a
través del delito. Una especie de paraíso fiscal donde el tenedor
de capitales ilegítimos recibirá más bolívares, el cambista
tendrá un mayor volumen de operaciones y los importadores y
contrabandistas aumentarán su margen de utilidad. Un hecho que de
lógica hace inevitable la tendencia constante y acelerada para la
devaluación del bolívar.
Es
una guerra financiera que ocurre en medio del acuerdo entre países
de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y No
OPEP, donde la nación es calificada, de manera irónica y hasta
absurda, con un alto nivel de riesgo por parte del sistema
financiero internacional, aun cuando Venezuela ha pagado puntualmente
sus compromisos internacionales con una balanza de pago que ronda los
60 mil millones de dólares; sin contar que tenemos la mayor reserva
petrolera del mundo con una cifra que supera los 299 mil millones de
barriles, de acuerdo al último balance de Petróleos de Venezuela;
lo que sin duda, simboliza uno de los capítulos más detestables de
la historia financiera del mundo entero, una agresión contra todas y
todos los venezolanos que rechazamos con contundencia por tratarse de
una nueva escalada imperialista.
Son
tan claras las intenciones que la derecha, aglutinada en la MUD, ha
amenazado con no asistir a la mesa de diálogo planteada para este 6
de diciembre, negándose incluso a rechazar el ataque artero contra
la moneda, cuando ellos acordaron trabajar de forma conjunta para
combatir todo proceso de sabotaje o agresión a la economía
venezolana.
Entendemos
que tengan sus marcadas y evidentes diferencias internas, pero el
pueblo venezolano ha apostado por la Paz, el Diálogo y el
Entendimiento y por ese camino seguiremos enrumbados, por eso en
respuesta al boicot, el presidente Maduro anunció la ampliación del
cono monetario con la pronta circulación de manera progresiva, en
todo el país, de seis nuevos billetes y tres monedas, como parte de
las medidas que hará más eficiente de pago y para facilitar el
flujo del sistema monetario nacional, que se traducirá en beneficios
para la banca, el comercio y nuestro pueblo que llegó al mes de
diciembre incólume, de pie, trabajando y conquistando triunfos
como el acuerdo establecido en la OPEP.
A
quienes ven en la quiebra de la economía el salvavidas para acabar
con la Revolución, les recordamos que aquí está un Gobierno serio,
responsable trabajando junto a su pueblo para vencer y
garantizar la marcha victoriosa de la revolución. Estamos para
cumplir con nuestro pueblo que lo que quiere es vivir en Paz.
Las
y los revolucionarios queremos paz y la vamos a lograr
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