22 de diciembre de 2016
Crédito: alai
Agencia Latinoamericana de Información
German Gorraiz López
Agencia Latinoamericana de Información
German Gorraiz López
La
Agencia Internacional de la Energía (AIE), en un reciente informe
titulado “Perspectivas mundiales de inversión en energía”,
advierte que será necesario invertir 48 billones $ hasta el 2035
para cubrir las crecientes necesidades energéticas mundiales, pero
el abrupto desplome del precio del crudo hasta los 50 $,
imposibilitará a los países productores conseguir precios
competitivos que permitirían la necesaria inversión en
infraestructuras energéticas y búsqueda de nuevas explotaciones por
lo que no sería descartable un posible estrangulamiento de la
producción mundial del crudo en el horizonte del 2.025, al
concatenarse la recuperación económica de EEUU y la UE con factores
geopolíticos desestabilizadores (nueva guerra en Oriente Medio).
Así, según Rystad Energy, la industria petrolera necesita
reemplazar 34.000 millones de barriles de crudo al año pero en el
2.015 tan sólo se alcanzaron los 8.000 millones de barriles debido
al drástico descenso de las inversiones en exploración y producción
mundial (un 28% en el 2015 y se estima para el 2016 una nueva caída
del 20%).
Dependencia
mundial de los combustibles fósiles
Según
Edgar Ocampo, cada año, el mundo fagocita la mitad de las reservas
de un país petrolero importante (México) y dado que las energías
alternativas todavía necesitan enormes subsidios como para ser
viables en los países en vías de desarrollo, la práctica del
fracking ( especie de panacea universal que resolverá los problemas
energéticos de la Humanidad) es todavía incipiente y suscita
recelos medioambientales y la inercia de los activos petroleros no
permitirá que las grandes compañías abandones sus equipos e
infraestructura actuales, se deduce que la economía mundial seguirá
gravitando sobre la dependencia del petróleo en la próxima década.
El gas natural se presenta como el único sustituto ante una
presunta escasez de petróleo, pero este recurso también sigue el
mismo camino de inestabilidad, por lo que los principales países
desarrollados cuentan con reservas estratégicas de petróleo que
destinan exclusivamente para uso en situaciones críticas para
garantizar el consumo interno durante un par de meses además de
implementar medidas cosméticas de ahorro de energía. Así, el
presidente estadounidense, Barack Obama, anunció que el Gobierno
norteamericano reducirá sus emisiones de gases con efecto
invernadero un 28% para 2020 (de alcanzarse el objetivo fijado,
supondría ahorrar 250 millones de barriles de petróleo para 2020)
y en China, se habría fijado el Plan Energético Quinquenal
2015-2020 con el objetivo de reducir la dependencia del carbón y
del petróleo aunque según Greenpeace con un “insuficiente
incremento de las energías renovables del 1%", en un país
donde el carbón cubre el 70% de las necesidades energéticas y si
continúa la tendencia actual, la combustión actual de carbón se
duplicará en 15 años.
Declive
de la producción de crudo convencional (Peak Oil)
Según
la Asociación para el Estudio del Petróleo y el Gas, (ASPO), la
producción mundial de crudo convencional habría iniciado ya su
declive, fenómeno que se explica por medio de los métodos de
análisis del geólogo King Hubbert sobre la producción de petróleo
de los Estados Unidos, método conocido como la "curva de
Hubbert" . Hubbert, calculó en 1956 con extraordinaria
precisión, la fecha en que los Estados Unidos no podrían producir
más petróleo de forma convencional aunque se perforaran más
pozos. Así, la producción de petróleo de forma convencional en
EEUU alcanzó su máximo nivel en 1970 y después comenzó a
declinar, teniendo que importar en el 2005 casi el doble del total
de crudo producido en dicho país. La producción actual de petróleo
proviene en más de un 60% de campos maduros,(que tienen más de 25
años de ser explotados de manera intensiva) por lo que las nuevas
prospecciones se realizan en regiones más remotas (Ártico,
Amazonas), con mayor coste productivo ( 120 $) y menor rentabilidad,
amenazando en muchas ocasiones a reservas y parques naturales
(Ártico, Alaska, Amazonas) y siendo el desfase entre el consumo
mundial y los descubrimientos de nuevas explotaciones abismal (en
una proporción de 4 a 1). Además, según los expertos, el tiempo
necesario para poner en marcha a pleno rendimiento un yacimiento es
de alrededor de 6 años, por lo que cualquier descubrimiento no
podrá entrar en operación hasta después del 2018. Recordar que el
90% de la producción de crudo saudí procede de tan sólo cinco
campos maduros y hasta el 60% procedería del megacampo de Ghawar y
que los nuevos proyectos de infraestructura petrolera de extracción
de crudo considerados como "grandes," (aquellos de más de
500 millones de barriles).en Arabia Saudí para el 2016 son
prácticamente inexistentes, lo que aunado con el espectacular
incremento de la producción de crudo saudí ( 10, 6 millones de
barriles día) para suplir la drástica reducción de la producción
de crudo de países como Libia, Siria e Irak, acelerará la fecha de
caducidad de sus reservas ociosas.
Respecto
a EEUU, según datos publicados por la Administración de
Información de Energía (AIE), dicho país habría alcanzado un
pico en la producción de crudo equivalente a 9,1 millones de
barriles diarios provenientes de las nuevas explotaciones de
petróleo en roca porosa , pero teniendo en cuenta que el consumo
doméstico de EEUU se movería en la horquilla de los 16 a los 20
millones de barriles diarios, seguirá siendo importador neto de
crudo (el 45% de las importaciones de crudo de EEUU proceden de
Oriente Medio y Norte de África), mientras tan sólo el 8% del
total importado procede de Venezuela.
Por
su parte, la producción mexicana también llegó a su cenit en el
2004, pues el principal yacimiento de México es el Cantarell, (que
genera las dos terceras partes de la producción mexicana) tiene
fecha de caducidad con la perspectiva de convertirse en importador
neto de crudo en el horizonte del 2020, Venezuela necesita
urgentemente nuevos hallazgos petrolíferos pues caso de seguir el
ritmo actual de producción podrían agotarse sus reservas probadas
en el 2021, por lo que habría firmado un acuerdo por el que la
empresa petro-química estatal china Sinopec invertirá 14.000
millones de dólares para lograr una producción diaria de petróleo
en 200.000 barriles diarios de crudo en la Faja Petrolífera del
Orinoco, (considerado el yacimiento petrolero más abundante del
mundo) mientras Noruega aspira a explotar conjuntamente con Rusia la
plataforma continental del Mar de Barents (reservas estimadas de más
de 7.000 millones de petróleo y gas convencional) ante el
agotamiento de sus reservas del Mar del Norte, que alcanzó su cenit
en el 2009 ( 6 millones de barriles al día).
Según
la Agencia Internacional de Energía (AIE), la producción de
petróleo en Rusia alcanzó su máximo histórico (11,41 millones de
barriles diarios) en el año 1988 cuando todavía formaba parte de
la Unión Soviética, pero tras el declive provocado por la crisis
económica del 2008, la producción ha ido in crescendo hasta
alcanzar los 10,59 millones de barriles por día (bpd) en el 2013
con una fecha de caducidad de 20 años. Rusia y China sellaron un
estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de los
mayores de la historia de la industria energética por el que la
empresa rusa Rosneft, (la mayor petrolera del país), suministrará
petróleo al gigante asiático durante 25 años por valor de 270.000
millones de dólares (unos 205.000 millones de euros) lo que aunado
con el megacontrato gasístico firmado por la rusa Gazprom y la
china CNPC por el que Rusia suministrará al país asiático 38.000
millones de metros cúbicos de gas natural por un monto aproximado
de 400.000 millones $ y con una vigencia de 30 años a través del
gaseoducto Sila Sibiri (La Fuerza de Siberia), sentaría las bases
económicas de la Unión Euro-Asiática que inició su singladura el
1 de enero del 2015 como alternativa económica y militar al
proyecto de Obama de crear una Asociación Transpacífico (TPP por
sus siglas en inglés)
Además,
el acuerdo de cooperación energética del 2010 entre Irak, Irán y
Siria para la construcción del gasoducto de South Pars a Homms que
conectaría el Golfo Pérsico con el Mar Mediterráneo permitiría
la llegada del gas iraní a la Unión Europea y aliviaría la severa
rusodependencia energética europea, relativizando de paso la
importancia estratégica de Turquía dentro del Proyecto del
Gasoducto Trans-Adriático (TAP) así como el papel relevante de
Arabia Saudí y Emiratos Árabes como suministradores de crudo a
Occidente, pero tanto Irak como Siria estarían inmersos en procesos
internos destructivos fruto de la balcanización implementada por
EEUU siguiendo su doctrina del caos ordenado por lo que la
exportación de productos petrolíferos de dichos países se antoja
harto complicada.
Respecto
a Irak y según un artículo publicado por el New York Times, una
buena parte de la producción petrolera de dicho país tendría como
destino China, dado que las compañías occidentales (Exxon Mobil,
Shell, BP y otras serían reacias a invertir en dicho país, pues
las regalías, impuestos y otros cargos cobrados en Irak suelen
engullir el 90% o más de las ganancias de una empresa petrolera,
mientras que las inversiones en EEUU consiguen una ganancia del 50%
aunado con el hecho de que EEUU importa tan sólo el 3% de sus
necesidades petrolíferas de Iraq. Así, el Gobierno de Al Maliki
firmó en 2008 un acuerdo con China cifrado en 3.000 millones de
dólares, mediante el cual la firma estatal China National Petroleum
Corp. (CNPC) obtuvo los derechos de explotación durante 23 años
del campo petrolífero de Al Ahdab (el mayor yacimiento abierto en
Irak durante las dos últimas décadas con una producción estimada
de 25.000 barriles diarios) recibiendo de parte china la condonación
del 80 por ciento de la deuda heredada de la época de Sadam
Hussein, estimada en unos 8.500 millones de dólares. En cuanto a
Irán, posee, según los expertos, las terceras mayores reservas
probadas del mundo de petróleo y gas tras Arabia Saudí e Irak,
pero carece de la tecnología suficiente como para extraer el gas en
los yacimientos más profundos por lo que precisa de una inversión
de unos 155.000 millones de dólares para el desarrollo de la
industria petrolera y gasista.
El
Niño y la nueva crisis alimentaria mundial
Según
cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), el fenómeno meteorológico
conocido como “El Niño”, tendría ya efectos devastadores en la
seguridad alimentaria, medios de vida, nutrición y salud de cerca
de 60 millones de personas en todo el mundo, por lo que sería
necesaria una ayuda urgente de más de 2.500 millones $ para labores
de emergencia y recuperación de infraestructuras., de lo que serían
paradigma la brutal seguía padecida por Centroamérica, Colombia,
Venezuela ,California Vietnam, Etiopía, Timor Oriental y ÁfEl Niño y la nueva crisis alimentaria mundial
rica
Austral, inusuales inundaciones en Somalia, Tanzania, Estados
sureños de EEUU, Argentina, Paraguay y Uruguay y devastadores
incendios en California, Australia, Venezuela e Indonesia.
Por
su parte, el economista de la FAO Abdolreza Abbassian, en
declaraciones a The Associated Press, ha señalado que para
alimentar la población mundial, (que llegará a 9.000 millones de
personas en el 2050), se necesitará un incremento de 70% de la
producción global de alimentos en los próximos 40 años, tarea que
se antoja titánica pues mientras la población mundial crece un
1,55% anual, los rendimientos del trigo (la mayor fuente de proteína
en países pobres), habrían sufrido un descenso del 1%. Mención
especial merece Egipto, país en el que un tercio de sus 80 millones
de habitantes vivirían en el umbral de la pobreza y que se ve
obligado a destinar ocho millones de toneladas de trigo anuales ( de
los que 6 millones serían importadas), para producir el pan
subsidiado, imprescindible para evitar las revueltas sociales del
2007 y lastrado por un desarrollo económico suicida, caracterizado
por el crecimiento desmesurado de macrourbes y megacomplejos
turísticos y la consiguiente reducción de la superficie destinada
al cultivo agrícola,por lo que es urgente que revise sus políticas
agrícolas y retorne a la arcana costumbre de disponer de reservas
propias de granos para situaciones de emergencia. Si a ello le
sumamos la intervención de los brokers especulativos en el mercado
de futuros de las commodities agrícolas, el resultado sería una
espiral de aumentos de precios en las materias primas imposibles de
asumir por las economías del Primer Mundo y el finiquito de los
Objetivos del Tercer Milenio de reducir el hambre en el mundo, pues
según la FAO, desde el 2005 el índice de precios de cereales
habría aumentado al doble y el número de desnutridos crónicos en
el mundo rozaría en la actualidad los 925 millones de personas.
Por
otra parte, la previsible escasez de petróleo en el 2025 debido a
la falta de inversiones de los países productores en nuevas
prospecciones originará presumiblemente una psicosis de
desabastecimiento y el incremento espectacular del precio del crudo
hasta niveles del 2008 (rondando los 150 $) que tendrá su reflejo
en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los
fertilizantes agrícolas. Ello, aunado con inusuales sequías e
inundaciones en los tradicionales graneros mundiales y la
consecuente aplicación de restricciones a la exportación de
commodities agrícolas de dichos países para asegurar su
autoabastecimiento, terminará por producir el desabastecimiento de
los mercados mundiales, el incremento de los precios hasta niveles
estratosféricos y la consecuente crisis alimentaria mundial. La
hambruna afectará especialmente a las Antillas, México, América
Central, Colombia, Venezuela, Bolivia, Egipto, Cuerno de África,
Mongolia, Corea del Norte, India, China, Bangladesh y Sudeste
Asiático, ensañándose con especial virulencia con el África
Subsahariana y pudiendo pasar la población atrapada en la inanición
de los 800 millones actuales a los 1.500 millones en el horizonte
del 2.030.
Germán
Gorraiz López
Analista
internacional
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