07 de junio de 2017
Crédito: Sputniknews
El
conflicto diplomático entre Catar y ciertos países árabes acerca
del supuesto apoyo de Doha a los grupos terroristas ha dejado pasar
desapercibido el hecho de que casi todos los territorios involucrados
en esta pelea diplomática hayan apoyado a los extremistas, opina el
periodista italiano Giulietto Chiesa en un artículo para Sputnik.
La
ruptura de las relaciones diplomáticas de Arabia Saudí, Emiratos
Árabes Unidos, Egipto, Bahréin y Libia con Catar ilustra el cambio
drástico en la situación en Oriente Próximo. Giulietto Chiesa no
excluye la posibilidad de una acción militar e indica que los
escuadrones aéreos cataríes ya patrullan el espacio aéreo del país
de manera constante.
Mientras
tanto, los vecinos de Catar están tomando medidas radicales, entre
ellas el cierre de fronteras, tráfico aéreo y marítimo, además de
entidades bancarias.
Está
previsto que a corto plazo los diplomáticos regresen a sus países
de origen, según informa Al Jazeera, la 'voz' de Catar, que está
prohibida ya en muchos países de la región.
A
juicio de Chiesa, es difícil entender cómo se ha alcanzado una
situación tan adversa. A primera vista, la pelea diplomática tomó
vuelo tras las declaraciones del ministro catarí, el jeque Mohamed
bin Abdulrahman Thani. Thani se había referido a las campañas
mediáticas de Arabia Saudí, que a su entender difamaban a su país.
Riad encontró ofensivos dichos comentarios.
Asimismo,
la agencia catarí QNA publicó un artículo en el que informó que
el emirato ordenó la retirada de sus embajadores de Bahréin,
Egipto, Kuwait, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos a causa de
las tensiones con la Administración del presidente de EEUU, Donald
Trump.
El
artículo también citó al emir catarí, Tamim bin Hamad Thani,
quien supuestamente calificó a Irán de "potencia islámica",
además de considerar a Hamás el "representante legítimo del
pueblo palestino".
El
Ministerio de Exteriores de Catar informó después que la agencia
QNA había sido hackeada, de manera que las declaraciones del emir
habían sido falsificadas. Sin embargo, cuatro países suníes
decidieron utilizar esta situación como pretexto para romper sus
lazos diplomáticos con Doha.
Desde
el punto de vista de Chiesa, existen razones más serias tras esta
decisión.
Después
de la visita de Donald Trump a Riad y su bendición para crear la
nueva coalición suní contra Irán —que es mayormente chií—,
Riad decidió que tiene derecho a dictar las reglas en el golfo
Pérsico, señala el periodista italiano. Y su primera víctima
fue Catar, el 'malhechor' principal de la región.
El
columnista destaca que las acusaciones de apoyar el terrorismo
parecen cómicas, dado que provienen de Arabia Saudí, "el
patrocinador más importante de Daesh" —autodenominado
Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países—.
Chiesa
asegura que Catar, gracias al crecimiento económico que ha vivido a
lo largo de los últimos años, se ha convertido en patrocinador de
la "organización terrorista salafista", que difiere
ideológicamente del wahabismo, apoyado por Arabia Saudí. Los
Hermanos Musulmanes, ciertas unidades del Frente al Nusra, Al Qaeda y
Hamás se han vuelto partes de esta organización salafista, afirma.
Según
el periodista, esto explicaría por qué El Cairo, liderado por
Abdelfatah al Sisi, que lucha contra los Hermanos Musulmanes en su
país, se alineó con Riad.
Bahréin
tampoco se quedó de brazos cruzados y acusó a Doha de ayudar a los
'terroristas' en Yemen.
Chiesa
insiste en que hay en juego intereses muy importantes, y estos van
más allá de la discusión acerca de "quién es el mayor
terrorista" y de las disputas entre suníes y chiíes.
"De
hecho, todo gira en torno al gas. El gas es la fuente principal de
ingresos de Catar. Recientemente ha sido hallado un yacimiento enorme
de metano en mitad del golfo Pérsico. Este yacimiento se ubica
parcialmente en las aguas territoriales de Irán y garantiza décadas
de prosperidad a Doha", aseguró Chiesa.
El
columnista señaló que una de las posibles razones por las que Trump
recibió cordialmente la idea de la 'OTAN árabe' era su deseo de
controlar este yacimiento de gas.
Chiesa
puso de relieve que una de las causas de la guerra en Siria ha sido
la decisión del presidente sirio, Bashar Asad, de prohibir la
construcción de un gasoducto.
Después
de la derrota de Daesh en Siria, Riad está considerando otra opción:
levantar un gasoducto a través del territorio de Jordania e Israel.
Doha, por su parte, está barajando la posibilidad de construir uno a
través del territorio de Irán y Turquía, enemigos acérrimos de
Arabia Saudí e Israel.
"Y
puede que Washington ya haya decidido apretar el gatillo y deshacerse
del emir Tamim", concluyó Chiesa.
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