21 de junio de 2017
Crédito: Aporrea.org
Alonso Márquez
Alonso Márquez
Que
vaina tan bella, a ese hijo de ” su mama” se le olvidó decir que
está con la Inquisición. Y que aplaude la muerte en la hoguera de
Giordano Bruno y la humillación a Galileo. ¿Qué opinión le
merecerá San Roberto Belarmino? o el apoyo de la iglesia a Hitler y
a Mussolini, a Pinochet, Videla, etc.
Impresionante
mensaje de Monseñor Baltazar Porras dirigido a los jóvenes
manifestantes, una extraordinaria reflexión cargada de fe,
patriotismo, pasión y poesía. 11 de abril de 2017. ” Yo estoy con
los muchachos, miro cantidades de fotos, ellos, los muchachos, su
furia, su ira, su inconformidad, su rabia, ¿y por qué no?, su
poquito de odio, su gramo de violencia. No son santos, ni rezanderos,
ni civilistas, ni poetas. Son eso, muchachos. No están hechos de
razones, sino de corazones, sus ojos encendidos de tanto humo verde,
la piedra en la mano, la china estirada y calculada, la botella de
cerveza hecha de trapo y gasolina, de trapo y querosene, botellita
ingenua que escupe fuego contra balas.
Igual,
estoy con los muchachos. Con esa carajita que no pasa los 20 y le
hace una gran puñeta a la tanqueta, con esa que abraza al Guardia
tratando de ablandarlo para que no le dispare, con ese que le pinta
una paloma con brazo tatuado de guerrero, como si la grosería
derrumbara la escopeta, con la que saca el violín y toca el himno
nacional, como si la Guardia la fuera a entender.
Yo
estoy con los muchachos, equivocados o no, con su megáfono y su
resistencia, su guarimba y su desobediencia, con los que se escapan
de las madres, que ya no pueden atarlos a las casas, los muchachos
que hicieron de la calle su campo de defensa. Con los muchachos que
se empecinan en despertar un país dormido que solo se lamenta, un
país verbo, país paz de la fea, de la sumisa, de la conferencia.
Yo
estoy con los muchachos, olvidé para qué sirve el verbo, les llevo
agua, trapos y vinagre. Los muchachos que me recuerdan que aún no
estoy muerto, que este país es mío, que este país nos merece.
Estoy con los muchachos, equivocados o no. Estoy con los muchachos
que lloran en la noche calladitos, que se soban los moretones y
entierran a sus muertos.
Estoy
con los muchachos, inocentes, ingenuos, luchadores, soñadores,
quizás porque tuve 20, quizás por vergüenza de dejarlos solos, no
sé, por irresponsable, por mi pequeña cuota de odio, porque creo en
las conquistas, no en las regalías, porque soy como ellos, un poco
tonto, otro bravío, o simplemente porque no me da la gana de dejarle
mi país a las hienas. Estoy con los muchachos, con sus rostros
cenizas, sus manos heridas, sus rodillas peladas, con su afonía, con
su cansancio, con su duelo, con su llanto, con su frustración, con
su impotencia, con cada piedra, en cada noche, en cada día de esta
gran revuelta”. Monseñor Baltazar Porras sacerdote venezolano.
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