24 de junio de 2016
Crédito: Cronicron
Fernando Arellano Ortiz
Fernando Arellano Ortiz
El
gobierno de Mauricio Macri anuncia la puesta en marcha del denominado
"Plan Belgrano" que, en palabras del politólogo y analista
internacional Atilio Boron, no es más que "una operación del
imperio estadounidense para impedir el desarrollo sustentable,
complementar la militarización de la región y garantizar el saqueo
de los recursos naturales de Argentina" y el sur del continente.
Además,
afirmó Boron, este proyecto servirá para consolidar la neoliberal
Alianza del Pacifico y los intereses geopolíticos norteamericanos.
El
"Plan Belgrano" fue anunciado por Macri durante la campaña
electoral como un "programa de desarrollo social, productivo y
de infraestructura orientado al crecimiento y la igualdad de
condiciones y oportunidades para diez provincias del norte
argentino".
Sin
embargo detrás de este plan de injerencia estadounidense está el
propósito de impedir el desarrollo real de Argentina y garantizar
los intereses corporativos de Estados Unidos.
Es
evidente, dicen los analistas internacionales, que en este proyecto
están directamente involucrados sectores vinculados a los intereses
de las transnacionales norteamericanas.
Diversos
medios periodísticos de Buenos Aires han dado a conocer que tras un
"relanzamiento de las relaciones militares" entre Estados
Unidos y Argentina, ahora bajo el control del gobierno derechista de
clara matriz neoliberal de Macri, el Pentágono prepara la
instalación de dos bases militares en territorio argentino: al norte
del país, en la Triple Frontera, que comparte con Brasil y Paraguay,
y otra al sur, en la ciudad de Ushuaia, capital de la provincia de
Tierra del Fuego.
Por
ello una delegación del Ministerio de Defensa argentino viajó a
mediados del pasado mes de mayo a Washington para reunirse con
funcionarios del Pentágono a fin de dar forma a los puntos en
materia de cooperación militar acordados por Macri y Barack Obama
durante su reciente visita oficial a Buenos Aires.
El
gobierno de Macri se ha manifestado satisfecho con este reimpulso de
relaciones entre la Casa Rosada y el Pentágono pues según ha
señalado permitirá el "reequipamiento y promoción de
intereses compartidos en el campo de la defensa, y una apertura a
grandes posibilidades de trabajo conjunto".
De
este modo, se contempla la instalación de una base militar logística
en Ushuaia para la operación de buques y aviones destinados a
"estudios científicos" en el denominado Polo Logístico
Antártico.
Lo
cierto es que según analistas desde esa zona cercana a la Antártida,
pueden controlarse geoestratégicamente las rutas de interconexión
intercontinental entre África y América y los Océanos Pacífico,
Atlántico e Índico. Por tanto, el interés no es científico (esa
es la coartada) sino militar, con el aditamento de que esta área
geográfica también representa parte de la más grande reserva de
agua congelada del planeta.
En
definitiva, mediante el Plan Belgrano, Washington además de
compartir información meteorológica y satelital con el Ministerio
de Defensa de Argentina, contará con una infraestructura que tiene
características de un centro de movilidad estratégica para una
eventual movilización de tropas tanto aérea como marítima.
Atilio
Boron vinculó este proyecto con los intereses hegemónicos de
Estados Unidos en Suramérica.
"El
Plan Belgrano forma parte de una iniciativa de Estados Unidos para
apropiarse de una manera definitiva de los recursos naturales de
Suramérica y, especialmente, de esta parte del continente. El
noroeste es una región muy rica en litio, que para los americanos es
considerado uno de los recursos estratégicos del siglo XXI",
explicó el politólogo argentino.
"Si
el Plan Belgrano se materializa va a haber una fuerte presencia
militar y de agencias norteamericanas en la región y, probablemente,
se avance en la instalación de una base militar en la Triple
Frontera", agregó.
Frente
a esta nueva amenaza estadounidense, sectores políticos y sociales
en Argentina llamaron a formar un frente popular para resistir el
avance de este plan injerencista.
CERCO
MILITAR EN EL SUR DEL HEMISFERIO
Con
estas dos bases que instalará el Pentágono en Argentina, Estados
Unidos aumenta su presencia en Suramérica, donde ya cuenta con otras
tantas en Colombia, Perú y Paraguay, lo que obviamente reforzará su
hegemonía militar en el continente al sumar las instalaciones con
las que dispone en Centroamérica y el Caribe. Ya la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que está bajo el mando de
Washington tiene una base en las islas Malvinas, donde el Reino Unido
proyecta usar submarinos nucleares, lo que ha generado gran polémica.
Con
la base en la Triple Frontera, la intención es tener bajo control el
acuífero Guaraní, la reserva de agua potable más significativa de
la tierra. Activistas en contra de las bases militares
estadounidenses en Argentina han advertido que no se descarta que
insistan, con esta "nueva hermandad", en retomar el
proyecto de Chaco, con lo que serían ya tres puntos de "cooperación
militar" con posible presencia de tropas y personal
estadounidenses.
La
base militar de Ushuaia solo distará de una hora y 45 minutos de
Puerto Williams, en Chile, cruzando el Canal de Beagle a 30 millas
náuticas, es decir, unos 55 kilómetros, reseñó el portal
Rosarionet, que indicó en la misma nota que se espera un
pronunciamiento del gobierno chileno al respecto.
En
recientes declaraciones al canal Telesur, Elsa Bruzzone, del Centro
de Militantes para la Democracia Argentina (CEMIDA), alertó que "la
Antártida es la mayor reserva de agua dulce congelada en el mundo.
Justamente en ese sector es donde nos disputamos soberanía
Argentina, Chile y Gran Bretaña. En la península Antártica se
encuentran los mayores yacimientos de hidrocarburos de la región y
hay minerales altamente estratégicos que son indispensables para la
industria militar y la aeroespacial. El objetivo de Estados Unidos es
obtener el control de todos nuestros recursos naturales".
Al
fin y al cabo en menos de un siglo el agua dulce será un recurso que
se tornará cada vez más escaso a consecuencia de la contaminación
industrial y la crisis climática, razón por la cual el gobierno de
Estados Unidos se prepara desde ya para tener una muy buena provisión
del preciado líquido y por eso tiene puestos sus ojos en
Latinoamérica.
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