11 de julio de 2016
Crédito: Aporrea.org
Toby Valderrama
Antonio Aponte
Toby Valderrama
Antonio Aponte
Asombra
el cambio de los dirigentes chavistas en estos últimos tres años,
son poquísimos lo que aguantan un careo entre sus declaraciones de
ahora y las que hacían cuando el Comandante los controlaba. No
traeremos ejemplos para no contaminar este texto con lo personal,
pero allí están los videos y los escritos, quien tenga un poquito
de memoria puede certificar lo que decimos. Este cambalache de los
herederos engrandece a Chávez en su dimensión de líder: iba
guiando a este rebaño de flojitos por el buen camino; que estos
dirigentes no aprendieron del guía es otra cosa.
Cuesta
convencerse pero es así, en cosa de horas éstos brincaron de ser
socialistas firmes a capitalistas desbocados. Entregaron los dólares,
el Arco Minero, ni la Faja se salvó de la rebatiña capitalista; y a
la burguesía le entregaron la dirección económica del gobierno.
Desde que llegaron al poder no han dado un solo paso hacia el
Socialismo, no han construido nada socialista, al contrario, han
revertido lo avanzado por Chávez: entregaron las empresas
nacionalizadas, los muelles de PDVSA, propinaron golpes nobles a la
conciencia del deber social. Es suficiente ver los programas de
televisión emblemáticos del Chavismo, antes combativos, llenos de
sintonía, ahora tristes figuras defendiendo sombras.
La
situación hoy daría para escribir un gran drama de teatro:
traicionaron su querencia natural, el Socialismo, el legado de
Chávez, y se lanzaron en los brazos del proxeneta. Ahora los nuevos
dueños exigen entrega total, y ya no pueden hacer otra cosa que
arrodillarse, la frente en alto les está negada, no tienen fuerza en
las masas engañadas y escépticas. No pueden tomar medidas sin la
anuencia del capitalismo que invade al gobierno como un cáncer
terminal; quién puede imaginar a pérez abad tomando una medida que
no sea capitalista; cuando intentan una acción, cualquiera (los
clap, por ejemplo), inmediatamente aparece el cepo capitalista y la
contamina.
Ahora
le exigen engranar lo político con lo económico, reconstruir el
escenario donde las fracciones burguesas puedan convivir en el teatro
de la política. Es aquí cuando la amenaza de invasión, que ha
servido para ablandar lo duro que podía quedar, cede el protagonismo
al diálogo.
Raro
diálogo, sospechoso, todos lo apoyan, desde obama, el que iba a
invadir, hasta zapatero, el vaticano, los obispos más reaccionarios,
todos piden diálogo, todos aplauden. En la telenovela el capítulo
de hoy es el diálogo… si habrá o no, si chúo aceptará, si allup
asistirá, hasta cuándo los herederos-discípulos aguantarán?
¿Qué
se discutirá en el diálogo? De Socialismo no será, se trata de
estabilizar al capitalismo, purgarlo de la mala maña socialista. Lo
fundamental ya está hecho: reafirmar la conciencia capitalista en la
masa. El gobierno luchará por ser el nuevo administrador de la
sociedad burguesa, pero ya no tiene nada que ofrecer, con esas
encuestas sólo le queda intentar salir con honra, le buscarán la
vuelta al referéndum, algún leguleyismo encontrarán. El gobierno
tiene que poner cara de portón para recoger tantas pendejadas que ha
hablado, por ejemplo, liberar al "monstruo", explicar en
qué queda la "guerra económica".
El
diálogo es un paso para el pacto de la democracia burguesa, que
garantizaría la sobrevivencia de los neoadecos del gobierno: "hagan
como Ortega en Nicaragua", gritan los mediadores. Es posible que
el diálogo no prospere, y la oposición, percibiendo la debilidad
del gobierno, no quiera retratarse en "selfie". Puede ser
que los intentos de estabilizar al capitalismo dentro de la
democracia burguesa fracasen, entonces tiene la palabra el sable,
esta opción no le es extraña. Pase lo que pase, la estabilización
del capitalismo tendrá una fortísima represión, la puede hacer la
falsa democracia o una dictadura abierta, pero es necesaria una
terapia de choque para controlar a la masa que despertó el 4 de
febrero.
El
dilema es claro: la generación de los herederos pasará a la
historia como una generación fallida, fláccida, que sólo supo
saltar la talanquera y abrazarse con los invasores, o de ella saldrán
más que herederos, discípulos capaces de enfrentar invasiones,
diálogos y salvar el legado del Padre.
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