10 de julio de 2016
Crédito: Aporrea.org
El Salmón Contracorriente
Genoveva López
El Salmón Contracorriente
Genoveva López
La
economía especulativa ha alcanzado dimensiones inimaginables. La
grandísima complejidad que el sistema financiero ha adquirido en los
últimos años, junto con la amplia desregulación que se le ha
aplicado especialmente desde la década de 1980, hace difícil su
control y la previsión de consecuencias ante determinadas
decisiones.
Tras
la crisis del 2008 medios, analistas y economistas comenzaron a
realizar la distinción entre economía especulativa y real,
distinción que muchas no entendíamos. A pesar de que la última
crisis capitalista se ha desarrollado en la espera financiera,
millones de personas en todo el mundo se han quedado sin trabajo.
¿Por qué?
Economía
real y Economía financiera
La
economía real y financiera son interdependientes. Por economía
real se
entiende la economía productiva, la que genera empleo, la que está
basada en la agricultura y la industria y que se basa en un tejido
productivo sólido. La economía
financiera es
la que se desarrollo en los mercados financieros, los mercados de
valores y las grandes inversiones. En la economía financiera el
dinero se mueve muy rápido, es altamente especulativa y está poco
regulada.
La
crisis de 2008 tuvo su origen en la esfera financiera. Con la caída
de uno de los gigantes de la banca de inversión, Lehman Brothers,
los mercados e inversores entraron en pánico, lo que provocó una
crisis de liquidez. El flujo de efectivo (el dinero circulante) se
redujo, por lo que las personas de a pie consiguieron menos créditos
para sus pequeñas empresas y tuvieron que cerrar. Se quedaron sin
empleo y dejaron de pagar su hipoteca. Fueron desahuciadas y las
bolsas de pobreza aumentaron drásticamente. Las diferencias de renta
se hicieron abismales. De una manera muy simplificada, esta fue una
de las situaciones tipo que ocurrieron hace 8 años y que siguen
ocurriendo a fecha de hoy.
En
el sistema económico en el que vivimos hoy en día, existen a
grandes rasgos, dos tipos de banca: la
banca comercial o de depósitos [1], la
cual cuando trata con personas se llama banca
minorista (préstamos
para casas o automóviles, por ejemplo) y cuando trata con empresas
se llama banca
corporativa (ofrecen
servicios específicos para que las empresas puedan desarrollar su
actividad) y la banca
de inversión,
cuya principal función es ayudar a las empresas a conseguir
inversores. Generalmente, aunque no siempre, la banca corporativa y
de inversión suelen ser ramas de un mismo banco. Por ejemplo,
Barclays tiene bajo el nombre de Barclays
Bank SAU los servicios de banca minorista, gestión de
patrimonios y banca corporativa. Barclays Bank PLC lleva la banca de
inversión. Otros bancos como Goldman Sachs operan solo como banca de
inversión.
La
complejidad del sistema financiero
Los
bancos de inversión son gigantes financieros que actúan lejos de la
economía real. No gestionan clientes minoristas, sino grandes
inversores o inversores institucionales, los denominados fondos
de inversión.
Los
fondos más importantes que existen son: los de pensiones (invierten
los ahorros de jubilación de las personas), los
fondos soberanos (manejan
los activos públicos de los países, como en Noruega, por ejemplo),
los fondos de inversión
colectiva (gestionan
el dinero de pequeños inversores), los fondos de cobertura
o hedge funds (invierten
en activos de alto riesgo y alto rendimiento) o los fondos de capital
riesgo (similares
a los hedge funds pero especializados en comprar empresas,
reestructurarlas y venderlas a un precio superior). Los fondos
titulizados son
los que se encargan de invertir en los productos de deuda titulizada.
Los bancos de inversión además de gestionar estos fondos para sus
clientes, realizan operaciones
de autocartera,
es decir compran y venden acciones con su propio dinero en estos
fondos.
La
imaginación de la banca
Desde
los 80 y especialmente desde los 90, los bancos de inversión se han
dedicado a la creación de nuevos productos financieros, por ejemplo,
los productos
de deuda titulizada:
productos financieros basados en deuda que serán cobrados en el
futuro. Dentro de los productos de deuda titulizada está el bono
de titulación de activos (ABS
en inglés), que agrupa muchos préstamos y lo transforma en un bono
compuesto. Estos productos tienen un alto riesgo, porque es posible
que los prestatarios finales no pueden devolverlos. Debido a este
riesgo, los ABS son difíciles de vender a otros inversores. La
solución es agrupar muchos ABS, de tal manera que el producto
contenga tantos préstamos en sí mismo que se reduzca el riesgo del
impago, ya que es más difícil que miles de prestatarios no puedan
devolver sus préstamos a la vez. Al reducir el riesgo se convierten
en comercializables y vendibles en el mercado financiero. Un ejemplo
de esto son los títulos
respaldados por hipotecas (RMBS
en inglés) o en Estados Unidos, préstamos hipotecarios subprime (la
crísis de 2008 también ha sido denominada la crisis de las
subprime, ya que fueron este tipo de hipotecas las que hundieron los
mercados financieros).
A
pesar de la ya suficiente complejidad, se ha dado un paso más: los
ABS se pueden "estructurar" y convertir enobligaciones
garantizadas de deuda (CDO
en inglés), es decir, se puede elegir un tipo de ABS como por
ejemplo los RMBS y convertirlo en un CDO (no es broma). El CDO es
otro bono compuesto que se puede a dividir según tramos de riesgo,
los tramos senior son tramos seguros, es decir que serán fácilmente
cobrados y los junior los más inseguros.
Aquí
es donde aparecen las agencias
de calificación o de rating,
que son las agencias que califican la deuda como segura o insegura,
algunos ejemplos de estas agencias son Standards & Poors, Moody’s
o Fitch. Empresas de capital multimillonario que han demostrado su
sucio papel a la hora de calificar tanto deudas como a deudores.
Los
derivados financieros
Además
de los productos de la estructuración de deuda, que disemina el
riesgo y lo disimula pero no lo elimina, existen los derivados,
que se llaman así porque su valor "deriva" del valor de
otras cosas y no de su valor intrínseco. Las cosas en las que se
basan los derivados se denominan subyacentes, los cuales pueden ser
desde materias primas hasta acciones o índices bursátiles.
A partir de entonces, la imaginación fue el único límite al tipo de contratos derivados que se podían crear
Estos
derivados pueden ser vendidos en mercados organizados (es decir, la
bolsa), en cuyo caso se denominan forwards. El forward es
un contrato a largo plazo entre dos partes para comprar o vender un
activo a precio fijado y en una fecha determinada.
Otro
derivado que existe son los contratos
de futuros.
Un contrato de futuros es un contrato o acuerdo que obliga a las
partes contratantes a comprar o vender un número determinado de
bienes o valores (activo subyacente) en una fecha futura y
determinada, y con un precio establecido de antemano. Es importante
tener en cuenta que "los futuros consisten en acuerdos que
obligan a las partes contratantes a comprar o a vender un número
determinado de bienes o valores en una fecha futura determinada"
(ODG, 2012). La diferencia con los contratos de futuros es que los
forward se contratan en operaciones over
the counter es
decir fuera de mercados organizados. Los mercados no organizados son
los que se negocian directamente entre dos partes. Los mercados
organizados son las bolsas
de valores. [2]
En
la infografía, a la que pueden acceder a tráves del siguiente link
(http://www.elsalmoncontracorriente.es/IMG/jpg/all-the-worlds-money-and-markets-dv.jpg),
se pueden comparar las dimensiones alcanzadas por los derivados
financieros. Para las cifras más conservadoras hablamos que los
derivados multiplican en 126 veces el dinero en circulación. No
obstante, conviene aclarar que nadie conoce el tamaño de los
derivados financieros a fecha de hoy, ya que el mercado ha conseguido
una complejidad tal que es imposible de calcular.
La
desregulación permite la especulación en los mercados financieros
Generalmente
la justificación de los derivados es que permiten reducir riesgos,
ya que puedes comprar o vender a un precio fijo en el futuro [3], sin
embargo, los derivados también permiten especular. Esta especulación
despegó especialmente en los años 80.
En
1982 dos organismos reguladores en Estados Unidos- el SEC y el CFTC-
acordaron que los contratos de derivados no implicarían la entrega
de la materia subyacente sino que se podía resolver en dinero, lo
que supuso que el mercado de derivados pasara de cosas reales como
las materias primas, a cosas abstractas como los índices bursátiles.
Tal y como afirma Ha-Joon Chang "a partir de entonces, la
imaginación fue el único límite al tipo de contratos derivados que
se podían crear".
Hasta
la década de los 80 los derivados eran mercados marginales y hasta
la década de los 90 los productos de deuda titulizada eran escasos.
Pero a partir de entonces han alcanzado dimensiones bárbaras, debido
en gran medida a la desregulación financiera. Tal y como afirma
Arribas Haro de la Agencia Estatal de Administración Tributaria de
España, "los mercados financieros en la mayoría de los países
están escasamente regulados, existiendo una liberalización de las
operaciones transnacionales, con ausencia de controles de cambio o
límites a las entradas y salidas de capital. Esta libertad
financiera ha permitido que el capital, cualquiera que sea su origen,
lícito o ilícito, se movilice desde cualquier lugar para ser
invertido en cualquier país, lo que ha generado un desarrollo
considerable de las bolsas de valores y de los mercados de
capitales".
Ha-Joon
Chang afirma que:
"Empezando
por Estados Unidos y el Reino Unido en la década de 1980, un país
tras otro han relajado, si no directamente abolido, un aplico abanico
de regulaciones financieras: la regulación prudencial de los bancos
comerciales (...), los tipos de interés máximos que los
prestamistas pueden cobrar; las restricciones a los tipos de activos
que pueden poseer las distintas firmas financieras (...), las
normativas sobre la agresividad de los préstamos, (...), y la
suavización, y a menudo abolición, de las restricciones de los
movimientos transfronterizos de capital (...)". Todo ello ha
hecho que por un lado, se produzca una orientación al corto plazo,
fomentando las operaciones especulativas que dan altos rendimientos
de manera rápida pero son altamente inseguros, y una concentración
del sistema financiero global. El ejemplo más claro lo podemos ver
en estos días: cómo las élites a nivel mundial operan en paraísos
financieros con empresas fantasma, altamente especulativas. Es
difícil que se ponga coto a esta situación cuando los que regulan
son los que defraudan y los que defraudan son los que regulan, única
y exclusivamente para sí mismos.
Notas
[1] El
tipo de banca existente es más amplia. Se puede dividir en función
del tipo de propiedad y del tipo de actividad. Para una
clasificación más
detallada: http://www.economiasimple.net/tipos-de-bancos.html
[2] Los mercados
no organizados son los que se negocian directamente entre
dos partes. Los mercados
organizadosson las bolsas de valores.
[3] Si
el subyacente cuesta más, ganaré, si cuesta menos, perderé.
Supongamos que he realizado un contrato derivado de futuro sobre el
petróleo: he acordado que dentro de un año compraré 5000 barriles
a 100 dólares. Si dentro de un año el petróleo cuesta 90,
perderé, porque mi contrato era de 100. Si cuesta 120 ganaré,
porque lo estoy comprando 20 dólares más barato que el precio del
mercado. Por eso se dice que reduce los riesgos, porque sé de
antemano a cuánto lo voy a comprar.
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