18 de julio de 2016
Crédito: Aporrea.org
Ria Novosti
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El
18 de julio del año 1936, un grupo de generales liderado por
Francisco Franco dio un golpe de Estado contra el Gobierno de la
República que acabó desembocando en una guerra civil que todavía
está viva en la memoria de muchos españoles.
Un día
antes —el 17 de julio de 1936— los militares de la guarnición de
Melilla fueron los primeros en sublevarse. Durante muchos meses, los
altos mandos del Ejército español —Francisco Franco, Emilio Mola
y Gonzalo Queipo de Llano— habían estado organizando el golpe de
Estado contra el Gobierno legítimo del país y la sublevación acabó
triunfando en Galicia, Navarra, Castilla la Vieja (hoy Castilla y
León) y algunas ciudades, pero no consiguió triunfar en la mayoría
del país y los grandes centros urbanos se mantuvieron fieles al
Gobierno.
El fracaso parcial del levantamiento militar
condujo a España a un enfrentamiento entre el ejército sublevado,
una parte del ejército que se mantuvo fiel al Gobierno republicano y
muchos voluntarios y civiles, que habían optado mayoritariamente por
apoyar un Gobierno de izquierda en las elecciones celebradas en
febrero del año 1936.
Las tropas sublevadas recibieron
entonces el decisivo apoyo del fascismo europeo y Adolf Hitler y
Benito Mussolini enviaron recursos y tropas para ayudar al Ejército
rebelde. Los aviones alemanes fueron los primeros de la historia en
realizar un puente aéreo para unir el Marruecos español con la
península ibérica. Aquellos vuelos fueron vitales para transportar
tropas sublevadas y al propio Franco a las zonas de
conflicto.
Fueron también estos aviones los que arrasaron
la ciudad de Guernica, en el País Vasco, en 1937 —en ese brutal
ataque se inspira el famoso cuadro de Picasso llamado 'Gernika'—.
La aviación italiana, por su parte, se hizo tristemente célebre por
sus bombardeos sobre Barcelona.
Estos dos ejemplos
constituyeron un 'campo de pruebas' de las tácticas de guerra que se
usarían durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la población
civil pasó a ser uno de los objetivos de las tropas en
contienda.
El bando sublevado consiguió crear una
atmósfera de terror persiguiendo y masacrando a los partidarios y
simpatizantes de izquierda y una vez terminada la guerra, con la
victoria de los militares rebeldes sobre el Gobierno republicano, se
inició una nueva etapa de represión salvaje encargada de
literalmente eliminar y perseguir a todos aquellos que no se
consideraran 'afectos al régimen'.
El 9 de febrero de
1939, los franquistas promulgaron La Ley de Responsabilidades
Políticas, un documento según el cual todos los que habían
colaborado con el gobierno legal español e incluso los que
pasivamente le habían mostrado su apoyo podían ser
condenados.
Además, al final de la guerra, en el
territorio de España aparecieron numerosos campos de concentración
donde los vencidos tuvieron que vivir bajo duras condiciones
sufriendo el maltrato, los trabajos forzosos y las ejecuciones.
Muchas de las víctimas del franquismo fueron enterradas en fosas
comunes esparcidas por todo el territorio del país, muchas de las
cuales todavía continúan en sus lugares.
Cuarenta años
de dictadura
En los primeras años de la posguerra Franco
se convirtió en uno de los dictadores que más poderes había
concentrado en sus manos —se autonombró no solo jefe de Estado,
sino también líder del partido único del país y 'generalísimo'
del Ejército—.
Asimismo, los sindicatos de trabajadores
fueron prohibidos y reemplazados por un sindicato dirigido por el
Gobierno. El uso de idiomas distintos al español como el catalán,
el gallego y el euskera pasó a estar prohibido y los medios de
comunicación también fueron sometidos a un férreo control por
parte de las autoridades franquistas. La dictadura también otorgó
amplias facultades a la Iglesia católica, transformándola en uno de
los pilares del régimen.
El posfranquismo
Desde
los años 70 la política franquista empezó a atravesar momentos de
debilidad que culminaron con la muerte de Francisco Franco, que
falleció el 20 de noviembre de 1975, a los 82 años de edad, debido
a su avanzada edad. Su muerte dio paso al inicio de la Transición
hacia la democracia, pero el franquismo dejó una huella imborrable
en la historia contemporánea de España.
En la
actualidad, la Guerra Civil y el franquismo siguen siendo temas de
dicusión. La mayoría de la sociedad considera que la dictadura
convirtió a España en un país aislado del resto del mundo y con
una mentalidad retrógrada, pero aún hay personas que consideran que
Franco fue un 'salvador de la patria'.
Los agrios debates
políticos que suscitó la aprobación de la llamada Ley de la
Memoria Histórica —del año 2007— son una muestra de la
polaridad que todavía hoy genera este tema en la sociedad española.
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