01 de febrero de 2016
Crédito: Aporrea.org
Venezuela
asume la presidencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas,
cuya duración será sólo por un mes. Esta noticia es motivo de
celebración, producto del reconocimiento y respeto internacional
hacia la Revolución Bolivariana. Sin duda, esta nueva presidencia
que resulta irritante para Estados Unidos marcará diferencia
respecto de las anteriores, y revelará las contradicciones de un
Consejo de Seguridad que está bien lejos de cumplir los objetivos
para lo cual fue creada.
Tal
como especifica la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de
Seguridad es el órgano encargado del mantenimiento de la Paz y la
Seguridad Internacional, y debe dirigir sus acciones a la solución
de los problemas más importantes que aquejan al mundo, para lo cual
deberá tomar decisiones a través de Resoluciones que el resto de
los Estados miembros del sistema de las Naciones Unidas están
obligados a cumplirlas.
La
Organización de las Naciones Unidas está conformada por tres
órganos de especial relevancia; La Asamblea General, principal
órgano deliberativo y de formulación de políticas de la ONU,
conformada por 193 Estados miembros, cuando debería ser 195 (con
Palestina y República Árabe Saharaui Democrática); Consejo
Económico y Social que examina las cuestiones internacional de
carácter económico, integrado por 54 Estados miembros; y el Consejo
de Seguridad, compuesto por 15 miembros, 5 permanentes que son las
potencias vencedoras de la II Guerra Mundial (China, Estados Unidos,
Francia, Reino Unido y Rusia) y otros 10 no-permanentes elegidos por
un periodo de 2 años. Sin embargo, si consideramos el espíritu de
la Carta, la Asamblea General por ser el Órgano Central, recibe
reportes e informes del resto de los órganos de la ONU, tal como lo
establece el artículo 15 y 24 de la Carta ONU, pero el Consejo de
Seguridad se niega a rendir cuentas a la Asamblea General.
Desde
la creación de la Organización de las Naciones Unidas en 1945, se
estableció como objetivo evitar el flagelo de la guerra para las
generaciones futuras, sin embargo desde esa fecha se han registrado
más conflictos armados que nunca antes en la historia, 248 en cifras
del porta lwashingtonsblog.com.
Ahora bien, debemos preguntarnos ¿Cuál ha sido el papel de la ONU
al respecto, incluso, en el inicio de estos conflictos? De acuerdo al
mismo portal, entre 1945 y 2001 Estados Unidos participó en 201
conflictos armados. Para el Instituto de Estocolmo, ese país
representa en gasto militar el 41% del gasto mundial, es decir, es el
primer país productor de armas pero a la vez es el primer
exportador, controlando el 31% del mercado internacional.
Las
Naciones Unidas ha sido un instrumento para la preservación de los
intereses de las cinco potencias con poder de veto, pero especial de
Estados Unidos, principal interesado en conflictos y enfrentamientos
armados, capaz de inventar cualquier excusa para armar guerras, tal
como lo hizo en Irak, Afganistán, Libia y Siria cuyas intervenciones
"humanitarias" han servido para promover los tres grandes
negocios controlados por ese país: petróleo, armas y droga.
Hoy
el Consejo de Seguridad se presenta muy alarmado por el flagelo del
terrorismo, pero ¿Qué hará ese Consejo con las pruebas fehacientes
que responsabilizan a uno de sus miembros por formar estas
organizaciones? ¿Cómo actuará frente a las otras irrefutables
pruebas de que el gobierno de Turquía es quien le compra el petróleo
a estos terroristas? ¿Por qué el Consejo de Seguridad aún no actúa
contra el terrorismo de Estado genocida de Israel, haciendo respetar
las más de 40 resoluciones al respecto?
No
albergamos la menor duda de que Venezuela como país independiente
utilizará ese espacio para mostrar al mundo su política exterior de
paz, de no injerencia en los asuntos internos de los Estados, de
solución pacifica de los conflictos y de la preeminencia del
principio de respeto entre las Naciones; la Presidencia del Consejo
de Seguridad será una oportunidad para que nuestro país
desenmascare y denuncie la hipocresía que se esconde en ese Órgano
que alberga al principal promotor de las guerras en el mundo. Sin
embargo, estamos conscientes de que poco se puede hacer dentro de un
Órgano antidemocrático, donde las cinco potencias terminan
imponiéndose a la voluntad de los 190 países, pero la Venezuela
Bolivariana se hará sentir como siempre.
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