domingo, 21 de febrero de 2016

Isaías Rodríguez: El pueblo no votó por una dictadura parlamentaria

15 de diciembre de 2015
Crédito: Correo del Orinoco


Motivado por las recientes declaraciones de los más conspicuos dirigentes opositores, Rodríguez acepta conversar sobre algo que él conoce mucho porque ayudó a “parirla”: la Constitución Bolivariana, aprobada en referendo consultivo el 15 de diciembre de 1999.

El actual embajador de Venezuela en Italia, constituyente Isaías Rodríguez, advierte que el 6 de diciembre el pueblo votó para elegir uno de los cinco poderes públicos, es decir, un parlamento y no una “dictadura parlamentaria”.

Pareciera, a juzgar por ciertas amenazas, que no solo algunas leyes están en la mira de la “nueva mayoría” electa sino que también la Carta Magna corre el peligro de desaparecer. Además, se atribuye a la Asamblea Nacional, y así ha sido difundido, más poder que el que le consagra el texto constitucional y qe trascendería al del propio Presidente de la República. La desinformación huelga y la confusión está a la orden del día.

La oposición puede tener no solo mayoría calificada, sino los 167 asientos de la Asamblea Nacional y no puede hacer sino lo que le está permitido. De lo contrario sus actos son nulos. Dentro de las facultades que le otorga el artículo 187 de la Constitución puede a través del voto de censura, ajustándose al procedimiento establecido destituir ministros y hasta al Vicepresidente Ejecutivo. Puede dictar una Ley de Amnistía, autorizar el nombramiento del Procurador (si aún no ha sido designado) y a los jefes de las Misiones Diplomáticas (si no han sido designados) autorizar la salida del Presidente cuando su ausencia fuere mayor de cinco días consecutivos, pero aunque quiera no puede destituirlo.

Un sistema político constitucional implica la interacción del conjunto de instituciones y procesos que permitan en forma coordinada tomar las decisiones del Estado a través de sus Poderes Públicos sin que ninguno de ellos prevalezca u obstaculice el desarrollo o funciones de los otros. No solo no pueden hacer lo que les dé la gana sino que están sujetos al control de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia y al famoso 350 de la Constitución tan invocado por la oposición contra el Presidente Chávez.
Henry Ramos Allup ya asomó volver a la Constitución de 1961 porque la considera “más decente”

La reforma de la Constitución de 1999 bien pudiera iniciarla el Parlamento que acaba de ser elegido. Tiene los votos para ello, pero luego deberá someterla a un referéndum aprobatorio por parte del pueblo venezolano. Entiendo, sin embargo, que la pregunta va más allá de la reforma de la Constitución. Entiendo que lo que se quiere es ir a la Constitución de 1961. Para ello tienen los votos correspondientes a “la iniciativa de convocar la Asamblea Nacional Constituyente”, óigase bien “la iniciativa”, pero el “depositario del poder constituyente originario” es el pueblo de Venezuela y no la Asamblea Nacional. Por esta razón aprobada la Constitución “más decente” tendrá que ser sometida a un referendo aprobatorio y será el pueblo quien tome la decisión definitiva. En caso de que al pueblo le dé vergüenza lo que ha aprobado esta Asamblea Nacional no les quedará más remedio que aceptar con recato y modestia el “impudor” de la Constitución de 1999.

Derogar, reformar, modificar, pulverizar leyes

¿Cómo puede el Presidente de la República blindar las leyes que ya fueron sancionadas y promulgadas como la Ley Orgánica del Trabajo o la Ley de precios justos?
El Presidente no tiene competencia constitucional para blindar ninguna ley. Esta competencia es de la Asamblea Nacional quien podrá modificarla porque legislar es una de sus funciones. En el caso de la LOTTT la situación es más compleja para el Parlamento, porque la Asamblea Constituyente de 1999 cuando aprobó la Constitución previó esta circunstancia y la blindó. ¿De qué manera? Colocó en la Constitución la mayoría de las disposiciones contenidas en dicha ley y, en este caso, si se pretenden dejar sin efecto normas de ella que están presentes en la Constitución y que la LOTTT solo reproduce, tendría la Asamblea Nacional que modificar la Constitución y someter a referendo popular la aprobación de la nueva ley que fuere sancionada por el neoliberalismo.

Sobre el tema de la frontera y del estado de excepción decretado por el presidente Maduro, el diplomático venezolano considera que la decisión será de carácter político aunque admite que prolongar la medida en el tiempo restringe derechos. En su opinión, los parlamentarios opositores tendrán la oportunidad de demostrar si están o no dispuestos a resolver los problemas fronterizos que han afectado al país desde el punto de vista económico, social y de seguridad ciudadana.

Objetivo: Nicolás Maduro

Si durante 16 años el presidente Hugo Chávez debió gobernar ante una oposición hostil, con Nicolás Maduro la situación no ha sido diferente. Por esta razón la elección parlamentaria se convirtió en un símbolo para romper ataduras del “castro-comunismo” y la Mesa de la Unidad logró para ello un importante apoyo internacional.
Se ha difundido la idea de que la Asamblea Nacional también puede convocar un referéndum revocatorio del mandato presidencial ¿esto es correcto?

En el artículo 187 no hay ninguna atribución que autorice a la Asamblea Nacional a convocar referéndum revocatorio. Posiblemente, con el propósito de burlar la Constitución o de hacer una interesada interpretación de la norma, con el peligro de incurrir en lo que técnicamente se conoce como “desviación de poder”, quien haya hecho tal afirmación le da al referéndum revocatorio una analogía con lo previsto en el artículo 233 de la Constitución. Son situaciones distintas. Esta norma ubica la falta absoluta del Presidente de la República y el tratamiento que la Asamblea debe darle, pero nada tiene que ver con el referéndum revocatorio. Los órganos o Poderes Públicos solo pueden hacer lo que les está permitido. A nuestro juicio solo puede revocar quien elige y la revocatoria de mandato es un instrumento de control popular, no de control legislativo. La legitimidad de origen o cualidad para revocar es de quienes eligieron. Aquí no es aplicable el aforismo de “quien puede lo más puede lo menos”. Si se accede al poder por la vía del voto se pierde el mandato por la misma vía. Es más, el constituyente se cuidó de diferenciar mandato del funcionario de un cuerpo colegiado y de un cuerpo no colegiado. Por lo demás el artículo 72 es demasiado claro se refiere a “electoras o electores”. Mantiene la coherencia de lo que técnicamente se llama “cualidad jurídica”. La revocatoria del mandato, igualmente está definida por este artículo 72 “como un mecanismo de democracia directa” orientado a la consulta de los electores o electoras a opinar sobre la interrupción del mandato de una autoridad electa por ellos. Es clara la norma cuando expresa que la ciudadanía lo activa a través de la recolección de firmas. No habla, por ninguna `parte la Constitución de que se trata de un acto de “democracia indirecta” que permita la activación de la solicitud de revocatoria a través de cuerpo deliberante o legislativo. El derecho es lógico 2 y 2 son cuatro, no 22.

Hay quienes proponen que Maduro puede disolver la AN. ¿Qué opina de esto? ¿Cuáles serían las ventajas y desventajas?

El Presidente tiene dispositivos de control que están unos en el Parlamento y otros en el Judicial. Cada Poder está sujeto a funciones perfectamente determinadas en la Constitución. No hay, en consecuencia, el ejercicio del poder por un solo órgano y más lo sería pretender desviar el régimen presidencial hacia el parlamentarismo. Yendo a tu pregunta el caso es que además del presidencial y del parlamentario existe un “sistema mixto”, mezcla francesa del parlamentario y del presidencial. Tuvo su origen en una reacción socio política contra “el asambleísmo francés” y la “partidocracia”. En la Quinta República francesa lo impusieron como “un sistema para la cohabitación política”. En el diseño y modo de funcionamiento de las instituciones políticas juega un papel determinante la situación histórica de cada república, la idiosincrasia y la cultura política.
Explica el también ex fiscal general de la República que en este sistema mixto el Presidente se elige por votación directa y el Parlamento no debe obstruirlo. “El Presidente en este sistema tiene facultades para disolver el Parlamento. La disolución es una forma de evitar la obstrucción por parte de los partidos. Su propósito es propiciar mayorías parlamentarias coherentes. El presidente debe garantizar el funcionamiento de las instituciones y cuidar la estructura institucional y su funcionamiento sin obstrucciones. En dos ocasiones Francois Mitterrand disolvió la Asamblea Nacional francesa. Lo hizo porque en anteriores elecciones la mayoría de los escaños los detentaba una coalición de la derecha”.

El pueblo nos dio una lección

Isaías Rodríguez analiza los resultados electorales desde una perspectiva crítica teniendo el cuidado de no juzgar a quien en esta ocasión no respondió como se esperaba, es decir, al pueblo.

Palabras como “castigo” “traición” “lección” minan el discurso de dirigentes chavistas para buscar una explicación a lo ocurrido.

¿Qué fue, entonces? ¿castigo? ¿lección?

A mi juicio las dos cosas. O tres: Advirtió, castigó y nos dio una lección. Nos preguntó si se nos olvidó el socialismo. Nos puso contra la pared. Nos castigó como lo hace un buen padre o madre de familia con un hijo para que aprenda por las malas o por las buenas (la metáfora es una expresión romana del derecho que crearon). Pero si el propósito de la pregunta es indagar la diferencia entre uno y otro vocablo. Nos impuso una sanción y prisioneros de esa sanción nos ha dado una clase sobre lo que es “consciencia” y de cómo hay que luchar para derrotar las hegemonías y construir una verdadera sociedad alterna al capitalismo.

En su opinión ese pueblo “no se cambió de traje ni ha brincado la talanquera” y rechaza de manera contundente que se le tilde de “traidor” a quien, según dice, “ha sido demasiado leal”.

Veo – remata Rodríguez- a un pueblo indignado ante tanto maltrato, tanta indolencia y tanta traición que nos dice Chávez nos enseñó a leer, a escribir, a pensar, a reflexionar, a ser y con esa personalidad que nos ha dado el chavismo queremos preguntarles a ustedes si siguen siendo chavistas con nosotros o contra nosotros. El comandante nos enseñó a ser leales, pero también nos dijo que no nos dejáramos utilizar por nadie y que ante una situación confusa o de incertidumbre fuésemos leales con nosotros mismos. Vendrán más Chávez y si tenemos que hacerlos los vamos a hacer con aciertos y equivocaciones como Simón Rodríguez se lo enseñó al Libertador.

Lo que falló

Formación y construcción de una identidad consciente con la revolución
Ni el gobierno ni el PSUV dieron un debate de ideas, todo se concretó a culpar de la crisis a la llamada “guerra económica”

No hubo un plan estratégico contra esa guerra donde se involucrara toda la estructura revolucionaria para confrontar el sabotaje, la escasez y el acaparamiento.

La impunidad contra los grandes beneficiarios de la corrupción (Caso Cadivi denunciado por una ministra que fue destituida por denunciarlo y la ineficaz lentitud de la Fiscalía en esta investigación) – La ineficiencia en el manejo de la economía.

La torpe gestión comunicacional que optó por comprar medios y hacer propaganda panfletaria en lugar de crear consciencia política e informativa.

La escogencia de candidatos y candidatas pasando muchas veces por encima de la voluntad popular y las primarias para colocar familiares cercanos a los gobernadores en las primeras opciones.

La burocratización y el visto bueno del PSUV a esta peligrosa complacencia que desmoralizó la dirigencia de base y le restó autoridad a la hora de exigir organización y compromiso político.

El irrespeto al comandante Chávez al tratar de hacer con su credo y su legado una religión política que lo dejó en su mausoleo y no lo colocó codo a codo con la acción revolucionaria y popular

¿Murió la revolución? ¿Murió el chavismo?

Están una y otro más vivos que nunca gracias a ese pueblo que nos ha sacudido con este revolcón. Nos ha sacado de la comodidad y del individualismo con que muchos ven su futuro personal y el de su familia y sus amigotes sin mirar hacia abajo. Hay que ser humildes y autocríticos, dejar la borrachera de poder, la arrogancia, la soberbia, el empoderamiento personal y el afán de prestigio mal habido, de ambiciones desmedidas, del desprecio a todo cuanto signifique solidaridad o sacrificio. A pesar de ellos, de quienes han tratado de matar con su ejemplo y su conducta a la revolución y al chavismo casi seis millones de chavistas, con muy pocos argumentos convincentes para hacerlo, muchos con un pañuelo en la nariz han votado por las listas que les han impuesto. Hay Chavismo y revolución para rato.

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