23 de noviembre de 2015
Crédito: TelesurTv
Las guerras no convencionales buscan derrocar países o gobiernos progresistas que representan una amenaza a sus intereses de dominación imperial, por lo que en el caso venezolano, la MUD intenta socavar la institucionalidad democrática del Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
El politólogo y experto petrolero venezolano, Miguel Jaimes, aseguró en exclusiva para el sitio web de teleSUR que la Guerra No Convencional (GNC) en países de Latinoamérica se presenta de manera cambiante y veloz, adaptándose a los nuevos panoramas políticos, sociales y económicos.
Las GNC se insertan en países o gobiernos progresistas que representan una amenaza a los intereses de dominación imperial, reflexionó el experto en geopolítica.
En el caso venezolano, la GNC se basa en fórmulas como “La Salida”, además buscan fortalecer la propuesta de los partidos de oposición aglutinados en la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para subvertir “los intereses locales y regionales de los candidatos (actualmente electos)” ante el Parlamento.
Para el profesor Jaimes, los recién electos diputados de derecha ante la Asamblea Nacional (AN), son quienes están detrás de la GNC en ese país suramericano, bajo la sotana del clero. “Se trata de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) y el cárdenal Jorge Liberato Urosa Sabino que han aparecido rápidamente para bendecir todas las acciones que lleve adelante la MUD” en la sede de la AN
Ejemplos vivos y recientes de esta guerra asimétrica se demuestran en Ucrania donde se presentó “más agresiva” y antecedida por una “pre guerra, asesinatos, incendios, ataques al Parlamento, persecuciones muy parecidas a aspectos neonazis”.
Ejemplos vivos y recientes de esta guerra asimétrica se demuestran en Ucrania donde se presentó “más agresiva” y antecedida por una “pre guerra, asesinatos, incendios, ataques al Parlamento, persecuciones muy parecidas a aspectos neonazis”.
En las GNC donde participa el Pentágono y el Departamento de Estado de Estados Unidos (EE.UU.), “hay un staff de expertos sociales: psicólogos, psiquiatras, politólogos, antropólogos, sociólogos, expertos en guerra y tortura” para derrumbar el Gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro.
Sin escrúpulos “deconstruye, destruye, aniquila, trata de que la Revolución (Bolivariana) retroceda, que se sienta amenazada, atomizada, fatigada”, y de esa forma obtuvo el circunstancial triunfo de opositora MUD en el Poder Legislativo.
GNC contra países OPEP
El politólogo venezolano recordó que desde hace 20 años, las principales guerras del mundo están dirigidas contra los países que forman parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP): caso Libia donde el republicano estadounidense John Mccain provocó la llamada Primavera Árabe.
“John Mccain se ha convertido en un embajador plenipotenciario con poderes y ha estado detrás del derrocamiento de no menos de 20 mandatarios (del territorio mundial)”, destacó Jaimes.
Ofensiva del Gobierno venezolano frente a la GNC
El profesor venezolano saludó la nueva mesa ministerial instalada por el jefe de Estado Nicolás Maduro para potenciar la producción en el país y ante el panorama de un golpe continuado, considera necesaria una gran agenda internacional mucho más rápida que saque una declaratoria regional de Suramérica y el Caribe en defensa del petróleo
Llamó a repensar qué estuviera haciendo el comandante Hugo Chávez para combatir la guerra económica, quien desde 1999 cuando llegó a la presidencia por elección popular enfrentó en el país una GNC.
Venezuela vive una guerra no convencional desde 1999
La GNC viene gestándose en Venezuela desde que se instaló el gobierno del presidente Hugo Chávez en 1999 pero fracasó con el golpe de Estado de 48 horas en 2002, un hito histórico dado que el pueblo venezolano exigió en las calles el regreso del líder de la Revolución Bolivariana.
Tras la partida física de Chávez en 2013, Estados Unidos intensificó sus actos desestabilizadores con acciones de terrorismo como las llamadas guarimbas, que se instalaron apenas se conocieron los resultados de las elecciones presidenciales del 5 de abril de 2013 que dieron vencedor a Nicolás Maduro. El llamado del candidato derrotado Henrique Capriles dejó 11 muertos, decenas de lesionados y una gran pérdida material en bienes públicos.
No conforme con estos resultados que afectaron de nuevo los intereses de EE.UU., en 2014 se retomaron las acciones terroristas y apenas se inició el año, irrumpieron nuevos ataques a instalaciones públicas como indicativo del reimpulso que se le daría a las guarimbas en algunos puntos del país durante cinco meses, arrojando un resultado de 43 víctimas mortales y cuantiosos daños a infraestructuras.
Solo la alianza cívico-militar pudo contenerla y derrotarla. Este hecho fue un éxito del Presidente Nicolás Maduro contra el imperialismo norteamericano. Pero los intentos para derrocarlo no acabaron.
El año 2015 se inició con el intento de un golpe militar cuyas acciones comprendían bombardear sitios estratégicos del poder nacional pero fue descubierto y desmontado, por ello el cambio de estrategia y con mayor intensidad de la Guerra No Convencional y uno de sus derivados: la Guerra Económica, que ha sido usada como táctica para socavar y degradar la moral, la fuerza política, psicológica, militar y económica del pueblo venezolano. A esto se suma la declaratoria de Barack Obama a Venezuela como una "amenaza a la seguridad de EE.UU." en marzo de 2015.
Factores que alimentan esta guerra son el incremento de precios diariamente, la especulación, el acaparamiento, la variación cambiaria debido a la confabulación para manejar el valor de la divisa dólar a niveles que permitiría el incremento inflacionario de manera vertiginosa y el terror psicológico de sentirse "ser una amenaza para EE.UU.", pues en cualquier momento -apelando a esa categoría de amenaza- podría activarse el Plan de Intervención directa por parte del Comando Sur.
Reiteradas veces, el comandante del Comando Sur, General John Kelly, opinó sobre la situación de crisis que vivía Venezuela y descalificó al gobierno revolucionario. Hechos que nos permiten deducir la plena disposición del Comando Sur de inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela, contando para ello con la autorización del Presidente Obama y con las fuerzas de tareas para llevar a cabo un plan militar de intervención.
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