domingo, 21 de febrero de 2016

La verdadera guerra y quien la está ganando

15 de febrero de 2016
Crédito: Aporrea.org
Toby Valderrama
Antonio Aponte

En los últimos años se habla de una "guerra económica" que se presenta difusa, sin enemigos, sin objetivos; la situación del país se deteriora cada día y la crisis económica sobrevuela a la sociedad como un fantasma, es difícil asirla, comprenderla. Algo anda mal en esta formulación, la crisis se agrava y la tal guerra no sirve para explicar nada. Veamos.

La verdadera guerra es la guerra entre el capitalismo y la posibilidad socialista, estos son los adversarios. Este enfrentamiento explica todo lo que está pasando, posibilita organizar las fuerzas de la Revolución, del Chavismo. Conocer las características propias y las características del enemigo posibilita el triunfo, de otra forma sólo puede haber derrota.

La guerra comenzó cuando el capitalismo entendió que el Comandante Chávez no era comprable. Por el camino de su amor a los humildes, por su sinceridad y su formación cristiana auténtica tenía que llegar a la idea socialista complemento directo de la fe cristiana. Rápidamente comenzaron a atacarlo: golpe, saboteos y, finalmente, lo asesinaron. Es así, su asesinato fue una acción dentro de la guerra del capitalismo contra el Socialismo. No se entendió así, se subestimó al enemigo explotador que desde hace siglos usa el crimen como arma política, larga es esta lista, no es necesario traerla. La Revolución, cándidamente, evitó hablar de esta pérdida en combate, esquivó la radicalización de la lucha y se entregó a la democracia burguesa. Hablar del asesinato de Chávez era mal visto, se acusaba de sospecha a quien lo mencionara, María León durmió sorpresivamente aquellas firmas pidiendo investigación del magnicidio.

Esta guerra no es convencional, podía llamarse especial, escapa a todos los esquemas. Ocurre desde afuera y es de fácil detección, pero sucede también dentro de la Revolución y es de más difícil comprensión, reclama unidad y tras ella se resguarda. Para entender estos dos frentes es necesario precisar dónde se desarrolla el principal combate. Veamos.

El principal combate entre el capitalismo y el Socialismo es en la conciencia, en la cultura, en los valores. El capitalismo se sustenta en el egoísmo, en la visión individualista, en la fragmentación. De esta manera justifica su sistema de competencia, de lucha de todos contra todos, de búsqueda del lucro por sobre cualquier otra consideración. Una sociedad así, dividida, donde cada uno se importe sólo por sus intereses es incapaz de entender que su suerte, su calidad de vida, depende de la organización social; es incapaz de percibir que su vida miserable, de humano incompleto, la angustia de una existencia azarosa, está determinada por el mercado que es una fuerza que le es ajena. Consideran, por ejemplo, que los precios de las mercancías que afectan su vida de forma dramática son normales, que las crisis periódicas del capitalismo son naturales, castigo de un dios que desconocen y que algunos llaman mercado. No atinan a percibir los defectos inhumanos del capitalismo.

El Socialismo se sustenta en la conciencia de pertenencia a la sociedad, en el principio de que la suerte del individuo depende de la suerte de la sociedad, que la humanidad es un todo, que debe existir en armonía entre los humanos y de estos con la naturaleza. Es la toma de conciencia de pertenencia a la sociedad y de que sólo el individuo se puede realizar dentro de ella, armonizando sus intereses con los intereses sociales, el convencimiento de que el beneficio del individuo debe ser el beneficio de la sociedad, y el bien social redunda en el bien individual. Para resumirlo con Martí: el Socialismo es "de todos por el bien de todos".

Ya estamos en condiciones de entender la batalla entre capitalismo y Socialismo, es la guerra entre el egoísmo y el amor.

En esta batalla el objetivo principal, la principal colina, es la conciencia, la ética, la cultura que se instale. Si el egoísmo se hace hegemónico la Revolución está perdida; si al contrario el espíritu de sociedad prevalece la Revolución es invencible. Se deduce que las acciones que conducen a la elevación del egoísmo son triunfos del capitalismo y derrotas del Socialismo. De aquí que las alianzas con los capitalistas, los llamados a que dirijan la economía son derrotas del Socialismo; el estímulo con dádivas materiales, taxis, viviendas sin ninguna organización, sin ninguna contraprestación a la sociedad son derrotas del Socialismo. Estas derrotas se manifiestan en lo político.

La guerra verdadera la estamos perdiendo por no saber cuál es el enemigo y cuál es la esencia de la confrontación.

Para entender mejor esta confrontación entre clases sociales, debemos tener claro que se entiende por ideología. Para algunos la ideología es un conjunto de valores sociales, ideas, creencias, sentimientos, representaciones e instituciones mediante el que la gente, de forma colectiva, da sentido al mundo en el que vive. Todo el mundo debe tener un conjunto de valores, sentimientos, creencias que ‘tenga sentido’ para ellos. Todo aquello que hacemos —ir a trabajar, visitar un amigo, leer un libro— debe tener algún sentido. Por supuesto, es posible que comencemos a hacer algo que no tiene sentido y dejemos de hacerlo. Hay ocasiones en que ponemos en duda nuestra ideología y pensamos que ha dejado de tener sentido atenerse a ella de la misma forma en que veníamos haciéndolo. Claros ejemplos de esto podrían ser el nacimiento de un hijo, la pérdida del trabajo o de un amor, o una tragedia en nuestra comunidad. Si cambiamos entonces nuestro comportamiento, habremos encontrado una nueva forma de acción social que vuelve a tener sentido; habremos adoptado un nuevo conjunto de sentimientos, creencias y valores.

En ocasiones, las ideologías parecen algo de sentido común. Por ejemplo, si deseo obtener un préstamo lo solicito en un banco, recibo el dinero y abono los intereses. Parece de sentido común. Sin embargo, durante la Alta Edad Media, en Gran Bretaña, los cristianos tenían prohibido prestar dinero. Hacerlo era usura, un pecado terrible. El préstamo de dinero se convirtió así en el oficio de los judíos, que no estaban sujetos a las leyes cristianas. Hoy en día, los bancos prestan dinero y obtienen a cambio un beneficio, pero se le llama interés y nadie se para a pensar en ello. Hay que explicarles a los trabajadores, que los seres humanos durante siglos las sociedades se han ido transformando, primero existieron las comunidades primitivas, trascurrieron varios milenios, los indígenas donde todos eran iguales en sus necesidades de subsistencias y no existían diferencias de clase entre ellos, excepto el chamán. Todos buscaban el bien común con la pesca y la caza. Posteriormente, siguen evolucionando y se presentan las confrontaciones entre las diferentes tribus y las guerras donde los vencidos eran sometidos a la esclavitud. Comienzan las clases sociales y la acumulación de riquezas. Surgió la primera división del trabajo entre ganadería y agricultura.

Surgió la primera sociedad de clases de la historia, y abarco un periodo de 3.500 años. Conocida por la historia como el Imperio Romano. En esa época los esclavistas poseían no solo los medios de producción sino al hombre mismo. Las personas se comercializaban como cualquier producto. El esclavo era considerado un hombre sin derechos y por lo tanto podía ser dado de muerte por su dueño cuando este quisiera. Los señores romanos probaban sus venenos con sus esclavos. El esclavo no tenía ningún derecho con sus hijos, quienes podían ser vendidos y traslados a cualquier lugar como animales. Aparece la división entre los oficios y la agricultura originando una división entre los oficios y la agricultura diferenciando el trabajo intelectual y el físico. Esto creo las diferencias sociales y generó enfrentamientos entre explotados y explotadores. El desinterés de los esclavos por el trabajo producto de la falta de respeto y dignidad con los que eran tratados, limito su trabajo y comenzaron las rebeliones. Con el tiempo, esta civilización se hace inoperante porque los esclavos comienzan a rebelarse y los esclavistas que los utilizaban como ejércitos para conquistas nuevos territorios se le hacían muy costosos su mantenimiento.

Evolucionamos hacia la sociedad Feudal o Feudalismo con una duración aproximada de 2.000 años que predominó en Europa entre el siglo X y XIII. La sociedad de clases estaba dividida entre los monarcas, seguidos por los vasallos y finalmente los siervos y esclavos. El señor feudal le otorgaba al vasallo la posesión de una extensión de tierra o feudo que este debía trabajar y la cosecha debía repartirla entre él y el señor feudal. Dentro del feudo vivían campesinos, conocidos como siervos de la gleba que no eran propiedad del señor feudal pero tampoco hombres libres. El nombre de gleba define la porción de tierra que se levanta con el arado en la actividad agrícola. La servidumbre de la gleba fue un estado intermedio entre la esclavitud y la libertad. El siervo no podía salir de su campo, debía trabajar allí toda su vida y estaba ligado a la tierra sobre la cual tenía derecho. Si esta se vendía él estaba incluido en la venta. Era propietario de su casa y una parte de las tierras que cultivaba. No era asalariado, su situación era mejor que las de algunos obreros de hoy.

Tenía derecho a la familia, no podían matarlo y en cuanto a castigos físicos estaba sujeto más o menos al régimen establecido para los infractores de ley de nuestros días. Este modo de producción les rendía mejores frutos a los señores feudales. Cuando los señores feudales conquistaron el nuevo mundo llegaron a Europa grandes cantidades de metales preciosos trastoco el régimen feudal por cuanto comenzó a predominar lo comercial o mercantil cuyo principal objetivo era intercambio de los bienes, con lo que la producción rural y las tierras feudales pasaron a un segundo plano, cediendo el paso al cuarto tipo de histórico de formación económico social conocida como capitalismo.

Este sistema económico se sustenta en la acumulación de capital y la explotación del hombre por el hombre. Preconiza la propiedad privada sobre los medios de producción, la tierra y otros bienes estructurales. Promueve el comercio libre de toda prohibición, el valor basado en la oferta y la demanda, la libre competencia, el aumento de la plusvalía y el liberalismo económico que es la base del neoliberalismo contemporáneo. El régimen capitalista promueve también la privatización de la educación y la cultura como aparato ideológico de dominación, así como la utilización de la ciencia y la tecnología como medio de explotación del hombre, mientras que las virtudes, el amor, las convicciones y la conciencia se convierten en objeto de comercio. La evolución del capitalismo se sintetiza en cuatro fases.

Capitalismo comercial, Capitalismo industrial, Capitalismo financiero y Capitalismo transnacional. Constituye el capitalismo sin fronteras. Responde a un proyecto estratégico de desarrollo y acumulación expansiva del capital financiero transnacional. Está sustentado por dos pilares fundamentales. La especulación financiera informatizada y la tecnológica de última generación. Este modelo fue impulsado en la década del noventa por el llamado Consenso de Washington con el nacimiento de la globalización financiera. El dinero comenzó a considerarse como productor de más dinero y circulando sin barreras, se convirtió en un producto en sí mismo. El dinero informático se reproduce a velocidades increíbles en la comunidad internacional. De esta manera se instauró el proceso de acumulación y concentración capitalista más asombrosa de toda la historia, representada en su fase superior por el imperialismo o capitalismo militarista y monopolista. Por otra parte, también surge la integración imperialista en bloque de países desarrollados. El capitalismo mundial se encuentra en su fase terminal, con graves crisis financieras y con una desigualdad social descomunal, el 1% de la población tiene en su posesión la riqueza del 99% del resto.

El SOCIALISMO constituye la fase inferior del sistema comunista. Emerge como un proceso de superación del capitalismo, pero aún conserva reminiscencias de la sociedad capitalista en los aspectos económicos, moral e intelectual. Está basada en la propiedad social sobre los medios de producción. Procura la igualdad entre las clases sociales y se opone a la explotación del hombre por el hombre. Propone que las relaciones laborales sean de colaboración, solidaridad y mutua ayuda. Considera que la relación entre los miembros de una misma comunidad debe caracterizarse por la unidad política, social e ideológica. La economía nacional y el desarrollo de las fuerzas productivas desde estas perspectivas, requieren planificarse para satisfacer las necesidades materiales, culturales y espirituales del pueblo.

El Comunismo constituye el grado superior del socialismo, se considera una necesidad histórica que resulta del conflicto entre las fuerzas productivas crecientes y las relaciones de producción carentes de vigencia. Es una fase superior del socialismo, de allí, la premisa comunista afirmada por Marx que dice. A cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades. Ningún Estado en este planeta tierra ha vivido esa experiencia social todavía.

Si tenemos claro todas estas evoluciones sociales que han experimentado nuestra sociedad, y las etapas sociales que nos faltan por alcanzar, podemos comprender lo difícil que resulta explicarle a un trabajador, este proceso de transformación que debemos transitar para pasar del capitalismo al socialismo, de allí el trabajo ideológicos que deben emprender los partidos de la revolución para alcanzar nuestro objetivo. Los errores de todas las revoluciones en el mundo, es el descuidar la formación ideológica de los pueblos.

La tarea que se nos presenta es difícil y compleja pero es imprescindible, requiere del concurso de todas y todos para hacer realidad los cambios revolucionarios previsto en nuestra Constitución Bolivariana y avanzar al socialismo. Conclusión, el capitalismo agoniza, pero sus élites ponen en riesgo la supervivencia de la humanidad con las amenazas de una guerra nuclear, debemos concientizar a nuestro pueblo de la urgencia de avanzar redoblando nuestras fuerzas, porque no hay tiempo que perder. Socialismo o Barbarie como afirmó nuestra insigne Rosa Luxemburgo.

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